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Ciclismo | Giro de Italia

Slipstream: el equipo antidopaje luce en rosa

La Corsa Rosa arrancó en Palermo con una contrarreloj por equipos, en la que se impuso el Slipstream, el equipo 'limpio' del pelotón. El Astaná de Contador acabó a 29 segundos; el Caisse d'Epargne, a 50; el Saunier, a 1:02; y el Euskaltel, a 1:17.

<b>LOS MEJORES. </b>El Slipstream, comandado en esta imagen por David Zabriskie, fue el más rápido en los 23,6 kilómetros de la contrarreloj por equipos de Palermo.
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En la lucha del ciclismo por recuperar su credibilidad, el Giro comenzó de la mejor forma posible: la contrarreloj por equipos la ganó el Slipstream, grupo estadounidense que pasa por ser el más limpio del pelotón, el que más controles antidopaje realiza a sus propios corredores para desenmascarar a los tramposos.

Y tampoco fue mal para Alberto Contador, que salvó dignamente una etapa complicada para él. Sufrió muchísimo para seguir el ritmo de sus compañeros, en algunos momentos se le vio apurado, pero logró aguantar hasta meta. El Astaná fue séptimo, pero el tiempo perdido por el equipo (29 segundos) es aceptable. Sobre todo porque en las filas de Slipstream, CSC y High Road no hay ningún aspirante al triunfo final y las pérdidas con los que serán rivales no fueron amplias: 20 segundos con el Liquigas de Nibali, 15 con el Barloworld del colombiano Soler, y sólo uno respecto al LPR de Di Luca. Con el resto, Contador comienza con ventaja, sobre todo con Menchov (Rabobank), que perdió 35 segundos más que él. Los tres equipos españoles estuvieron flojos. Resultó razonable en el caso del Caisse d'Epargne, que volvió a sufrir otra caída cuando se entrenaba en el circuito de la crono, que ha traído molestias de muñeca para el ruso Karpets y el venezolano Rujano.

El Slipstream ha nacido por el capricho de un millonario neoyorquino, Doug Ellis, que quiere ser el paladín del ciclismo limpio y aporta más de la mitad de los siete millones de presupuesto, de los que medio millón se destinan a hacer controles a los corredores, al menos uno cada dos semanas.

Otra singularidad es que sus corredores estadounidenses y canadienses residen en Girona para poder competir mejor en Europa. "Yo paso ocho meses al año en Girona y cuatro en Chicago", dijo Christian Vande Velde, corredor que tuvo el honor de llevarse la maglia rosa al ser el primero de su equipo en pasar por meta y que aprovechó su mayor momento de gloria en once años de carrera para aclarar cómo se escribe su apellido: Vande Velde. Está a punto de cumplir 31 años, pero nunca es tarde para corregir.