Alpe d'Huez también se baja

Alpe d'Huez siempre había sido meta en el Tour porque no disponía de vertiente de bajada hasta esta edición número 100, en la que se ha arreglado la carretera que sirve de conexión con el Col de Sarenne. Con motivo de la efeméride, el pelotón subirá dos veces el coloso, 42 curvas, Alpe d'Huez al cuadrado. Un triunfo que se pagará caro.

Ese descenso, que ya se estrenó en el Dauphiné, ha sido calificado por Andy Schleck como "un auténtico peligro". Tony Martin, campeón mundial contrarreloj, fue más contundente: "El Tour juega con nuestras vidas. Iremos por un camino muy viejo y lleno de irregularidades". Otros como Gadret sí han dado su aprobación: "No somos futbolistas".

La organización no suprime el tramo, pese a las protestas y la amenaza de la lluvia, aunque a última hora de ayer crecía la versión de que solo habría un paso por el coloso alpino si el agua lo complica. Ya sucedió en el Giro 2011 con el Crostis.

Froome se incomoda con las bajadas comprometidas. Se advirtió cuando abroncó a Contador por arriesgar en Manse, y ayer con el asfalto mojado en la crono. Al líder se le puede hacer daño en este terreno. Y el dúo Contador-Kreuziger está dispuesto a afrontar el reto: "Ya veremos dónde atacamos".

A Purito le hace ilusión Alpe d'Huez: "Se trata de una cima histórica, a cualquiera le encantaría ganar en un sitio así. Lucharé por el podio, aunque mi tiempo perdido sea una barbaridad". Nairo Quintana también desea probarse: "Me gustaría conquistar la etapa. El cajón de París creo que está un poco lejos, pero no descarto nada". Valverde no quiere marcharse de vacío: "Ojalá caiga la ansiada victoria". Si no, todavía quedarán Grand Bornand y Annecy Semnoz.