Valverde: "¡Menudo pajarón he pillado en La Rabassa!"

Alejandro Valverde bajaba las escaleras hacia el servicio de un bar cercano a la meta de La Rabassa. Allí le esperaba ropa seca y un rápido y corto masaje de campaña. "¡Vaya pajarón que he pillado! ¡Dios mío, qué pájara!", le decía a su compañero Joaquín Purito Rodríguez, medio groggy y ajeno a la presencia de los periodistas.

Momentos antes había sido rodeado por media docena de micrófonos. "He cogido una pájara monumental. Ha sido increíble lo fácil que me he quedado al final, menos mal que en el resto de la ascensión no he tenido problemas ni se han producido ataques, porque si no, hubiera perdido más tiempo. Me he apajarado quizá por el frío y por no haber comido bien. Aún así, he tenido la suerte de regular bien para mantener las distancias. Todavía sigo bien colocado en la general y lo importante era salvar un día tan complicado en unas condiciones tan adversas".

Otro.

Media hora más tarde apareció el Valverde de siempre, el que ve todo positivo, el que nunca se arruga. Se tomó un Cola Cao con galletas y atendió a la prensa: "Miro la general y tampoco ha pasado nada irreparable. Sigo cerca. He perdido menos de un minuto con Contador en un día en el que, no es que me faltaran las fuerzas, sino que tuve un desfallecimiento. Siempre subo a 180 pulsaciones y no conseguía pasar de 160. Me dio a diez kilómetros de meta y dadas las circunstancias he podido limitar mucho las pérdidas. Y salvo el Angliru ya no quedan puertos que sean peligrosos para mí y las etapas son más cortas".