"Son montañas más duras que las del Tour"

Cuentan que se enfadó cuando le dijeron que tenía que ir al Giro.

Para ser sincero, es verdad que me pillé un buen rebote. Tenía ya hecha mi programación para el Dauphiné Liberé, los Juegos Olímpicos y la Vuelta a España, y el Giro era un cambio total de planes. Estaba muy a gusto en la playa, llevaba unos días en los que casi ni me entrenaba y además, está época no es buena para mí por mis problemas de alergia.

¿Puede afectar esta participación en el Giro en los Juegos y en la Vuelta?

No. Pienso que son compatibles.

¿Qué pensamientos traía cuando llegó a Italia?

Hice un par de entrenamientos de tres horas y media y noté que no estaba demasiado mal. En principio, mi preocupación era no ser un lastre para mis compañeros en la contrarreloj por equipos. Pero, aunque el pulso se me puso por las nubes, pude aguantar el ritmo. Luego, al día siguiente en Agrigento, me fue imposible estar con los mejores.

Perdió sólo diez segundos.

Ya, pero me pareció que no iba a poder estar al nivel de Riccó o Di Luca. En todo caso, el equipo no me exigía nada y eso me ayudó a no romperme la cabeza, a intentar ir día a día.

¿Hubo algún momento especialmente malo?

El día de la caída y el siguiente. Tenía un fuerte dolor y estuve a punto de irme para casa. Pero mi familia, mis amigos, el equipo todos me animaron a seguir. El día de descanso me sentó bastante bien y me alegro de haberles hecho caso.

¿Cómo marcha su lesión?

Bastante bien. A veces molesta un poco, pero creo que no me va a limitar en nada.

¿Y ahora, cómo se siente?

Mucho mejor, sin lugar a dudas. Cada día me he ido encontrando un poco mejor y lo que antes era un lastre, a estas alturas puede ser una gran ventaja.

Porque va a llegar más fresco a estas etapas de montaña, ¿no?

Claro. Más fresco de piernas y también de cabeza.

¿Cómo mira ahora al Giro?

Como una oportunidad que se ha presentado y hay que tratar de aprovecharla. Pienso que puedo estar con los mejores, que puedo subir al podio.

¿Y ganar?

Me veo con opciones de ganar, pero también veo a otros con ellas. Ahora llegan unas etapas muy duras. Hasta ahora sólo hemos subido puertecitos. Unas montañas que desconozco totalmente y eso me plantea muchas dudas.

Pero a usted ya se le ha visto muy suelto en los puertazos del Tour.

Me cuentan que los de aquí son distintos, que tienen pendientes más duras. Y antes del Tour ya me había entrenado sobre todas las montañas más decisivas. Aquí tengo que ir a la aventura.

¿Teme emboscadas?

Está claro que los italianos no van a regalar nada. Intentarán aprovechar todas sus bazas.

¿Quiénes son los rivales más peligrosos?

En principio Di Luca y Riccó, aunque en los grandes puertos pienso que son más peligrosos aún Simoni y Piepoli. Éste último está fortísimo, pero parece que no va a disputar la general y ayudará a Riccó. A Simoni se le ve bien, muy tranquilo, pero muy atento. Creo que va a ser el más peligroso.

¿Alguna sorpresa?

Sella tiene que ir bien en estas montañas, aunque lleva mucho tiempo perdido. Quizá también algún colombiano, como Cárdenas o Ardila, el venezolano Rujano o el mexicano Pérez Cuapio. Son gente que ya han brillado otros años en estas etapas.

¿Caerá el líder Visconti?

Todos dicen que no aguantará. Pero lleva mucho tiempo de ventaja y llevar la maglia rosa motiva mucho. Pienso que no será tan sencillo desbancarle. No sé. Es un buen contrarrelojista, pero no le conozco como escalador.

¿Cuál es la etapa que más le preocupa?

Por los informes que tengo, la del Mortirolo. Aunque todas son etapas para hombres, más duras que las del Tour. Si tienes una debilidad en cualquiera de ellas, puedes perder una minutada.

¿Y la de hoy?

Al ser la primera de alta montaña es muy importante. Creo que estas tres próximas etapas seguidas van a dejar la general muy encarrilada. Puede que incluso bastante decidida, aunque al final quedan otras tres jornadas seguidas también muy duras.