“Todo lo que podía ir mal en los Sixers, ha ido mal”
Un artículo de ESPN repasa el desastre de los Sixers y descubre los sorprendentes contactos de Ben Simmons para “limar asperezas”.
Los Sixers son una de las historias de esta temporada 2024-25 de la NBA, desde luego. Por ahora de las malas, y no parece que eso (aunque nunca se sabe) vaya a cambiar. No al menos en el corto plazo. Un artículo de Ramona Shelburne en ESPN deja esta cita, que resume perfectamente la situación, desde dentro de la franquicia y de forma anónima: “Todo lo que podría haber salido mal, está saliendo mal”.
El artículo recorre lo que está siendo un annus horribilis de manual, un desastre en lo que nada parece funcionar dentro de lo que era un obvio “all in”, seguramente la última gran oportunidad de los Sixers y Joel Embiid para lograr juntos un éxito que siempre se ha resistido. En lo colectivo: el pívot camerunés fue MVP en 2023 pero nunca ha jugado una final del Este. La última para la franquicia de Pensilvania sigue siendo la de 2001, con Allen Iverson como referente. Se dice pronto.
Shelburne cuenta en su artículo que para Daryl Morey, presidente de operaciones y uno de los grandes impulsores de la revolución analítica en la NBA, este era en verano el equipo con más opciones de ser campeón, por delante de otros proyectos en Philadelphia e incluso de los que construyó en Houston, incluidos esos Rockets que llevaron al límite en 2018 a los Warriors de Stephen Curry y Kevin Durant. Esos Warriors, de hecho, fueron para Morey una anomalía que destrozó su métrica: sus parámetros rara vez dan a un equipo más de un 5 o 10% de opciones matemáticas de ganar el anillo, pero la llegada de Durant mandó a los Warriors a casi el 70%.
Todo, efectivamente, ha ido mal: Joel Embiid solo ha jugado cuatro partidos, y sus problemas de rodilla ya son un asunto claramente degenerativo, no una cuestión de recuperación o tratamiento puntual. Una pésima noticia para este curso y para el futuro de la franquicia: en septiembre, Embiid firmó una extensión por tres temporadas extra y más de 192 millones de dólares. Ambas partes, según ESPN, consultaron hasta con seis fuentes médicas, y en principio había una consideración general de que con descansos bien gestionados y procedimientos para favorecer la curación, que se realizan desde la temporada pasada en la rodilla dañada, Embiid podría jugar con continuidad y a un nivel todavía muy alto. Ahora, seguramente costará más poner la mano en el fuego.
Los cuatro partidos que ha jugado el camerunés esta temporada se saldaron con derrotas. Nada que ver con la temporada pasada, cuando el equipo firmó un 31-8 con él en pista y un 16-27 cuando no pudo jugar. Obviamente lejísimos de su forma óptima, Embiid también ha jugado al menos un partido enfermo y ha cumplido una sanción por empujar a un periodista que usó asuntos personales para criticarle. Además, ha visto como se filtraba una reunión de vestuario en la que Tyrese Maxey le acusó de llegar tarde constantemente a actividades del equipo y tener, por ello, una actitud perjudicial como teórico líder de la franquicia.
A eso hay que sumar que Paul George solo ha podido jugar ocho partidos y ha tenido ya dos amagos de lesión importante de rodilla, y Tyrese Maxey se ha perdido seis por problemas musculares. El big three solo ha pisado la pista, los tres a la vez, durante seis minutos. Además, algunos de los secundarios que en teoría tenían que formar una rotación de primera categoría están dando claras señales de exceso de kilometraje (Eric Gordon, Kyle Lowry) o de falta absoluta de confianza (Andre Drummond, Caleb Martin). El entrenador Nick Nurse también está siendo muy cuestionado, y la única buena noticia es el rookie Jared McCain, un escolta eléctrico que apunta a Rookie del Año y que está siendo un jugador esencial cuando a priori parecía, si todo hubiera ido como tenía que ir, que iba a tener pocos minutos en un equipo pensado para ser campeón y que ahora piensa en aferrarse a, como mínimo, el play in: Shelburne asegura que en la franquicia creen que, en un Este que no es precisamente fuerte, esa barrera puede estar en 33 partidos. Las proyecciones de principio de temporada ponían a los Sixers por encima de los 51 triunfos.
Además, los Sixers solo tendrán su primera ronda de draft si esta acaba en el top 6. De lo contrario, será de los Thunder por la operación, en 2020, que los Sixers prepararon para sacar del equipo a Al Horford, un pívot al que dieron por ventilado y que acabó siendo, casi cuatro años después, parte importante del anillo de los Celtics, el gran rival en el Atlántico de unos Sixers que, además, asisten entre bastidores a movimientos muy peculiares. El artículo de Shelburne cuenta que Ben Simmons, nada menos, contactó este verano con Embiid y otros miembros de la franquicia para “limar asperezas”. Tras su horrible salida, en 2022, el australiano tampoco ha tenido suerte y, frenado por los problemas de espalda, agota su contrato en los Nets antes de un verano que seguramente le posicionará ya como poco más que un veterano de rol y contratos muy bajos. Si no cambia mucho la cosa será así… y no será en Philadelphia. Según el artículo de ESPN, es “muy improbable” la reconciliación Embiid-Simmons en Philadelphia. Aunque, también lo deja claro, cosas más raras se han visto… y más en los Sixers. En estos Sixers.
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