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Ciclismo | Giro de Italia

Más rosa todavía

Alberto Contador se consolida como líder del Giro. En la cronoescalada de ayer fue cuarto y metió tiempo a Riccó (8 segundos), Di Luca (1:23), Menchov (1:27)... De sus grandes rivales, sólo Simoni le arañó 5 segundos. Franco Pellizotti ganó la etapa.

<b>DUREZA. </b>Alberto Contador realizó un gran papel durante la cronoescalada de ayer, que tuvo tramos de tierra y en la que se subieron rampas de hasta el 24% de desnivel.
reuters

Alberto Contador salió reforzado en su liderato tras la durísima cronoescalada a Plan de Corones. Quedó cuarto, a 26 segundos de Franco Pellizotti y cedió otros 16 a Sella. Con Simoni, que le restó cinco segundos, y Riccó, al que le ganó ocho, tuvo un empate técnico. Pero le metió más de un minuto a Di Luca (1:23), Menchov (1:27) y Bruseghin (1:42).

Aún no goza de diferencias tranquilizadoras en la general, pero la cosa gana cuerpo. El mismo Contador empieza a sentirse ya más a gusto y ayer dijo que había superado la parte más difícil del Giro para él: las primeras etapas, cuando llegó fuera de punto desde la playa, y estas tres jornadas dolomíticas. Contador siente que va entrando más en forma cada día y, aunque aún quedan jornadas complicadas, principalmente las tres últimas, cree que en ellas se va a poder defender mejor.

La de ayer era una etapa de otro tiempo, quizá de los años veinte o treinta. Los últimos cinco kilómetros se subieron sobre una estrecha carretera de tierra prensada. Un camino por el que no subió ningún coche. Los mecánicos ascendieron en motos con las ruedas o bicicletas de repuesto a la espalda por si había averías. Una vez llegaban y superaban el sofocón, los ciclistas tenían que descender por un teleférico. En él subimos y bajamos también los periodistas, los organizadores, todos.

A todo esto, en esos 12,9 km se superaba un desnivel de más de mil metros, hasta los 2.273 de la cima, con rampas del 8% de pendiente media y 24% máxima, precisamente en el último kilómetro de tierra. Hubiera sido imposible subir si llega a llover y aún así hubo ciclistas que se quejaron. "Esto no es un puerto, es una basura. No es ciclismo, es circo", dijo el ruso Karpets.

Sin embargo los que se disputaban la general no protestaron. "Hay que probarlo todo", dijo el mismo Contador. Alberto tuvo que montar un desarrollo propio de las mountain bikes: 34 dientes de plato y 30 de piñón. Para su cadencia alegre de pedaleo le vino bien. Hubo muchos que optaron por desarrollos similares, incluso Bruseghin llegó a montar tres platos, también como las mountain bikes.

Igualdad.

Las diferencias entre los favoritos no fueron tan escandalosas como se pensaba. Quizá porque cuando las rampas son tan duras nadie puede alcanzar una velocidad sobresaliente todos sufren igual y todo se iguala. Las diferencias fueron bastante menos que las que se sacaron en la anterior crono de media montaña (39,4 km) y seguro que también serán mayores en la contrarreloj final de Milán (28,5 km).