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NBA

Rudy en la NBA: del récord de triples al “echo de menos Europa”

La etapa de Rudy en la NBA tuvo varios prismas: batió un récord y participó en el Concurso de Mates, pero su protagonismo fue decreciendo y se le encasilló como tirador.

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Rudy en la NBA: del récord de triples al “echo de menos Europa”
Jonathan FerreyGetty Images

Echo de menos a mi familia, a mis amigos y la competición europea”. Fueron palabras que Rudy Fernández dijo tras la temporada 2009-10, su segunda en la NBA y también su segunda con los Blazers. Sus declaraciones fueron luego redondeadas por las de su agente americano, Andy Miller, que afirmó categóricamente que el jugador quería regresar al Viejo Continente. Los 25.000 dólares de multa y un post en Facebook rebajaron un poco el ambiente, pero no todo se solucionó y el ambiente que se originó entonces no se terminó de resolver en ningún momento. Todo esto venía provocado por la reducción de minutos y de protagonismo del español, que se vio encasillado en un rol de tirador que hizo disminuir mucho otras capacidades que le habían llevado a la mejor Liga del mundo: el pase, la dirección, la defensa, la penetración.... Pero Nate McMillan, entrenador del equipo de Oregón, prefería darle una función específica que al escolta nunca le agradó. Y poco a poco, sus minutos en pista empezaron a decaer, al igual que su producción.

El paso de Rudy por la NBA no fue un camino de rosas, pero tampoco una tortura china. Seleccionado por los Suns en el 24º puesto de la primera ronda del draft 2007, sus derechos fueron traspasados inmediatamente a los Blazers, a los que se unió en 2008. Antes de eso, el mallorquín se convirtió en un héroe en el Joventut, conquistando la Copa del Rey de 2008, torneo del que fue designado MVP, y consiguiendo el título de Máximo Anotador de la Liga Endesa. También había destacado en competiciones internacionales, siendo uno de los referentes de una Generación de Oro que empezó a conquistar medallas por doquier: el Mundial de 2006, la plata en el Eurobasket de 2007 y la misma medalla en los Juegos Olímpicos de 2008, con un mate ante Dwight Howard y un papel fantástico en la final contra el Redeem Team, eran ya parte de un currículum que años después se fue convirtiendo en inacabable. Y que entonces ya era un argumento más que suficiente para ser parte de la NBA.

En 2009 Rudy Fernández participó en el Concurso de Mates del All Star.
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En 2009 Rudy Fernández participó en el Concurso de Mates del All Star.STEVE DIPAOLAREUTERS

Rudy lo tenía todo para triunfar en la competición norteamericana: el poder vertical, los saltos increíbles y la finalización de los alley oops con Ricky Rubio en la Penya daban buena muestra de ello. Tenía el estilo, la espectacularidad, el talento y las ganas. Y en su primera temporada dejó demostraciones de que podía tener carrera por delante. A su llegada se convirtió en el octavo español en jugar en la NBA y el tercero que lo hacía con la camiseta de los Blazers, tras Fernando Martín y un Sergio Rodríguez que llevaba en Portland desde 2006 y que acompañaría a su compañero en sus inicios, formando entonces una dupla que años después formó parte del Real Madrid. Allí aterrizó Rudy, a un proyecto que empezaba a emerger tras las cenizas que quedaban de las dos finales de Conferencia de 1999 y 2000, con Avrydas Sabonis, Scottie Pippen o Rasheed Wallace en liza. Por fin había salido del infierno y encontrado un nuevo mesías: Brandon Roy. Un escolta genial que estaba llamado a dominar toda una era, pero que se quedó por el camino de la otra cara del deporte, la de las lesiones.

Récord de triples y Concurso de Mates

El mallorquín hizo una gran primera temporada en la NBA: 10,4 puntos de promedio, elegido en el Segundo Mejor Quinteto de Rookies y casi un 40% en triples. Un dato genial que redondeó con los máximo aciertos exteriores para un novato de la historia con 159 aciertos, uno por delante de Kerry Kittles y tres de Juan Carlos Navarro, que la temporada anterior se fue a 156 en su primer y único año en la NBA, en los Grizzlies. Hoy en día, en plena era de los triples, ya hay nueve jugadores por encima en esa clasificación, que comandó el mallorquín durante un tiempo. Rudy disputó 78 partidos, 4 de ellos como titular. Sus mejores actuaciones anotadoras fueron 25 en una victoria ante los Heat, 23 contra los Suns con el mismo resultado y 20, con derrota contra la entidad de Phoenix. En su debut tuvo delante a los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol, yéndose a los 16 tantos y 4 asistencias, en el mejor debut de siempre para un jugador español. En playoffs, se fue a 17 en la derrota en el tercer partido ante los Rockets, una serie en la que los Blazers cayeron por 4-2. Una de las cosas más destacadas de esa temporada fue la feísima falta que le hizo Trevor Ariza el 9 de marzo, en otro choque contra los Lakers, de forma expeditiva y flagrante. Algo que pudo derivar en sus problemas de espalda posteriores.

