Willy ve desde la barrera la sorpresa de la temporada
Los Utah Jazz, supuestos candidatos a ‘tankear’ por Wenbanyama, también se cargan a los Pelicans y siguen invictos. Zion e Ingram, K.O.
Si hay algo en esta casi primera semana de competición que está dejando todos los análisis previos en papel mojado son los Utah Jazz. El equipo de Salt Lake City dio un giro radical en su camino desprendiéndose de casi todos sus mejores jugadores, entre ellos sus dos estrellas (Donovan Mitchell y Rudy Gobert) y parecía un candidato más que evidente a pelear por el próximo número 1 del draft con un objetivo claro, el joven francés Victor Wenbanyama, ahora mismo el objetivo de media NBA. Pero los Jazz, de momento, no solo no se están dejando ganar. De hecho lo que están haciendo es no dejarse perder. Tras vencer a dos equipos que tienen las miras puestas muy altas en el Oeste (Nuggets y Wolves, los segundos en la prórroga) hoy han vuelto a hacer lo mismo en el tiempo extra con una de las grandes sensaciones de estos primeros días, los New Orleans Pelicans.
Los Jazz, bajo la batuta del joven y de momento motivante entrenador Will Hardy, juegan duro, rápido, cargan con mucha energía el rebote ofensivo (cuartos con 15 de media) y tiran todo lo que pueden desde la larga distancia (primeros en triples intentados, 42, y encestados, 16,3). Y también son por el momento el equipo que más asistencias da (31,7) y el que más puntos mete (125,7). Por algo es uno de los tres equipos de la Liga que ha empezado con un inmaculado 3-0, junto a Celtics y Blazers. Y puede que haya algún momento, más pronto que tarde, en el que alguien recuerde dentro de la franquicia que el objetivo este año era otro y empiecen a tankear, pero mientras tanto disfrutemos de unos Jazz estupendos, mucho más excitantes, y parece increíble decir esto, que aquellos que hasta el año pasado se consideraban gallos del Oeste.
Con Mike Conley como nexo de unión más evidente con la época ya pasada, pero también con Jordan Clarkson, que hasta el año pasada funcionaba como sexto hombre y microondas y que ahora es un titular con todas las de la ley. Un triple suyo a falta de 37 segundos, contestando otro inmediatamente anterior de CJ McCollum, mandó el partido a la prórroga. Ahí fue cuando a los Pelicans se les hizo muy larga la sombra de la ausencia de Brandon Ingram y Zion Williamson. Ambos tuvieron que abandonar el encuentro en dos jugadas desafortunadas. El primero por un golpe en la cabeza de la mano de su compañero Naji Marshall al intentar ambos robar un balón en el primer cuarto. EL alero trató de volver en el segundo periodo pero duró un minuto en pista y se marchó directo a los vestuarios para no volver. En cuanto a Zion, una mala caída al intentar hacer un mate, bloqueado precisamente por Clarkson, le provocó un fuerte golpe en la cadera. El ala-pívot trató de seguir pero duró 6 segundos más y se sentó en el banquillo con evidentes gestos de dolor. Ingram llevaba 10 puntos en 11 minutos y Zion, 25 en 30.
Sin ellos en pista los locales fueron capaces de remontar una desventaja de 17 puntos en el último cuarto, guiados por McCollum, Trey Murphy y Larry Nance Jr., una aparición inesperada en la rotación interior, que está jugando 21,7 minutos de media y que le está quitando todos los minutos que suponíamos le iban a dar a Willy Hernangómez. El español, MVP del último Eurobasket, se quedó otra vez sin vestirse de corto, segunda vez que ocurre en tres encuentros. Esta vez volvió Jason Hayes, quien parecía su principal rival, pero su aparición fue testimonial. Willy, de momento, tiene un problema. Todo lo contrario que otro europeo que ha brillado en el Eurobasket pero a quien se le resistía la NBA hasta ahora. Lauri Markkanen, una de las incorporaciones de Utah en esos paquetes de jugadores que han recibido vía traspasos, está brillando como nunca en Estados Unidos. Hoy ha acabado con 31 puntos y 9 rebotes y ya promedia 24 y 9,7. Y otro recién llegado, Kelly Olynyk, fue el encargado de cerrar la victoria con una canasta a 3 segundos del final de la prórroga. Y es que en estos Jazz todo el mundo aporta su granito de arena para protagonizar la que es de momento la gran sorpresa de la temporada.