La contrarreloj juega a favor de Contador

El destino me ha traído al Giro de Italia", dijo Contador en vísperas de comenzar la carrera. Y el destino ha decidido que se transforme en el segundo español que pueda ganar la ronda italiana, tras Miguel Indurain (1992 y 93). Hoy se tiene que completar el milagro: de la playa al podio de Milán.

Contador siempre vio esta contrarreloj como una posibilidad de inclinar la balanza a su favor si llegaba a ella con poco tiempo perdido a este último día. Pero ha sido aún mejor: está en ventaja con todos sus rivales. Ayer completó la jugada maestra evitando que Riccardo Riccó le arrebatara la maglia rosa con las bonificaciones. Hoy saldrá el último, conociendo qué gana o qué pierde con respecto a todos sus rivales. Sabiendo cuánto debe apretar y cómo dosificar el esfuerzo.

Rival.

Cuatro segundos no son nada, pero Riccó no es una amenaza. El italiano no es buen contrarrelojista. Contador le sacó casi dos minutos en la crono de Urbino, más larga y más dura. Y el terreno llano de hoy es perjudicial para el líder del Saunier Duval, que tampoco fue capaz de aventajar a Contador en la cronoescalada a Plan de Corones (perdió ocho segundos), cuando estaba en su mejor momento y en un terreno más favorable.

Más peligrosos son Bruseghin y Menchov, estos sí son buenos especialistas y quizás mejores que Alberto en un trazado tan plano. Pero los dos minutos sobre el italiano y los 2:47 respecto al ruso deben ser suficientes. En los 28,5 kilómetros de la etapa, Bruseghin debería ganar 4,2 segundos por kilómetro para arrebatarle la maglia rosa. Y Menchov, casi seis minutos (5,85). Demasiado para un Contador al que le va bien la distancia y ha hecho grandes progresos este año en la especialidad. Los demás, ni siquiera cuentan. En ciclismo nunca se puede cantar victoria, pero el destino juega a su favor.