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TOUR DE FRANCIA

El podio final se decide en el inédito Annecy-Semnoz

Cuatro ciclistas en 47 segundos en la lucha por el cajón: Contador marcha segundo; Quintana, tercero, está a 21; Kreuziger va cuarto, a 33 de su jefe; y Purito, quinto, a 47.

EL SAXO AL FRENTE. Contador y Kreuziger en cabeza del grupo de favoritos en el ascenso a Croix Fry.
EFE

El final en alto en Annecy-Semnoz, inédito en las 100 ediciones del Tour, definirá esta tarde el podio de París. Será una jornada corta y explosiva, de sólo 125 km, aunque salpicada con cinco puertos previos a la meta (tres de tercera, uno de segunda y otro de primera). Hasta subir a la estación de esquí de Semnoz, el pelotón deberá superar 10,7 km al 8,5%: un buen reto tras 19 días de competición y una tercera semana tremenda. En 1998, los corredores se plantaron por la explosión del Caso Festina y se neutralizó la que hubiera sido su primera ascensión.

Cuatro ciclistas se encuentran separados por 47 segundos en la lucha por el cajón: Contador marcha segundo; Quintana, tercero, está a 21 del madrileño; Kreuziger va cuarto, a 33 de su jefe; y Purito, quinto, a 47, cierra el grupo de aspirantes.

Al ataque. El catalán es el que más debe arriesgar para alcanzar su objetivo: "Sólo me vale acabar en el podio. Una etapa en el Tour ya la poseo, así que lo intentaré hasta la extenuación. Me conformaría con la tercera plaza, pero por pedir, que no quede".

Pese a la sensación de fortaleza que ha transmitido en los Pirineos y en los Alpes, Quintana se muestra comedido: "Primero, desearía asegurar mi tercera posición. Después, amarrar la camisa blanca y terminar segundo sería importante. Pero, saldré expectante y defenderé o atacaré en función de las fuerzas y de las circunstancias".

Contador se expresó de forma similar: "Habrá que vigilar a Quintana y a Joaquín, dos escaladores consumados que nos pondrán los cosas muy difíciles. Disponemos de dos bazas, la de Roman y la mía y jugaremos nuestras opciones como convenga. Según transcurra el día, adoptaremos una estrategia más ofensiva o más defensiva. Sólo falta esta etapa para definir la general y debo dar el máximo".

Lealtad. El checo Roman Kreuziger, fiel escudero hasta el momento de Contador, sabe a qué atenerse y para quién trabaja, salvo contraindicaciones: "Alberto es el capo del Saxo y yo le sirvo de apoyo".

Por su parte, el líder del Tour, Chris Froome, cuenta las horas para lucir el amarillo en París: "Creo que mis enemigos no podrán quitarme el tiempo que les saco. Aun así, mi objetivo será defenderme de los movimientos peligrosos. Únicamente resta una jornada para que el sueño de mi vida se haga realidad. Lo he peleado con toda mi energía y gracias al respaldo de mi equipo. Cada noche llego muerto a la cama para continuar el primero".