Y la bomba explotó: los Heat sancionan a Butler

La situación era insostenible y finalmente ha explotado: los Heat sancionan a Jimmy Butler. Se veía venir, se olía en el ambiente y se ha hecho realidad. Algo que parece buscado por el propio jugador, que ha forzado la máquina al máximo hasta que la franquicia de Florida ha reaccionado. La estrella (si es que lo sigue siendo) estará fuera de circulación en los próximos siete partidos y la entidad ha compartido en redes sociales un comunicado oficial en el que asegura que se ha iniciado el proceso para buscar su salida de Miami: “Hemos suspendido a Jimmy Butler por siete partidos por múltiples casos de conducta perjudicial para el equipo durante el transcurso de la temporada y, en particular, durante las últimas semanas. A través de sus acciones y declaraciones, ha demostrado que ya no quiere ser parte de este equipo. Jimmy Butler y su representante han indicado que desean ser traspasados, por lo tanto, escucharemos ofertas”, reza el escrito.

En las últimas semanas, la actitud de Butler se ha vuelto cada vez más errática y tan solo unos días después de que Pat Riley asegurara que no le iban a traspasar, la franquicia asegurar estar escuchando ofertas. La táctica de la estrella, muy habitual en la era de los jugadores empoderados, era la de buscar un nuevo destino. Sin embargo, a sus 35 años, el alero ha perdido fuelle y está lejos de sus mejores días a pesar de producir estadística. Su bajón físico es evidente y en las últimas temporadas ha dado más que hablar por su corte de pelo particular en el Media Day que por su nivel en pista, resentido por la edad y por un baloncestista muy dependiente de su físico. Estaba promediando 17,6 puntos, 5,5 rebotes y 4,7 asistencias este curso antes de la sanción, disputando 22 partidos y menos de 31 minutos por noche, la cifra más baja desde su año sophomore, en la 2012-13. Hace más de una década.

La NBPA, asociación de jugadores de la mejor Liga del mundo, no considera apropiada la sanción a la estrella y ha emitido un comunicado en el que expresaba su malestar: “La suspensión de siete partidos impuesta esta noche por Miami Heat a Jimmy Butler es excesiva e inapropiada, y tenemos la intención de presentar una queja impugnando la disciplina”. Sin embargo, es muy común en estos casos que la situación se resuelva antes de que se falle a favor de cualquiera de los implicados o incluso de que se acabe la sanción oficialmente anunciada por el momento. Butler lleva queriendo salir de la franquicia desde el inicio de la temporada. Desde su llegada a los Heat en 2019, ha disputado dos Finales de la NBA: en la burbuja de Orlando en 2020 y en 2023 frente a los Nuggets. En ambas, mostró un nivel superlativo en playoffs. Un argumento que queda ya muy lejos de hablar a su favor tras los constantes desmanes originados en los últimos tiempos. Todo se resolverá en los próximos días. A más tardar y salvo sorpresa, antes del 6 de febrero, cuando tendrá lugar el cierre del mercado.

Un jugador muy cuestionado

La actitud de Butler ha terminado por hartar en el seno de los Heat y también por cansar a la opinión pública. Ethan Skolnick, periodista que lleva toda la vida ligado a la franquicia de Miami, ha sido muy claro al respecto. “No se trata de un rol, sino de dinero. Quiere 50 millones de dólares para jugar 50 o 60 partidos, pasar la temporada regular como un sonámbulo y luego intentar mejorar para los playoffs. No quiere que se le exijan los mismos estándares que a los demás”, asegura el reportero. Butler cobró más de 45 millones de dólares la temporada pasada y se llevará casi 48 millones en la presente merced al contrato que firmó con los Heat y que se hizo efectivo en 2023. Para la próxima campaña tiene una player option superior a los 50 millones de dólares. Dicho salario, unido a su edad y a su pérdida paulatina de nivel, le hacen un producto muy difícil de traspasar para los Heat, que siempre podrían buscar un acuerdo económico en forma de buyout con el jugador. Las posturas ahora mismo parecen demasiado alejadas incluso para eso.

El caso que se está viviendo parece una repetición de tantas y tantas situaciones que ha protagonizado Butler a lo largo de su carrera deportiva, en la que ha tenido peleas con propios y extraños, ganándose una buena ristra de enemigos. La sanción actual le reportará pérdidas de 2,5 millones de dólares de forma acumulada por los siete partidos, pero no es la primera vez que vemos algo así en el jugador, que acabó saliendo mal de los Bulls, protestó en demasía en los Timberwolves, no cuadró del todo en el faraónico proyecto de unos Sixers que murieron en ese famoso séptimo partido en Toronto en el que les condenó Kawhi Leonard... y va a salir por la puerta de atrás de los Heat, que le entregaron el proyecto cuando ya era un veterano y confiaron en él para caer presa de lo mismo que ha hecho en otras franquicias. La historia se vuelve a repetir para un jugador al que se le acaba el crédito y del que es muy difícil fiarse. Algo que va cada vez tocando su fin, pero que hasta que llegue tendrá su enésimo (y ya veremos si último) capítulo en los Heat, que finalmente han sancionado al jugador estirando al máximo un chicle que parece que, por fin, se va a romper. Es lo que tiene.

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