Contador se da de plazo hasta el viernes

Ciclismo | La intrahistoria

Contador se da de plazo hasta el viernes

Cuando Johan Bruyneel llamó a Alberto Contador para decirle que tenía que ir al Giro de Italia, ocho días antes de que comenzara la carrera, el madrileño se cogió un buen rebote y le dijo que no, que no estaba en condiciones y que no quería hacer el ridículo. Tres horas después, el manager del Astaná le volvió a llamar. Alberto ya había mascado la situación. Los organizadores del Giro invitaban al equipo siempre que fueran con sus tres estrellas: Klöden, Leipheimer e, insustituible, Contador, el ganador del último Tour de Francia.

Contador viajó a Italia con la idea de hacer unas etapas y retirarse. Pero la situación está cambiando. "Estoy mejor de lo que esperaba", decía ayer el madrileño. Empieza a barajar la posibilidad de llegar bien a esa última semana llena de montañas. En las dos etapas en línea disputadas hasta ahora el ritmo del pelotón no ha sido exigente y eso le ayuda a coger la forma y le anima. Ya se ha puesto un plazo: "En la séptima etapa (este viernes), que termina en un alto (Pescocostanzo) creo que sabré si estoy en condiciones de disputar el Giro o de irme para casa. Aunque posiblemente aguante hasta la contrarreloj del décimo día".

Tras ganar el Giro de Italia de 1998, Marco Pantani lo celebró a gusto, se tomó dos semanas de vacaciones, la muerte de un amigo también frenó su preparación y se fue al Tour prácticamente sin entrenar. En el prólogo contrarreloj en Dublín, El Pirata quedó el noveno por la cola. Al pie de los Pirineos estaba a ocho minutos y medio del líder (el francés Laurent Desbiens), y a algo más de cinco del alemán Jan Ull­­ri­ch. Nadie le tomaba en cuenta. Y ganó ese Tour.