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TOUR DE FRANCIA

Bauke Mollema: "Sufrí un dolor terrible en el Mont Ventoux"

Mide 1,84, pero es un corredor fino, de 66 kilos. Al neerlandés, segundo del Tour, le entró el gusanillo cuando empezó a seguir en los 90 la ronda francesa por televisión.
Tour de Francia 2017: Etapa 15, Laissac-Le Puy

ASPIRANTE. El holandés Bauke Mollema confía en que pueda alcanzar el podio de París.
Jesús RubioDIARIO AS

Bauke Mollema nació en Groningen el 26 de noviembre de 1986. Criado en la vecina localidad de Zuidhorn, comenzó a coger la bici para cubrir la distancia de 12 kilómetros que separa su casa de la escuela: "Mi abuelo trabajaba en la fábrica de bicicletas Phoenix, aquel fue mi primer vínculo con el ciclismo. Mi afición era la normal en un chaval de un país de tanta tradición. Sin embargo, practiqué y me gustaban más otros deportes como fútbol, voleibol o atletismo. Era un niño bastante alto".

Mide 1,84, pero es un corredor fino, de 66 kilos. Al neerlandés, segundo del Tour con 11 segundos sobre Alberto Contador, le entró el gusanillo cuando empezó a seguir en sus vacaciones de finales de los 90 la ronda francesa: "Me convertí en un fanático. En 2002 me regalaron mi primera bici de carreras. Me lo tomé más en serio y me inscribí en el equipo de mi región, el NWVG de Groningen, en 2004. Desde ahí di el salto al Rabobank, en 2007, y hasta hoy he continuado en esta estructura".

Grandes. Ganador en ese mismo 2007 del Circuito Montañés y Tour del Porvenir, con 21 años, el debut de Mollema en una grande se produjo en el Giro de Italia de 2010, en el que acabó 12º en la general: "Me di cuenta de que valía para las pruebas de tres semanas. Sin embargo, necesitaba una confirmación, que llegó en la Vuelta en la siguiente temporada".

En 2011 se colocó un día como maillot rojo tras la ascensión a La Covatilla, quedó cuarto en la general y ganó la clasificación de la regularidad: "Guardo un muy buen recuerdo de España y de sus aficionados, casi subí al podio, pero fue imposible ante Cobo, Froome y Wiggins".
El cajón de París es su objetivo en este Tour, después de tener que abandonar por culpa de una caída en el de 2012: "He enfocado toda la campaña a estar lo más arriba posible en la general. Confío en mis posibilidades, las piernas responden de momento y debo dar el máximo en los Alpes hasta lograr la meta con la que siempre he soñado".

En el Ventoux aguantó ante Contador: "Soporté un dolor inimaginable, nunca sufrí tanto. Será difícil resistir sus ataques, pero no me rendiré".

Laurens Ten Dam, quinto en la general y su compañero en el Belkin, le ayudará. "Nos llevamos fenomenal y formamos un gran dúo". Por su parte, Ten Dam no escatima en elogios para su teórico jefe, a pesar de que sólo les separan 40 segundos: "Bauke es muy sólido, deseo que alcance el podio y sé que lo conseguirá".