Rabaseda: “No somos un equipo de Euroliga, pero sí tenemos su ambición”

Rigo y Rabaseda, la doble R, ejercerán de capitanes en el Bilbao Basket. El balear es el único superviviente desde el año del ascenso. Llegó en 2018 y dos años más tarde vivió el calvario de una grave lesión de rodilla. “Es mi quinta temporada. Encaramos una pretemporada ilusionante, con ganas y ambición, trabajando con Jaume (Ponsarnau) y poniéndonos al día con él”, expone con su habitual media sonrisa.

El escolta balear aplaude el trabajo de la dirección deportiva este verano a la hora de cerrar un equipo “compensado”, en el que percibe “puntos fuertes” en “cualquier posición”. Ahora se trata de engrasar la maquinaria “y que todo vaya rodando poco a poco”. Como solo han estado un día juntos, apenas se conocen “habrá que hacer una reunión de equipo para soltarnos, son buenas personas y lo importante es que se adapten rápido a los entrenamientos y a los que llevamos más tiempo”.

A Rigo no le influye el hecho de ser capitán para mantener su actitud habitual “de ir al cien”. Se ha estado preparando durante el verano a conciencia, “no sabia la idea que Jaume (Ponsarmau) tenía de mí”, aunque tiene claro que si es capitán, tendrá que llevar a cabo la tarea de “ayudar más a la gente e involucrar a todo el mundo con el club, afición y valores que tiene la casa”. Lo que más les obsesiona es “intentar crecer desde ya”. Rabaseda le echará un cable como máximo representante del vestuario, aunque es un recién llegado a Miribilla. “Intentaré aprender de Rigo, que tiene mucha más experiencia en ser un ‘hombre de negro’ y jugar en Miribilla, y ayudar al resto a ser un buen equipo desde el principio en una temporada ilusionante, pero difícil”, aventura.

La ausencia de Mumbrú se hace notar y en los primeros días, con más intensidad. “Era el que llevaba más tiempo, hay que cambiar un poco la idea y adaptarnos a lo que nos pida el nuevo entrenador”. Por último, al nuevo año le pide “estar sano, no tener recaídas, ni piedras de lesiones en el camino”, lo que busca es “intentar crecer, y ayudar si estoy bien y puedo ir para arriba”. Estar presente en dos competiciones gusta, “jugar más partidos hace que las semanas no se hagan tan largas”, mientras que valora que la Champions “cada vez adquiere más importancia a nivel europeo y nos hace ilusión a todos”.

En esa línea se pronuncia Rabaseda. Xavi no pasa por los sitios de puntillas, en Burgos se implicó de tal manera que la gente le ha despedido por todo lo alto, pese al descenso. También dejó muestras de su honradez en Fuenlabrada, Estudiantes y Gran Canaria. Asegura que a pesar de “no ser un equipo de Euroliga” sí tienen en el Bilbao Basket “la misma ambición” que los conjuntos más poderosos y la intención de “ganar cada partido”, sobre todo los de casa. “No son los nombres los que juegan. Hemos visto a equipos pequeños superar las expectativas y esa es nuestra intención. Tenemos que defender nuestra casa y, como el año pasado, que Miribilla sea un fortín”, subrayó el catalán antes de su primer entrenamiento como ‘hombre de negro’.

Rabaseda desveló que el Bilbao Basket fue el primer club que se interesó en su fichaje, lo que unido a una conversación en la que el Ponsarnau le trasladó su interés para que fuera “una pieza importante”, le animó a aceptar la oferta del club vizcaíno. “Tenía un año más de contrato en Burgos, pero la situación no fue la que esperábamos y con el descenso, el club no podía asumir el contrato en LEB y tenían otros planes y yo quería seguir en la ACB”, explicó el alero campeón del Mundo en 2019. “Ha sido un verano largo y me ha venido bien para refrescar el coco y empezar con mucha ilusión este nuevo proyecto”, añadió el baloncestista formado en La Masia antes de dejar claro que no es el anotador del equipo, aunque sí hace “muchas otras cosas bien” y, a sus 33 años y con más de 400 partidos en la ACB, puede aportar al grupo “experiencia y veteranía”.