Euskaltel finalmente desaparece después de 20 temporadas en la élite. Nosotros no podíamos hacer nada. Lo único de lo que debemos preocuparnos ahora es de dar pedales, centrarnos en la Vuelta y hacerlo lo mejor posible.Samuel Sánchez ha sido santo y seña de este proyecto. Los corredores no podemos buscar ni el dinero ni el patrocinador, sólo dar motivos para que le resulte más fácil a los gestores.¿Podrán abstraerse de los problemas del equipo? Lo intentas, pero es complicado. Son muchos años, siempre vestido de naranja. Causa dolor que acabe de esta manera.¿Usted es de los que dan muchas vueltas a la cabeza o de los que enseguida pasan página? Soy de los que intentan vivir el presente, sin hacer muchos planes para mañana. Las situaciones, buenas o malas, te llegan y hay que afrontarlas. Sin embargo, aunque la formación no salga en 2014, somos profesionales y tenemos que defender unos colores y un maillot con un patrocinador, que es el que nos paga. En mi caso, me concentré en preparar la Vuelta para no pensar demasiado en estos temas.Es el corredor más veterano y el ciclista que más campañas ha vestido el maillot de Euskaltel. Sí, por eso pongo más ilusión que nadie. Cuando un ciclista pasa la treintena la mentalidad cambia un poco. Pero tengo claro que quiero seguir en lo alto de este deporte unas cuantas temporadas más, así que ilusión y ganas de salir a entrenarme no me van a faltar. Si no fuera así, sería imposible.En una entrevista con AS previa al Mundial de Stuttgart dijo que no se veía con otro jersey que no fuera el de Euskaltel o el arcoíris. Ahora parece complicado. ¿Mantiene como sueño proclamarse campeón del mundo? ¡Aún puedo lucir sólo el arcoíris! (Risas). En serio, el Mundial me gusta mucho. Me encantaría retirarme con un maillot arcoíris. Es difícil, pero piernas he tenido otros años y creo que las tendré alguno más.Usted logró el primer podio en una grande para Euskaltel en la Vuelta de 2007. ¿Se trata de una presión añadida en la última en la que participará su escuadra?
No, simplemente deseo regresar a la ronda donde conseguí ese hito y procurar repetirlo. O, por qué no, aspirar al primer puesto del podio. La responsabilidad es la misma en cada prueba que disputo, para bien o para mal soy un enamorado de mi trabajo. El ciclismo ha sido mi vida desde los 12 años.¿De verdad mantiene las ambiciones de su primera etapa como profesional? Sigo siendo el mismo. Pienso que las personas no cambian, sino que evolucionan.¿Aconseja a los jóvenes? Es bonito ver cómo piensan los chavales, y más aún cuando puedo ser un reflejo para ellos. Me halaga oír de mis compañeros que yo soy uno de los corredores que más admiran y que quieran aprender de mí. A mí me gusta también aprender junto a ellos.
Sobre sus opciones de futuro, ¿comenta algo? No, mis abogados me han aconsejado que no me pronuncie.Con 35 años, ¿hasta cuándo desea competir? Hasta los Juegos de Río, en 2016. No siento cansancio mental y me encanta vivir del ciclismo. Considero que terminar allí mi trayectoria, en una competición donde alcancé mi mayor éxito, el oro olímpico de Pekín, supondría un bonito cierre. Hasta entonces quiero dar guerra.Sin embargo, quizá ésta haya sido su peor campaña. Aquí pongo un ejemplo con el fútbol: si haces chilenas y caños, pero no metes gol, parece que no sirve lo que haces o se olvida. A mí me pasa igual. Aunque he ganado una etapa del WorldTour, en el Dauphiné, he obtenido segundos puestos y buenas clasificaciones en el Giro, País Vasco y Tirreno. Me quedo con que en los momentos clave me mantengo arriba.¿Qué le parece el perfil de la Vuelta? ¿Estará arriba? No sé por qué la organización ha hecho este recorrido, quizá quieran tener un líder cada día. La etapa francesa de Peyragudes puede decidir. Y ojo al Angliru. Soy nacido en Oviedo y no he subido nunca este puerto en competición, ni siquiera entrenando, solamente tres veces la última semana. Respecto a mis posibilidades, soy consciente de que Nibali, Purito y Valverde quizá se encuentran a un nivel superior al mío. A pesar de todo, será una carrera muy abierta, con más candidatos como Kreuziger o los colombianos Urán, Henao y Betancur.Entonces, ¿qué espera de las próximas tres semanas? Primero, andar atento y no caerme como en el Tour de 2012, para que no concluyan de forma tan drástica mis esperanzas. Luego, que siga la tónica de los últimos años, llegadas explosivas y muy vistosas para que el público disfrute. A la organización le funciona bien la fórmula y le da identidad, es la más emocionante de las tres grandes. Lo que han hecho tiene mucho mérito y los ciclistas también ponemos de nuestra parte, como en la última Vuelta con esa gran pelea entre Purito, Valverde y Contador.