Sin prisa con Wembanyama

Los Spurs evitaron, logrando para ello la victoria número 20 (acabaron con 22), que la primera temporada de Victor Wembanyama en la NBA fuese la peor en la historia de la franquicia. Eso sí, con rachas de derrotas como los 18 partidos seguidos (nunca visto antes en San Antonio) o los 23 de 24 que perdieron entre noviembre y diciembre, han estado en una de sus peores versiones en la quinta temporada sin playoffs después de no perderse las eliminatorias entre 1998 y 2019. Curiosamente, cuando se quedaron en 20 victorias (20-62) fue precisamente en la 1996-97, el curso en el que Gregg Popovich pasó de los despachos al banquillo y una fea lesión de David Robinson fue cómplice de un tanking que funcionó como un reloj: Tim Duncan fue elegido con el número 1 del draft y los Spurs pusieron en marcha uno de los trayectos más increíbles y longevos de cualquier equipo en toda la historia del deporte profesional.

Con Duncan (y con Robinson, claro), los Spurs jugaron segunda ronda en el primer año (4-3 contra los Jazz) y fueron campeones en el segundo, en 1999. Con Wembanyama, otro número 1 de draft generacional, las cosas van a ir más despacio. ¿Cuánto? Es difícil saberlo, porque es indudable que el francés tiene que funcionar como acelerador competitivo. Va a ser Rookie del Año por aclamación y podría ser también Defensor del Año. Ha promediado 21,4 puntos, 10,6 rebotes, 3,9 asistencias y 3,6 tapones. Ha mejorado semana a semana, casi día a día, y da vértigo pensar cómo de bueno va a ser ya la próxima temporada, la segunda en la NBA para él, y cómo de duros pueden ser los Spurs en cuanto pongan a su alrededor un equipo simplemente funcional, algo que no hicieron en la primera mitad de la temporada y que han intentado más en la segunda con un base profesional como Tre Jones, la opción de jugar 2x2 con Devin Vassell…

Así que en el entorno de los Spurs hay debate sobre cómo afrontar los plazos de la reconstrucción en torno al pívot/jugador total/alienígena: más paciencia y más jóvenes de alto rango vía draft, moverse en la agencia libre para ir completando un roster con roles bien definidos y ejecución profesional alrededor del nuevo centro del universo spur o, lo más ambicioso, lanzarse a por una gran estrella en cuanto esta se ponga a tiro y pensar en cosas importantes cuanto antes.

Todo apunta a que los más pacientes serán los más felices, al menos si atendemos a lo que se filtra desde San Antonio. Los Spurs tendrán una de las elecciones más altas de este próximo draft, uno que no está especialmente bien valorado por los expertos. Pero podrían estar pensando también en cazar muy arriba en el siguiente, el de 2025, donde si aparecen proyectos de primerísima magnitud como Cooper Flagg (este por encima de todos), ‘Ace’ Bailey o Khaman Maluach.

Brian Windhorst y Adrian Wojnarowski, dos de las voces más autorizadas de ESPN, y Jeff McDonald, que cubre al equipo para San Antonio Express-News, habían afirmado que con un jugador como Wembanyama ya en cartera, la exigencia iba a ser empezar a competir en el Oeste. Pero ahora, Windhorst ha asegurado que se va a optar por aquello de despacito y buena letra. Y que pasaremos un verano sin grandes cambios, sin movimientos importantes ni traspasos de impacto, en una franquicia concentrada en ese draft tan prometedor de 2025. Eso pondría un nuevo horizonte en la temporada 2025-26, la tercera para Wemby y en la que tendría, en ese plan idea, un nuevo compañero de primerísimo nivel… pero en temporada rookie. Para colmo, Windhorst estuvo hace unos días en el pabellón de los Spurs y se le vio charlando con el general manager Brian Wright, así que su opinión podría venir lo que directamente se le ha transmitido desde el equipo.

Ni el de 2024 parece un gran draft ni la agencia libre del próximo verano parece idónea para provocar terremotos, así que los Spurs podrían escudarse en esos factores para ir ganando tiempo. Wembanyama, por su parte, ha expresado su frustración cuando se han apilado las derrotas en cascada, pero también ha dejado siempre claro que confía en la visión y el plan del equipo y que está feliz en la franquicia a la que ya había sugerido que le hacía feliz ir desde que el número 1 que llevaba su nombre tocó en San Antonio. El único problema de esta vía es, paradójicamente, él. Su progresión impresiona tanto y sus facultades son tan descomunales que puede llegar un punto en el que el asunto sea incontenible y la única cuestión pase a ser, sencillamente, competir o competir.

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