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SUNS 117-PACERS 110

Un prodigio llamado Kevin Durant

Exhibición de Durant y 91 puntos del big three de unos Suns que definitivamente han encontrado su ritmo. Los Pacers vuelven a perder sin Haliburton.

Un prodigio llamado Kevin Durant
Joe CamporealeUSA TODAY Sports via Reuters Con

Esto es exactamente lo que se podía esperar, y apenas se había visto hasta ahora, del big three atómico de Phoenix Suns. Que todas las limitaciones y contradicciones de la rotación y la confección de un equipo con tres sueldos tan monumentales saltaran por la ventana por el puro talento de las estrellas. Un formato de escuadrón suicida, de todo o nada, que por fin está brillando. En parte, claro porque esas estrellas por fin están en pista, juntas y con continuidad.

Este fue solo el décimo partido de Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal juntos, una imagen imposible de ver en el primer tercio de la temporada. Y la cosa empieza a empastar, a funcionar. Después de superar (117-110) con apuros (eso sí) a unos Pacers sin Tyrese Haliburton (eso sí), los Suns están 24-18, llevan cinco victorias seguidas y diez en trece partidos. Son séptimos del Oeste pero ya han cazado al sexto, los Mavericks, y están a un palmo del quinto, los Pelicans. Esa es una pelea interesante en el segundo piso del Oeste, lejos de una planta noble en la que se han distanciado (por ahora) Wolves, Thunder, Nuggets y Clippers.

Los Pacers llegaban al partido con las mismas derrotas y ahora tienen una más (24-19). También son séptimos igualados con el sexto, en su caso en el Este. Apilan cuatro derrotas en cinco partidos, básicamente porque en seis de los siete últimos no ha podido jugar Haliburton, el santo y seña del equipo. Su única aparición fue para tener un primer contacto con Pascal Siakam, la segunda estrella recién llegada. Pero los problemas musculares volvieron a sacar al base del plan de juego en Phoenix. Así que a Siakam le toca seguir esperando para sumar el primer triunfo con su nuevo equipo, que en todo caso tuvo opciones muy serias hasta el final.

Después de aguantar sin caerse del partido, los de Carlisle empujaron en un último cuarto en el que solo las genialidades de Kevin Durant (13 de los 15 primeros puntos de los Suns) sujetaban a los locales. Un parcial de 0-11 puso el partido en 103-105 a 3:20 del final y después de casi tres minutos sin puntos de nadie. Pero ahí, en esos galimatías de los últimos cuartos en los que siempre perdían en la primera mitad de la temporada, esta vez emergieron los Suns por puro talento de sus estrellas. Primero Durant anotó un triple que paró (106-105) la sangría, después Bradley Beal sumó tres canastas y una asistencia cuando el partido estaba 107-107- Incisivo en la zona y agresivo con el balón en las manos, por fin con buenas sensaciones física y trazas del enorme anotador que era en los Wizards.

El big three aportó 91 de los 117 puntos del equipo. Una barbaridad a la que, si la cosa sigue así, habrá que acostumbrarse. Beal acabó con 25 puntos y un brillante 11/16 en tiros y a Booker le costó mucho más (9/24) llegar a 26. Pero la clave fue un Durant en formato supernova, en un momento excepcional y capaz de jugar más de 40 minutos sin ver, con 35 años y muchas lesiones encima, su producción afectada (al menos, en el corto plazo). KD dejó sin respuestas a los Pacers: 40 puntos (y 9 rebotes) con un 18/25 en tiros y sin ir a la línea de personal ni una sola vez. Una exhibición de vieja escuela, sin tiros libres y con una lluvia incesante de suspensiones de seda, de uno de los mejores anotadores de todos los tiempos. Uno que, en este nivel, convierte en aspirantes a los Suns, con Booker y Beal como escuderos y Grayson Allen y Jusuf Nurkic completando un quinteto que por fin funciona.

Siakam acabó con 15 puntos, dejó destellos de todo lo que pude dar a los Pacers en ataque (cuando vuelva Haliburton…) y fue el único que hizo cosquillas (hasta que fue eliminado por faltas) a Durant. Su físico ayudó a una defensa en la que trabajaron mucho Andrew Nembhard y Aaron Nesmith. Buddy Hield anotó 18 puntos con cinco triples y volvió a jugar buenos minutos el rookie Jarace Walker (10 puntos, 9 rebotes), un número 8 del último draft que empieza a dar pasitos, por fin, en la rotación de unos Pacers que no pudieron contar esta vez con los puntos de otros de sus puntales jóvenes, Bennedict Mathurin (4, 1/8 en tiros).

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