La parte buena (que también hubo) de esa primera campaña fue su elección por votación popular para disputar el Concurso de Mates por delante de Russell Westbrook. Quedó último tras homenajear a Fernando Martín en el primer intento y agotar su tiempo en el segundo, ayudado por Pau Gasol y sus caprichosos pases. Eso sí, al convertirlo ya con el tiempo vencido recibió una gran aprobación del público, incluido un Shaquille O’Neal que asentía desde su asiento en señal de aprobación. Las puntuaciones, abucheadas por la afición, le dejaron fuera de la siguiente ronda. Pero se convirtió en el primer español en disputar dicho torneo, todo un récord que nadie ha conseguido igualar todavía. Y sin que parezca que vaya a volver a ocurrir a corto plazo, claro. Durante la temporada siguiente, Rudy bajó sus prestaciones y sus minutos de juego. Sus problemas de espalda le obligaron a pasar por el quirófano el 7 de diciembre y a estar 4 semanas de baja; tras si reencuentro, había perdido parte de su explosividad, una de sus señas de identidad. Al final disputó 62 encuentros con alguna que otra duda y una (objetivamente) menor presencia.

Últimos años y regreso a Europa

Tras luchar con las lesiones, Rudy se empecinó en demostrar que podía ser tirador, lo único que McMillan quería de él. Pero se encasilló demasiado y nunca encontró continuidad en una especialidad que era una de tantas para él antes de dar el salto a la NBA. Fue titular en esos playoffs por la lesión de Brandon Roy, pero no destacó demasiado. Y los Blazers volvieron a perder (4-2). Rudy promedió 8,1 puntos entonces y 8,6 la temporada siguiente, algo apalancado en unos números que podrían haber sido mejores de contar con más oportunidades. Eso sí, en su tercer año consiguió su máxima anotación en su etapa en la NBA. Y la que probablemente fue su mejor actuación: 26 puntos, 3 rebotes, 6 asistencias y 3 robos en la victoria ante los Timberwolves, con 9 de 15 en tiros de campo, 4 de 9 en triples y 4 de 4 desde la personal. Un gran partido en el que fue aplaudido por su público.

Los Blazers volvieron a caer entonces, de nuevo 4-2 (ante los Mavericks de Dirk Nowitzki), que acabarían ganando el anillo), alargando su maldición en primera ronda hasta que llegó un Damian Lillard con el que Rudy ya no coincidió. Las declaraciones sobre su deseo de volver al Viejo Continente habían hecho mella en su relación con McMillan, que en esa eliminatoria sólo le dio al jugador 13,5 minutos por encuentro. El segundo lockout de la historia que acortó la temporada asoló después y Rudy se fue al Real Madrid durante unos meses. Ya había habido rumores y los deseos del jugador de regresar o ser traspasado a otra franquicia no habían tenido lugar hasta entonces, cuando se fue a los Mavericks y, posteriormente y sin debutar, a los Nuggets. Allí regresó tras su breve periplo de blanco, donde coincidió con Serge Ibaka. Pero ya sabía que su estancia sería corta y que su aventura en la NBA estaba llegando a su fin.

Rudy disputó 31 partidos con los Nuggets en los que promedió 8,6 puntos, con los 23 (con 9 de 11 en tiros y 5 de 7 en triples) conseguidos ante los Raptors como su mejor marca. Las lesiones impidieron que disputara los playoffs. Su último partido fue poco antes de cumplir 27 años, ante los Mavs., contra los que se fue a 5 puntos en 9 minutos. En el total de su carrera en la mejor Liga del mundo se fue a 9,1, con un 36% de promedio. En total, 249 encuentros más 18 de playoffs. Su rol de tirador, su presencia en algunas jugadas importantes y la disputa en el Concurso de Mates de 2009 fueron algunos de sus momentos icónicos. Y su estancia fue fructífera en parte, sin encontrar su sitio definitivo pero contando con minutos y oportunidades, además de dejar un buen sabor de boca. Llegó, probó y regresó. Y lo hizo al Real Madrid, donde ha permanecido durante más de una década para conquistar tres Euroligas mientras seguía sumando momentos inolvidables con la Selección. Ahora, en 2024, anuncia su retirada. Uno de los mejores jugadores de la historia de España y también uno de los pocos que puede presumir de haber pasado por la NBA. Toda una leyenda.

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