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LEB ORO

Un final de carrera perfecto

Los gemelos Álex y Txemi Urtasun se reencuentran, cerca de la cuarentena, en el Clavijo de LEB Oro. “Al principio nos chocaba: haber jugado juntos hasta los 18 y luego, nada, siempre en diferentes equipos...”.

Un final de carrera perfecto
OSCAR ARAUJO / GIPUZKOA BASKET

Entre los dos suman 36 clubes. El 30 de abril cumplen 40 años y lo harán compartiendo vestuario, un viejo anhelo que mantenían desde que eran unos mocosos, con 18 primaveras, en el Centro Siglo XXI del País Vasco. Una escuela formativa en la que coincidieron con Fran Vázquez, Sergio Rodríguez y Saúl Blanco, por citar algunos ejemplos. El Clavijo de Logroño, actual colista de LEB Oro, les ha reunido en busca del milagro de la permanencia. Para Txemi y Álex Urtasun es un sueño hecho realidad.

Ha habido muchos hermanos célebres en nuestro país en la historia del baloncesto: los San Epifanio Epi, Margall, Arcega, Martínez Arroyo, Llorente, Angulo, Cazorla, Creus, Grimau, Jofresa, Martín, Gasol, Hernangómez... Y los gemelos Urtasun, por supuesto, dos navarros, asentados en Zizur que llegaron a ser vecinos del futbolista Raúl García. Se han movido casi cada año de ciudad y no por voluntad propia. “Lo mejor es la experiencia que te queda, estar en 19 y 17 equipos supone conocer todas esas ciudades, diferentes maneras de entrenar, compañeros de todo tipo y, sobre todo, acumular experiencias. Yo no cambiaría nada de lo que he vivido en mi carrera”, arranca Álex, que en 2015 hizo la pretemporada con el Olimpia Milán. “Hacía tiempo que busca una aventura fuera. Iban a jugar la Supercopa y necesitaban gente por culpa de las lesiones, pero al final se recuperaron varios jugadores y no pude seguir”, lamenta. Después vivió una etapa en el Nancy francés. “Una experiencia impresionante en un país vecino, con una cultura diferente, aprendí el idioma, y me habría gustado estar más tiempo”. Txemi se fue a un destino más exótico, el Panteras de Aguascalientes mexicano.

Ambos coinciden que su carrera no se va a alargar mucho más. Txemi fichó recientemente por el Clavijo y su hermano Álex prolongó hasta fin de curso su contrato temporal. Este llevaba unos meses sin equipo tras jugar la pasada campaña en el Lleida, también de LEB Oro. En su dilatada trayectoria acumula experiencia en media docena de equipos de ACB: Valencia -donde debutó en 2002- Gipuzkoa, Zaragoza, Sevilla, Fuenlabrada y Murcia; además ha militado en una decena de equipos de la LEB y también tuvo un breve paso por la liga francesa. Tras pasar por la academia de Bilbao, Txemi ha logrado pisar la ACB con Breogán, Gipuzkoa, Estudiantes, León, Alicante, Sevilla, Unicaja, Gran Canaria, Obradoiro, Zaragoza y Betis. Y en categorías inferiores, Bilbao, La Palma, Zaragoza, Melilla, Ourense, Manresa y Clavijo.

Álex refresca sobre todo su paso por competiciones europeas, “la Eurocup con Valencia, una Final Four en la Champions, las Copas del Rey... Todo eso borra los sinsabores de las lesiones, las ganas de sobreponerte a amargos momentos. Lo mejor es haber seguido en la élite, el sueño para muchos que no pueden alcanzar”. Txemi no olvidará jamás haber pisado pistas como el OAKA, la Mano de Elías de Tel Aviv, la cancha del Fenerbahçe. Y los dos ascensos, el de Girona, por ejemplo, al lado fe Marc Gasol. “La dimensión que tiene como deportista es gigante, pues bien, a mí me impresionó aún más su humanidad”,

“Seguiré hasta que me deje mi mujer”, se oye entre risas. Porque mover a la familia cuesta y da pereza estar al borde de la cuarentena y tener que hacer maletas. Ambos se trasladan desde Pamplona a Logroño cada día para entrenar y jugar, un trayecto muy corto. Y atienden un proyecto en el que han volcado mucha ilusión: AIT Sport Center es una apuesta empresarial y deportiva que han promovido junto con su hermano Pope, el mayor, que también jugó a baloncesto, aunque a más bajo nivel. Forman la más reconocida estirpe baloncestística que ha dado la Comunidad Foral de Navarra. En esta iniciativa caben propuestas desde alquiler de pistas, tecnificaciones de baloncesto, entrenamiento personal y para opositores, cuestiones relacionadas con la salud, campus, desarrollos de eventos para clubes y empresas, charlas y clinics, así como ponencias.

“Al principio nos chocaba: haber jugado juntos hasta los 18 y luego, nada, siempre en diferentes equipos... siempre hemos sido competitivos, normalizas lo de enfrentarte a tu hermano y querer ganar a una persona a la que quieres tanto. Hemos tenido buenos piques y experiencias. A los 14 años hacíamos nuestros uno contra uno y era normal acabar casi a tortas”, se ríen. Álex echa un vistazo a su carrera “y no todo es color de rosa, aunque te quedas con lo bueno”. Y su hermano va por esa línea: “!Estoy muy contento con todo lo que he hecho”. Los dos tienen el título de entrenador, pero recelan sobre si van a orientar por ahí su futuro, porque sería volver a la rutina de viajes, ver poco a la familia... “es difícil y hay que sacrificarse mucho”. Han recogido enseñanzas de Pablo Laso, Aito García Reneses, Pedro Martínez, César Rupérez, Joan Plaza, Txus Vidorreta, Óscar Quintana, Porfi Fisac, Sito Alonso, Ibon Navarro, Juantxo Ferreira, Zan Tabak, Jasmin Repesa, Velimir Perasovic…

Ahora se centran en el milagro de la permanencia en Logroño en LEB Oro. “En el Clavijo hay un grupo de jóvenes con muchas ganas y un cuerpo técnico encabezado por Jenaro (Díaz) que hace todo lo posible por sacar esto adelante. Estamos supercontentos aquí, todos intentan hacer lo preciso para dar la vuelta a la situación. Nadie arroja la toalla”, rematan al unísono convencidos. Hoy reciben al Cáceres en la jornada intersemanal. En la anterior, disputada hace cinco días, anotaron entre los dos 37 de los 72 puntos de su equipo ante el Real Valladolid, aunque no sirvieron para ganar en Pisuerga. Pero su ilusión, casi de críos, no tiene límites y aún sueñan con dar el golpe. Al fin juntos.

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