NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Ciclismo | Giro de Italia

Frío, Gavia y Mortirolo, los últimos obstáculos

En esta etapa perdieron el Giro Indurain y Olano

Hace justo 20 años (1988) el Giro vivió la etapa más dura que se recuerda con el ascenso a un Gavia nevado. Para hoy no se pronostica nieve, pero sí lluvia y frío. En etapas con el Mortirolo por medio, Indurain perdió el Giro de 1994 y Olano el de 1996.

El Gavia, Cima Coppi con sus 2.618 metros, se ascendió por primera vez en 1960. Un día de frío, lluvia y niebla. Ganó Charly Gaul y Anquetil salvó el liderato por sólo 28 segundos. El francés ganó la carrera, pero tuvo que renunciar a participar en el Tour.

La segunda vez que se subió el Gavia fue 28 años después (1988). Fue una jornada terrible. Los últimos cinco kilómetros, entonces sin asfaltar, eran puro barro, y encima empezó a caer nieve. En la cima había cinco grados bajo cero. Van der Velde coronó el puerto, pero se congeló en el descenso y, como pasó con otros corredores, se tuvo que refugiar en un coche para calentar el cuerpo y luego seguir; a meta llegó a casi 47 minutos del vencedor.

Breukink y Hampsten fueron los que mejor aguantaron el frío. El holandés ganó la etapa y el estadounidense sentenciaría la carrera. "Hubo un momento en que dejé de pedirle ayuda a Dios y empecé a pensar cómo negociar con el diablo", dijo Hampsten. Pedro Delgado llegó séptimo, pero a siete minutos del ganador. "Me crucé con un corredor que iba en dirección contraria. Había perdido la conciencia por el frío", recuerda Perico.

El gran peligro es que la batalla se inicie en el Gavia, de su cima a la meta aún quedan 177 km, el Mortirolo y luego Aprica, un puerto suave (3,1%), pero a esas alturas cualquier montañita puede ser mortal.

Lo puede atestiguar Indurain, que en 1994 protagonizó en el Mortirolo uno de sus más brillantes ataques, con el que rompió al ruso Berzin, breve milagro de la química del doctor Ferrari. Miguel atrapó a la cabeza de carrera, el colombiano Cacaíto Rodríguez y un jovencito llamado Marco Pantani. "Perdone señor Miguel que no le de ningún relevo", dijo respetuoso Cacaíto, con la lengua fuera. Indurain ya tenía suficiente ventaja para coger la maglia rosa, para ganar el Giro.

'Grossa pajara'.

Y de pronto, en un puertecito de segunda, Valico de Santa Cristina "He pillato una grossa pajara", dijo Indurain en la RAI en macarrónico italiano. Berzin conservó el liderato, Pantani ganó la etapa y subió como segundo al podio. Indurain terminó tercero.

Olano sí se hundió en el Mortirolo. Por la cima otro ruso, Pavel Tonkov, hoy vecino de Las Rozas, cruzó alzando los brazos sabiendo que ya tenía ganado el Giro. Zaina también superó a Olano, que acabó tercero.