"Yo también voy a ser un gregario para Contador"

¿Una victoria esperada?

Nunca puedes estar seguro, pero yo tenía una gran confianza, porque me estoy sintiendo muy bien en las dos últimas semanas. Ya en los Juegos Olímpicos noté que había encontrado una buena condición y me llevé la medalla de bronce en la contrarreloj. Luego, en la Vuelta a los Puertos, también gané y me vi fuerte en montaña. He llegado muy bien a esta Vuelta y estoy muy feliz con este triunfo. Mi objetivo era precisamente ese, ganar aquí una etapa. Además, me he llevado el maillot amarillo, el primero que logro vestir en una gran ronda por etapas. Estoy muy satisfecho.

Ahora, con usted de líder, Contador no podrá atacar.

Alberto es el mejor escalador del mundo y en esta Vuelta hay montañas muy duras, como la de los Pirineos, el Angliru, Navacerrada Seguro que podrá atacar. Ha ganado el Tour y el Giro y es nuestro líder para esta Vuelta. Todos estamos aquí para ayudarle. Yo también voy a ser un gregario para Contador. Alberto no ha corrido el Tour y estoy convencido de que según avance la carrera irá a más. Y también presupongo que Sastre y a Valverde terminarán acusando el esfuerzo que hicieron en el Tour.

¿Y usted? ¿Qué tal se ve para las montañas?

Como he dicho, estoy en una condición idónea. Preparado para echarle una buena mano a Contador. Nadie tiene una aceleración en montaña como la que posee Alberto. Cuando él arranque nadie le va a poder seguir.

¿Quiénes son los principales adversarios para el Astaná?

En principio Valverde y Sastre. Pero habrá que comprobar cómo marcha todo el mundo en montaña. En todas las grandes vueltas siempre hay algún corredor que nadie espera.

Leipheimer: Un hombre bala nacido en Montana

Levi Leipheimer (24-10-1975, Billings, Montana, EE UU) quería ser esquiador. De la tienda de deportes de sus padres pillaba los esquís. Cuando pasó al instituto se marchó a Salt Lake City porque allí había una prestigiosa escuela de esquí. A los 13 años sufrió una lesión de espalda por una caída, tuvo que andar en bicicleta para hacer la rehabilitación y allí inició su andadura ciclista. Se marchó a Limburgo (Bélgica) y se enroló en un equipo amateur. No le fue bien. Se cambió a California, corrió con el Comptel, luego el Saturn y allí es donde le vio Johan Bruyneel que le fichó para el US Postal. Se fue a vivir a Niza y luego a Gerona, siempre con Armstrong. De su estancia en España conserva su pasión por el gazpacho.

A Leipheimer, que fue tercero en la Vuelta de 2001, se le da bien la crono: fue bronce en los Juegos de Pekín. Pero, a diferencia de los grandes especialistas (altos y corpulentos), Levi no lo es (1,70 m y 62 kg). Los técnicos dicen que su secreto es su gran aerodinámica. Sabe combarse a la perfección y hacerse una pelota por la que resbala el aire. Como un hombre bala.