Risacher: después de Wembanyama, el 1 es ‘el francés de Málaga’
El alero, que ha rendido a un excelente nivel en el Bourg que jugó al final de la Eurocup, elegido en el número uno del Draft 2024 de la NBA.
Y después de Victor Wembanyama, otro francés: Zaccharie Risacher. Es la segunda vez que un país que no es Estados Unidos elige al número 1 del draft dos años seguidos. Y sucede justo una década después de que Canadá diera a la NBA en 2013 y 2014 a Andrew Wiggins y Anthony Bennett. Risacher (19 años, 2,06, alero de poco más de 88 kilos) tiene trazas de excelente jugador de NBA, con potencial de estrella y una ruta al 1 allanada por una generación muy cuestionable en cuanto a posibles superestrellas (a priori, porque después nunca se sabe) y por el desencuentro de los Hawks y Sarr, el pívot (también francés) que no entrenó con los de Georgia y buscó otras opciones -Washington Wizards- aunque pasaran por no tener distinción de número uno.
Los dos, en todo caso, Risacher y Sarr, son dos muestras más del increíble potencial de la nueva generación francesa, la que obviamente lidera Victor Wembanyama (20 años) pero en la que también serán importantes Bilal Coulibaly (número 7 del último draft, 19 años), Ousmane Dieng (21, número 11 en 2022) y otros de esta camada NBA de 2024, como Tidjane Salaun (18 años), Melvin Ajinça (19)…
Risacher nació en Málaga, cuando su padre (Stephane, un clásico del baloncesto europeo) jugaba en el Unicaja. Es un alero de 2,08 con unas posibilidades fabulosas. Esta pasada temporada sorprendió, por su juventud, su excelente nivel en la exigente Eurocup, donde fue uno de los líderes del brillante JL Bourg que ha terminado líder de uno de los grupos de la fase regular y llegó hasta la final, perdida con el Paris Basketball: 11,3 puntos, 3,3 rebotes, 9,3 de valoración y un 45% en triples. En la Liga francesa, además, ha sido elegido Mejor Jugador Joven. Su rango de tiro parece perfectamente trasladable a la NBA, sigue mejorando manejando la bola y como pasador, y es capaz de producir en ataque mientras defiende a los mejores jugadores del equipo rival. Esa es su gran carta de presentación y lo que lo convertía, para muchos, en una opción mejor que Sarr para el número 1.
Nadie tiene dudas de que Risacher puede ser un buen alero en la NBA, como mínimo a largo plazo. Las que sí hay tienen más que ver con su capacidad para rendir a la altura de lo que se espera de un número 1 de draft, cuya expectativa suele ser de jugador transformativo, generacional. La adaptación física, la capacidad para generarse sus puntos en el juego NBA, la presión que acompaña al honor de esta elección… con eso tendrá que lidiar ahora una de las nuevas joyas del baloncesto francés y europeo. Una, además y curiosamente, nacida en Málaga.
Desde 1947 y hasta 2006, no había habido ningún europeo número 1 del draft. El italiano Andrea Bargnani fue el primero (elegido por Toronto Raptors). Desde entonces y hasta el año pasado, nada. Y ahora, dos franceses de manera consecutiva: Victor Wembanyama, cuya elección era una garantía y un secreto a voces muchos meses antes de la noche del draft de 2023, y ahora Zaccharie Risacher, que llega a la NBA con muchas más dudas, desde un lugar que da vértigo pero con, eso es indiscutible, talento para ser un excelente jugador de baloncesto.
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