Kirchen fue aún más duro que Evans en Huy

En el Muro de Huy (sólo 1,5 km, pero con rampas de hasta el 26%) no puede haber ni trampa ni cartón. Ahí siempre gana el más fuerte en ese día. Y ayer lo fue el luxemburgués Kim Kirchen, 29 años y ocho campañas como profesional. Está viviendo su mejor año y ayer, su mejor día. Por el momento.

La Flecha Valona, más que saeta es martillo. Casi 200 kilómetros, diez cotas, entre ellas tres veces la de Huy; ayer la lluvia machacó aún más a los corredores. Y para final, tremenda cuesta. Hay que subir a puro riñón.

Un tipo duro.

El australiano Cadel Evans quiso demostrar otra vez que es el tipo más duro del pelotón y marcó desde el inicio un ritmo fuerte y tenaz. Atrapó a los dos que empezaron la subida escapados, el alemán Weggman y el ruso Vladimir Efimkin, y cada vez eran menos los que le seguían: Rebellin, Cunego, Purito Rodríguez, que aguantó hasta los últimos 500 metros. Ya no estaba Valverde, con las piernas bloqueadas por la lluvia y el frío, ni Freire.

En una llegada a 20 km/h pasan muchas cosas y, lo mejor, da tiempo a verlas. Kirchen iba sexto en la fila cuando el pelotón se deshilachó. Pero empezó a progresar. Cuando los demás perdían aire con la brutal cadencia de Evans, el luxemburgués parecía cogerlo. A 150 metros de la cima ya era el único a rueda del australiano y todavía tenía más: atacó. Evans quedó atras, pero no se rindió. Metió un diente más en cuanto la cuesta se dulcificó un poco. Pero Kirchen iba sobrado. Era su día. El mejor en una larga carrera.