Wembanyama conquista la capital
Los Spurs, que todavía no han ganado sin el francés en pista en toda la temporada, se impusieron en el duelo entre dos de los peores equipos de la NBA.
Si no está Victor Wembanyama, pierdes (0-6 esta temporada sin él). Si juega el pívot imposible francés, lo normal es que pierdas porque eres francamente malo en casi todo… pero a veces ganas. Así es la vida de los Spurs 2023-24, que han hecho un doblete por las cloacas de la NBA. El viernes perdieron en Charlotte contra los Hornets (9-31) porque no estaba Wembanyama, que regresó el sábado contra los Wizards (7-34)… y los Spurs (8-34) ganaron. Mañana, el viaje por el Este hace parada en Phildelphia. Mala pinta para los texanos pero, si la salud de ambos lo permite, duelo Embiid-Wembanyama. Algo es algo, ¿no?
Lo de Washington fue lo propio de dos equipos que no han llegado a diez victorias en la mitad de una temporada en la que la parte de abajo está muy abajo: cuatro equipos (los citados Hornets, Wizards, Spurs y, claro, los Pistons) no han llegado a esos raquíticos diez triunfos. Y cuando juegan entre ellos se entiende por qué: pérdidas, errores, juego flácido y unas defensas que se quedan en casa, en el hotel... o ni siquiera existen. Al menos como una traza mínima de asunto colectivo. Pero estos partidos así también los tiene que ganar alguien, porque en baloncesto no hay empates. En Charlotte, los Hornets ganaron a los Spurs. En Washington, los Spurs ganaron a los Wizards. Tú la llevas.
Los Wizards, por cierto, han perdido esta semana contra Pistons y Spurs, un doblete catastrófico que explica bien en qué punto está un equipo a un par de años de estar a un par de años. Eso si no hay golpe de efecto mágico, que en estos casos no suele. La pareja Jordan Poole-Kyle Kuzma firmó un 0/7 en triples y solo 27 puntos totales, 11 de un Kuzma que tal vez salga traspasado antes del cierre de mercado (8 de febrero) y que falló dos veces en el último minuto mientras los Spurs iban amarrando la victoria desde la línea de personal. El partido acabó con un parcial de 6-22 que tumbó a unos Wizards que ganaban de doce a falta de cinco minutos (121-109). Perdieron, pero tampoco es que les importe demasiado. Marvin Bagley III, aquel número 2 de draft por delante de Luka Doncic que empieza a jugar con alma de forajido, acabó con 21 puntos y 12 rebotes y parece dispuesto a exprimir su tiempo en la capital, dure lo que dure. Acaba de llegar desde Detroit, así que tampoco es que se vaya a asustar de cómo están las cosas por allí.
La cuestión, siempre que juega, es Victor Wembanyama, que anotó el triple del empate a falta de dos minutos (121-121) e intimidó en momentos decisivos en los que pudo estar en pista porque los Spurs le dieron algo más de carrete: jugó 28 minutos cuando su media ha estado entre los 20 y los 24 desde que se lastimó un tobillo el 23 de diciembre, en Dallas. Acabó con 24 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias y 6 tapones.
En enero, desde que se le aplica la restricción de tiempo en pista, sale casi a punto (23,7) por minuto (24,4). Y firma también 9,6 rebotes, 2,7 asistencias y… 3,1 tapones. La cifra más alta de rebotes y robos (combinados) de un rookie desde que se registran ambos datos es el 4,3 de Shaquille O’Neal en 1993. Wemby está en 4,2, lidera la NBA en tapones y en Washington se dio el gustazo de jugar contra Bilal Coulibaly, otra promesa francesa y su amigo y compañero la temporada pasada en el Metropolitans 92. Coulibaly (19 años) lleva desde los doce, más o menos, jugando con Wembanyama (20). Y fue número 7 del pasado draft. Una noche especial para los dos… y para los hermanos Jones, que volvieron a enfrentarse. Por fin el pequeño, Tre (11 puntos, 8 rebotes, 12 asistencias), ganó al mayor, Tyus (13 puntos, 6 asistencias) en un partido NBA. Cosas.
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