Matthews estrenó su palmarés en su debut en una grande

Michael Matthews, nacido el 26 de septiembre de 1990 en Canberra, Australia, se proclamó campeón mundial Sub-23 en 2010. Tres años después, logró en el Lago de Sanabria su primera victoria en una grande en su debut en una de estas carreras, en la Vuelta. En aquel Mundial, Matthews batió a Degenkolb, plata, Phinney, bronce, o Demare, quinto, ciclistas que han obtenido mejores resultados como profesionales que él.

Matthews es uno de los corredores más modernos del pelotón. Con 16 años, en una prueba de juveniles australianos, el padre de un amigo le apodó Bling por lo que brillaban las cadenas, pendientes, pulseras y abalorios que llevaba: “Ese día nació mi sobrenombre, y me encanta. Aparte de los complementos, iba también con el maillot caído, como me gusta vestir la ropa”. También luce un buen número de tatuajes. Uno de buen tamaño en la espalda recuerda su oro mundialista: la fecha 26-09-2010 aparece dibujada sobre un ángel con las alas extendidas.

Este año tuvo un curioso percance: no pudo salir en la Volta por culpa de una taza de té, que se derramó hirviendo en manos y piernas, y sufrió quemaduras de segundo grado. Recuperado, enfocó su preparación para la Vuelta: “Era mi reto. Confiaba en que podía vencer aquí”. El corredor del Orica cambió el Rabobank por el equipo de su país esta campaña: “Deseo crecer junto a ellos. Puedo esprintar en rampa o en llano, sólo quiero evolucionar más”.