Winslow: “Comencé a ir por un camino muy peligroso”
Justise Winslow, jugador de Portland Trail Blazers, se sincera con ‘The Athletic’ sobre sus problemas de salud mental en los últimos años y episodios relacionados con el alcohol y mujeres.
La salud mental cobra cada vez más importancia en el panorama deportivo. Justise Winslow, alero de 26 años de los Portland Trail Blazers, se sincera con The Athletic sobre varios episodios relacionados con el alcohol, las mujeres y los malos momentos de su vida en los últimos años.
La franquicia de Oregon se ha convertido en el cuarto equipo en ocho temporadas (Miami, Memphis, Los Angeles Clippers, Portland) para el ex de Duke. Un talento que no ha cumplido con las expectativas, una estrella que no ha podido brillar. La carrera de Winslow se resume en una montaña rusa, donde los malos momentos deportivos (y personales) pasan por encima de los buenos.
El camino hacia “la oscuridad” de Justise comenzó poco a poco. Él mismo no se dio cuenta de dónde estaba en ningún momento. “Hice un hogar en la oscuridad”, comentó el alero para The Athletic. “Lo hice cómodo para mi”.
Las lesiones no permitieron ver el jugador que se esperaba que aterrizase en la mejor competición del mundo, algo que le lastró física y mentalmente. “Disfruté la autocompasión”, comentó. “Me convertí en este marginado que se iba a quedar abajo e iba a permanecer en el hoyo”.
Winslow formó parte del equipo que salió campeón de la NCAA en Duke en 2015. Era el jugador referencia junto a Jahlil Okafor, que actualmente se encuentra en los Capitanes de Ciudad de México de la G-League, que tampoco ha cumplido con lo esperado. En ese plantel estaban también Quinn Cook, campeón de la NBA con los Warriors y Tyus Jones, que se ha posicionado como uno de los mejores bases suplentes en la NBA en Memphis.
El alero trató de enmascarar su depresión abusando del alcohol y utilizando mujeres. Sus noches se resumían en ir de bar en bar, según pudo relatar el profesional. “Trataba de encontrar el amor en los lugares equivocados, explicó para el medio americano. Se denominó a sí mismo “un vampiro de energía”, mientras trataba de recuperarse de las lesiones en Miami. En Florida tuvo problemas con el hombro y la espalda. En Tennessee, con la cadera.
Encerrado en el mal humor a nivel familiar y deportivo, Winslow relató que su hermano, Josh, recibió una llamada de Erik Spoelstra, entrenador de los Heat, afirmando que “parecía que no se había afeitado en semanas ni había salido de su habitación”.
Tuvo un choque con Spoelstra a la vez que una pelea con su hermano en una playa de las Bahamas durante este periplo. Elegido en el draft por Miami en el 10º puesto, Winslow ha ganado millones en las temporadas que lleva compitiendo en la liga.
Su hermano Josh quiso parar todo esto. “Cuando vi a Justise así, sabía que era momento de dar un paso adelante”. “Se lo dije y él se puso en tono defensivo y agresivo”, comentó el hermano.
Su salud mental le ha llevado a pasar desapercibido para el público siete años después de brillar en el campeonato universitario. Las expectativas jugaron un papel fundamental en esta caída.
“Ser elegido tan alto, y ser esta elección de lotería, hubo mucho de… No quiero decir que soy un salvador ni nada comparado con LeBron o Zion y lo que pasaron… pero fue algo así como, ' Este es el tipo al que Dwyane Wade le iba a pasar la antorcha en Miami”, comentó Winslow. “Así que esa era la expectativa, y estaba bien con eso”.
Pero, la lesión en el hombro derecho en su segunda temporada, le hundió completamente. “Fui muy egoísta; Pensé que todo el mundo estaba centrado en mí, especialmente cuando me quitaron el baloncesto”, dijo en la entrevista. “No sabía cómo llenarme. Fue entonces cuando mucha de la negatividad y la oscuridad comenzaron a aparecer”.
“Llegas a la liga con 19 años y es todo genial”, añadió el alero de los Blazers. “Luego todo baja y tienes que resolverlo. Es como preguntarle a un joven de 19 años en qué quiere especializarse. No lo sabe. No me conocía a mí mismo a los 19″, aclaró.
Su infancia no fue la idónea. Vivió con su madre después de que sus padres se divorciaran cuando tenía 3 años. Este suceso tendría importancia en su adolescencia, ya que su personalidad se fue transformando. “Algunas cosas del pasado fueron reveladas y expuestas, toda la familia pasó por muchas cosas”, respondió.
“He hecho cosas de las que no estoy orgulloso en mi vida personal. Me he alejado de mi familia, me he aislado yo mismo... Fui muy duro conmigo mismo”, se sinceró el jugador de 26 años. “Había días que no quería salir de la cama, a lo que sumas beber, las fiestas y todo eso... Me fui a un camino muy peligroso. Creé una rutina y casi me devora”, declaró el ex de Duke.
Una discusión con Spoelstra durante su etapa en Miami le supuso el cambio de chip. Winslow, desde entonces, cambió. El verano de 2019 supuso el cambio. El alero tomó el hábito de despertarse a las 5 de la mañana para estar despierto antes del amanecer y capturarlo con fotografías.
El giro definitivo hacia su nueva y reconvertida vida llegaba el 14 de noviembre de 2021 cuando Niko, su hijo, nació en Los Angeles durante su etapa en los Clippers. “Puedo decir que es más feliz porque sonríe más”, declaró la madre del jugador. “Niko ha sacado la luz de él (Winslow), es una versión totalmente diferente”, comentaba Kristina Escobar, su mujer.
En la actualidad, el alero de los Blazers está promediando 6.8 puntos, 5 rebotes y 3.4 asistencias para el equipo de Chauncey Billups. Winslow se ha vuelvo a encontrar con el baloncesto y consigo mismo tras una etapa en la oscuridad.