¿Por qué no juega Joel Embiid?
Los Sixers, con su opaca, extraña y básicamente fallida estrategia de comunicación están enturbiando todavía más la extraña situación del camerunés.
Es legítimo preguntarse qué pasa con Joel Embiid porque, en esencia, no hay ninguna información al respecto. Los Sixers, en una situación que tiene ciertos paralelismos con lo que pasa con Kawhi Leonard al otro lado del país, no ayudan nada con una extraña política de comunicación en la que se apilan silencios y medias verdades que acaban siendo mentiras. El único hecho cierto, tangible, es que Embiid no ha jugado ninguno de los cuatro primeros partidos de un equipo que ha dado una imagen muy mala (1-3) sin el pívot y también sin Paul George. Y con Tyrese Maxey obligando a tirarse todo lo que le cae en las manos en ratios poco saludables que están al nivel de los de Russell Westbrook en 2017, cuando era el rey sol de los Thunder.
Los Sixers ya avisaron de que esas dos patas del big three, Embiid y George, no iban a jugar durante la primera semana de competición oficial. El partido contra los Pistons, además en Philadelphia, era el primero de la segunda semana. Pero, con el intríngulis de enseñar el nuevo equipo al completo en casa, tampoco. Así que los aficionados siguen sin ver esa nueva versión de un equipo totalmente reestructurado, obligado a romper ese techo de cristal que es la segunda ronda del Este que no supera, se dice pronto, desde 2001. El tiempo se acaba y el all in es obvio y cortoplacista: Paul George llegó como agente libre con un contrato máximo de cuatro años, pero tiene 34 y un peligroso historial de lesiones, así que el momento para aprovechar su llegada es, o debería ser, este. Y Embiid… Tiene 30 años, un MVP y una nueva extensión de tres años y 192 millones que le asegura estar en Philly hasta 2029… con casi 70 millones en la última temporada de contrato. Más vale, para los Sixers (que hicieron lo que, en realidad, tenían que hacer), que todo vaya bien…
La ausencia de George tiene una explicación sencilla: sufrió una lesión de rodilla en pretemporada, de hecho esquivó una bala porque pudo ser realmente grave, y está trabajando con calma para volver sin riesgo. Lo de Embiid… es más complicado. La pasada temporada se tuvo que operar por segunda vez el menisco (un cartílago que no se regenera) de la rodilla izquierda. Jugó los playoffs muy mermado, estuvo con el Team USA en París 2024… y ya está. No ha debutado todavía con los Sixers, pero oficialmente no ha habido recaídas ni problemas mayores ni nada de nada. Todo bien, nada que ver aquí es la política de una franquicia que ha generado, y es fácil ver por qué, lo que supuestamente quería evitar: suspicacias.
Suspicacias… y una investigación de la NBA que se ha saldado con una multa de 100.000 dólares y, peor, con la filtración de algunas revelaciones que han seguido a esa intervención de la Liga que ha tenido mucho que ver con esa dificultad crónica de los Sixers para dar explicaciones. O porque no las tienen o porque no les gusta lo que tendrían que decir. Según Sam Amick (The Athletic), los enviados de la NBA a ver qué pasaba han determinado que no hay una lesión nueva, pero que la rodilla izquierda de Embiid está “lo suficientemente inestable” como para justificar que pueda haber un daño mucho mayor si acelera su presencia en las pistas. Eso no es lo que habían dicho los Sixers y, desde luego, son muy malas noticias con respecto a una rodilla ya tocada y a una última intervención que viene del invierno pasado.
Los Sixers hablan de una “left knee condition”, un problema (el que sea…) que para la NBA existe. La multa no es por eso, ni por romper la nueva (ya no tanto) normativa (player participation policy) que intentar evitar que las estrellas, sobre todo, descansen más de la cuenta. Y más a un año de que entren en vigor los nuevos contratos televisivos (ESPN, NBC, Amazon) y con malos datos de audiencias en los primeros días de la temporada 2024-25. El problema para la NBA es que no hay conexión entre ese problema y cómo lo han explicado públicamente los Sixers. El mismo problema que tienen los aficionados del equipo, en este caso.
Morey dijo en ESPN que a Embiid y George se les habían acabado los back to back para toda su carrera: Una de las varias cosas de esa entrevista que pusieron en alerta a la Liga, que no veía justificación médica para hablar así a las puertas de una temporada a la que Embiid, en concreto, llegaba tras estar en los Juegos con Estados Unidos. Después, Nick Nurse se ha enredado en ruedas de prensa (como Tyronn Lue en L.A. por Kawhi) que han sacado una versión nerviosa y extraña de un entrenador de altístima reputación. Primero habló de un plan, pero no lo supo explicar. Después, antes del partido contra los Pistons, se atragantó con las preguntas (lógicas) sobre qué pasa con Embiid y cuándo volverá a jugar. Una muestra, una más, de la opacidad, y tal vez de los nervios, de los Sixers. Síntomas que normalmente, y más en asuntos como este, no son sinónimos de nada bueno.
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