Wembanyama, mucho para nada
Los Spurs pierden contra el peor equipo del Oeste, Utah Jazz, en un partido en el que regresó Devin Vassell después de siete meses.
Es difícil encontrar un partido en los bajos fondos del Oeste, una Conferencia donde casi todos parecen competir en un puñado de partidos, a unos días buenos o malos, una lesión traicionera aquí o allá, de pelear por la ventaja de campo o por no caerse del play in. Pero los hay, y este Spurs-Jazz (110-111) es uno de ellos. Ahora 4-6 para los texanos, que perdieron una ocasión excelente para sujetarse en el 50% de victorias y cayeron en casa contra unos Jazz que solo habían ganado un partido: ahora son dos (2-7), más cerca de Pelicans y Blazers (3-7). Curiosamente, el peor equipo de toda la NBA, el único que solo ha sumado un triunfo, es de pronto Philadelphia 76ers (1-7).
Los Jazz están en pleno movimiento joven, mucho más enfocados en el desarrollo de sus jóvenes y en el próximo draft que en la primera parte del curso pasado, cuando fueron más competitivos de lo previsto… y, seguramente, de lo que querían en sus despachos. Después de perder por una grave lesión a Taylor Hendricks, es un curso de crecimiento para Keyonte George (que no jugó en San Antonio por problemas musculares) y de descorche para el trío de rookies que forman Cody Williams, Kyle Filipowski y un Isaiah Collier que acaba de debutar y que es un proyecto curioso por su capacidad para dirigir (prometedor) y sus problemas para tirar (preocupante).
En Texas, los Jazz ganaron porque pusieron más músculo y energía en las zonas, ganaron rebotes y generaron tiros libres, y resistieron las cargas finales de los Spurs, con seis tiros libres (6/7) en los últimos doce segundos. Con 104-107, Jordan Clarkson le sacó una controvertida falta de ataque a Victor Wembanyama, que sumó así su sexta pérdida de una noche en la que firmó una de esas líneas estadísticas que solo firma él: 24 puntos, 16 rebotes, 7 tapones y 6/9 en triples. Sus tiros metieron de lleno en el partido a su equipo en la segunda parte, y su influencia en el juego es obvia si bien se puede discutir cómo de óptimo es que se circunscriba tanto al triple: la pasada temporada lanzaba más allá de la línea de tres el 33% de sus lanzamientos totales. En esta marcha en un 45%. Cuando entran, como esta vez, no parece haber problema. Pero no siempre está siendo así. Con todo, es el único jugador de la historia con múltiples paridos de la menos 20 puntos, 15 rebotes, 5 tapones y 5 triples anotados.
Los Spurs, todavía sin Gregg Popovich y con Mitch Johnson como entrenador interino, siguen dando minutos importantes a Stephon Castle, su gran apuesta del último draft: 23 puntos (10 en el último cuarto) y 3 asistencias. Y recuperaron por fin, después de siete meses de baja por una lesión en un pie, a Devin Vassell, de largo su mejor jugador más allá de Wemby: 21 puntos en 22 minutos en un regreso muy esperado. Pese a estas buenas noticias, la debilidad en las zonas y demasiadas pérdidas evitables fueron lastres finalmente letales contra un rival al que deberían haber ganado y en una noche en la que la veteranía de Chris Paul (0/6 en triples) quedó en evidencia contra los guards, mucho más rápidos de los Jazz, un equipo camino de estar en camino y liderado por un Lauri Markkanen que se dio un golpe tremendo en la espalda en los últimos minutos y acabó el partido entre gestos claros de dolor (20 puntos, 6 rebotes), Collin Sexton (23), Clarkson (16) y John Collins (15 y 10 rebotes). La producción de los veteranos.
Los otros resultados de la jornada
CAVALIERS 105-NETS 100
HAWKS 113-BULLS 125
CLIPPERS 105-RAPTORS 103
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