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TOUR DE FRANCIA | 17ª ETAPA

Contador se puso segundo en la víspera del temible Alpe d'Huez

El keniano ganó la crono, pero sólo aventajó en 9 segundos al ciclista del Saxo, que superó a Mollema en la general. Soberbio también Purito Rodríguez, tercero.

Alberto Contador, en acción durante la cronoescalada.
Alberto Contador, en acción durante la cronoescalada.REUTERS

La ligera decepción se irá mitigando según pasen las horas hasta que no quede nada al comenzar la etapa del Alpe d'Huez. Froome ganó la contrarreloj con nueve segundos de ventaja sobre Contador y diez sobre Purito. La diferencia es irrelevante para la general y lo que duele no es perder, sino recoger de la mesa los restos de la merienda: esperanzas mordisqueadas, los platos de la ilusión y las risas hechas migas. Algo ha cambiado, no obstante. De repente hemos pasado de luchar contra la debacle a pelear por la victoria. Nos encontramos a nueve segundos del ser superior y Alpe d’Huez asoma en el horizonte.

En la víspera hubiéramos firmado una pérdida mínima, pero el desarrollo de la etapa nos puso la miel en los labios. Cómo no relamerse. En cada paso intermedio, Contador aventajaba a Froome: primero en dos segundos, luego en veinte y después en once. El keniano bajaba con precauciones, como si cada señal de curva peligrosa le recordara el perfil de Contador. La expectativa, sin embargo, se evaporó como el agua que había caído durante la etapa. En el último tramo el líder recuperó 20 segundos, suficientes para sumar su tercer triunfo de etapa.

Hay quien asegura que el cambio de bicicleta influyó decisivamente en la remontada de Froome. Casi todos los favoritos, a excepción de Contador, detuvieron la marcha para afrontar los últimos kilómetros con una máquina más apropiada. A falta de saber si el movimiento fue productivo, hay que señalar que resultó extravagante. De pronto nos encontramos con corredores que incurrían en el error más elemental de quien disputa una carrera de cualquier tipo: pararse. Por momentos, los cambios parecían repostajes de Fórmula 1, sustituyan la científica coreografía de los Grandes Premios por el abnegado mecánico que baja la bici del coche y empuja el sillín del ciclista. Contador perdió la etapa, pero hubiera merecido el premio al más elegante.

Superado el chasco de la derrota, las sensaciones son positivas. Contador, Purito y Valverde (a 30s) afrontan con buenas piernas las próximas etapas alpinas. Froome, según parece, podría haber perdido algo de chispa después de la exhibición en el Ventoux. Lo lógico sería eso. En este Tour todos han sido humanos menos él, incluso el atómico Porte.

Y añadan un rival intangible. Es probable que desde su condición de dominador casi absoluto, Froome haya advertido una paradoja que le amenaza más que Contador: cuanto más espectacular sea su rendimiento en los tres próximos días menos credibilidad tendrá su triunfo en París. Es injusto, y probablemente irracional, pero resultará inevitable.

La primera prueba para favorito y aspirantes llegará hoy mismo. En la doble ascensión a Alpe de’Huez se incluye un descenso que es mortífero sin necesidad de lluvia, y podría llover. Quizá sea ese el punto que Contador tiene señalado en rojo. Después del traspié de Mollema en la crono (a 2:09), sólo Froome le separa de una hazaña que se podría anunciar como el mítico viaje de Shackelton al Polo Sur: “Se buscan hombres para un viaje peligroso. Riesgo constante. No hay seguridad de volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.




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