Una dinastía en declive: “Son frágiles”
Golden State Warriors ha perdido 8 de los 11 últimos partidos y están 12º en la Conferencia Oeste, fuera incluso del play in.
Golden State Warriors es la última gran franquicia surgida en la NBA. Desde 2014, son cuatro anillos, tres de ellos en un triunfal ciclo de 2014 a 2019 en que cada temporada se cerraba con unas finales. El último campeonato, el de 2022, fue un ejercicio de reinvención que se conquistó con la constante Stephen Curry, el mejor tirador de todos los tiempos y el jugador que cambió la manera de practicar este deporte. Un camino improbable, insospechado que les elevó por encima del resto con ese curso inimaginable de 73 victorias y 9 derrotas, que superó el 72-10 de Michael Jordan y sus Chicago Bulls.
Un tiempo glorioso que, poco a poco, queda atrás con una factura importante por desembolsar: la franquicia de la Bahía paga 200 millones de dólares en salarios y más de 200 en impuestos de lujo. Un total de más de 400 millones de los que casi 175 millones están comprometidos en sueldos para la próxima temporada. En 2025-26, la cifra se rebaja… pero solo hasta los 115.
Cifras astronómicas asentadas sobre un proyecto ambicioso, el del Chase Center y la pudiente afición de Silicon Valley, que vive su peor momento. Por encima, incluso, del de la temporada 2019-20 cuando la salida de Kevin Durant y las lesiones de Klay Thompson y Stephen Curry dejaron sin aire al equipo. Ahora, con las estrellas en pista, aunque un poco más viejas y achacadas por el castigo a sus cuerpos, los Warriors deambulan por la NBA sin rumbo.
Golden State certificó en Memphis un bache que acumula 8 derrotas en los últimos 11 partidos. El balance, 18-21. La posición, 12ª. Está, claro, fuera del playoff, a un distancia sideral de cinco partidos y medio de la sexta posición, la última que da acceso directo a la postemporada. Incluso el play in se aleja con el paso de los partidos: los Lakers, la frontera, están un encuentro y medio por encima.
Estadísticamente, nada pinta bien. Los Warriors son el 25º equipo en el rating defensivo, el 24º en tiros libres permitidos y el 23º en porcentaje de pérdidas de balón. Ofensivamente, ocupan el 13ª puesto en el rating. “Son frágiles”, les analiza el exjugador Vince Carter. “Tenemos que sentirnos orgullosos de nosotros mismos. No había orgullo (ante Memphis Grizzlies). Y hasta que no lo tengamos, daremos asco”, dijo tras la derrota el retornado Draymond Green.
El ala-pívot es uno de los ejemplos de la decadencia actual de Golden State. Sin las piernas de antes y sabiéndose más débil que tiempo atrás, cuando el equipo asustaba allí por donde pasaba, Green ha mostrado un comportamiento violento e innecesario sobre la pista. De impotencia, que le llevó a ser sancionado sine die. Tras doce partidos, regresó en la derrota contra Memphis.
“Tenemos que entender dónde estamos como equipo, cuál es nuestro récord, dónde estamos en la Conferencia Oeste. Lo que eso significa es que tenemos que ser astutos. Tenemos que jugar un juego inteligente y limpio”, aseguró Steve Kerr, el padre de los antes irrompibles Warriors desde el banquillo. Una época brillante que parece llegar a su fin sin posibilidad de continuidad porque los jóvenes, los drafteados, no han dado o no han podido dar un paso al frente. Y, lo que es peor, desperdiciando los últimos años de un Curry al que se le ve frustrado en múltiples ocasiones con la situación.
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