Shai Gilgeous-Alexander, ascenso meteórico al estrellato
El base de los Oklahoma City Thunder está realizando un inicio de temporada espectacular, confirmando así su presencia entre los mejores jugadores de la competición.
La lesión de Chet Holmgren antes del inicio de temporada disminuyó las esperanzas puestas en Oklahoma. La vuelta al punto de inicio de los Thunder les convirtió, de nuevo, en un equipo que pelearía por ganar los partidos, pero que no competiría en el Oeste. Como si de un oasis en el desierto se tratara, Shai Gilgeous-Alexander ha irrumpido en este comienzo de campaña mostrando la estrella que no solo puede llegar a ser, sino que ya brilla en la NBA.
Sin duda alguna, una de las grandes sorpresas en este primer mes de competición. El exjugador de Kentucky de 24 años se ha destapado como uno de los grandes anotadores del campeonato. Imparable en canasta rival, está marcando unos números que no se veían en Oklahoma desde hace más de seis temporadas, cuando Russell Westbrook promedió 31.6 puntos, 10.7 rebotes y 10.4 asistencias por encuentro, y se llevó el MVP en la 2016/2017.
El canadiense, responsable a su vez de que su selección consiguiese una plaza en el próximo Mundial de 2023 de Filipinas, Indonesia y Japón, ha demostrado que puede ser el líder del gran proyecto que planea Sam Presti, mánager general de la franquicia, para los próximos años. Coge, de esta manera, el testigo de un Chris Paul que se marchó hace tres campañas, después de dejar a los Thunder quintos en la Conferencia Oeste en la 2019/2020. Desde entonces, los Thunder no han pisado Playoffs.
Siendo el principal candidato actualmente al Jugador más mejorado del año, con permiso de Desmond Bane, jugador de Grizzlies, y de Lauri Markkanen, de los Utah Jazz, Shai solo puede mirar hacia arriba. Como si fuera un volcán en erupción, su explosión ha sido tan grande que ya no se puede controlar. Los focos están sobre él porque está jugando como una auténtica superestrella.
Cuarto máximo anotador (más de 31 puntos de promedio) y octavo máximo ladrón (1.8 robos) de las primeras semanas de competición. El base de los Thunder ha anotado más de 30 puntos en diez de los 16 partidos que ha disputado esta temporada, con un acierto del 52.6% en tiros de campo y una efectividad del 39.1% desde el triple. Números de MVP para un jugador que, con 24 años, no para de crecer.
Atrás queda su rol como buen anotador y jugador influyente en varias facetas del juego. Su mejora año a año en Oklahoma (19-23-24 y ahora 31 puntos por partido en las hasta ahora cuatro temporadas en la franquicia) demuestran que no tiene techo, que está destinado a ser una de las caras de la liga americana en las próximas campañas.
Entrando en el plano estadístico, el jugador nacido en Ontario es cuarto de la liga en PER (herramienta que mide la eficiencia de un jugador), solo por detrás de Luka Doncic, Stephen Curry y Joel Embiid y octavo en win shares (estadística que mide la influencia de un jugador en las victorias de su equipo). Los números se suman a la eficiencia.
Algo que ha ayudado a potenciar sus virtudes es su compañía. Al estar rodeado de jugadores con buen tacto de balón como Giddey, que promedia 5.8 asistencias por encuentro, y un Jalen Williams que ha aterrizado de pie tras el gran nivel mostrado en la universidad de Santa Clara, todo es mejor para que Gilgeous-Alexander juegue a lo que le plazca. El australiano saca a la luz la mejor versión de Shai sin balón. La defensa de Luguentz Dort le puede liberar en canasta propia, mientras que Aleksej Pokusevski y Jeremiah Robinson-Earl se benefician de la atracción que causa en defensa.
Su físico e inteligencia le permiten doblegar al defensor rival sin apenas dificultad en el uno contra uno. La capacidad que tiene para lanzar tras bote, sumada a su gran envergadura (2.11 metros), le hacen imparable cuando arma el brazo. La explosividad que ha ido desarrollando a lo largo de los años no le impiden encontrarse al pívot rival debajo del aro y salir victorioso, en ocasiones con un euro-step que no tiene igual en la liga.
En medio de los rumores que le sitúan fuera de Oklahoma (New York Knicks y Toronto Raptors al acecho), Shai está brillando más que nunca, diseñando su propio camino hacia el, seguramente, primer All-Star de su carrera. Cabe recordar que el base, contractualmente, se sitúa en la primera temporada de su extensión de cinco años y 172 millones de dólares que firmó el pasado mes de agosto.
La situación de Oklahoma no le ayuda a pelear por algo más que ser uno de los mejores anotadores del torneo. Aún así, los Thunder, con la ausencia de Holmgren, que presumiblemente no volverá hasta la campaña que viene, no ocupan los últimos puestos del Oeste, reservados para Lakers y Rockets, sino que pelean cada partido para intentar llevarse la victoria a casa.
Un ejercicio de coraje y lucha representativo de Mark Daigneault, el joven técnico de 37 años que tiene total confianza por parte de la directiva. La voz perfecta desde los banquillos para un proyecto que ha sufrido un duro golpe, pero que volverá más fuerte que nunca. La posibilidad de tener una de las cinco primeras elecciones en el próximo Draft añade otra perspectiva a los planes.
Amen Thompson, Nick Smith, Dariq Whitehead, Scoot Henderson o hasta Victor Wembanyama, que ha causado furor a nivel internacional en las últimas semanas, pueden acortar plazos en una franquicia que quiere subir en el Oeste y no tiene tiempo para esperar. Las piezas comienzan a completar el puzzle de Presti, que ya tiene en sus manos a una superestrella de presente y futuro en la NBA. Es el momento de avanzar. Es el momento de Shai Gilgeous-Alexander.