Pau Gasol y el Hall of Fame: "Va a ser una noche mágica"
El de Sant Boi atendió a varios medios españoles antes de ingresar en el Hall of Fame. Una cita con acento europeo ya que entran también Tony Parker y Dirk Nowitzki.
Pau Gasol se convertirá hoy en Springfield (la ceremonia comienza a las 02:00, horario español) en el tercer español en ingresar en el Hall of Fame tras Antonio Díaz-Miguel (1997) y Pedro Ferrándiz (2007).
Esta noche ingresa en el Hall of Fame, ¿cómo se siente?
Es una experiencia única en la vida, es difícil prepararte para algo así e imaginarte cómo será. Estoy muy ilusionado, con ganas de que llegue el momento, pero también sin prisa. A ver si soy capaz de disfrutarlo y compartirlo como siempre me gusta hacer. Al final, es un momento que va a ser mágico.
¿Qué significa para usted que dos leyendas como Toni Kukoc y Kareem Abdul-Jabbar sean quienes le presenten en la ceremonia?
Se lo pedí porque ambos significan mucho para mí, pero también para el deporte que tanto me ha dado. Es un honor que compartan este momento conmigo y que hayan decidido y aceptado estar aquí para acompañarme en un día tan bonito. Como ellos lo han vivido antes...
¿Se cierra un año de ensueño después de su retirada de las canchas?
Este 2023 está siendo muy especial; a nivel emocional es abrumador. Ni en el mejor de los sueños te imaginas que te retiren los Lakers la camiseta, entrar en el Salón de la Fama... Sueñas con jugar con los mejores en la mejor liga del mundo, hacerlo lo mejor posible y disfrutarlo. Y supongo que cuando lo has hecho muy muy bien te llegan este tipo de honores y reconocimientos, que obviamente te sobrepasan, porque no te lo hubieras imaginado nunca. Al menos yo...
¿De quién se acuerda en este momento?
De tantas y tantas personas que me han acompañado durante estos años; desde compañeros a entrenadores, la prensa, familia, amigos... Todos los que han estado ahí, de una manera u otra, aunque sea desde casa. Mucha gente, que se levantaba en su día a ver mis partidos en la NBA, me dice ahora con cariño: “Cuántas horas me has robado de sueño”. Son cosas especiales y eso es lo que te llevas.
Entrar junto a Dirk Nowitzki y Tony Parker, ¿es también un reconocimiento para el baloncesto europeo?
Tengo muy claro que este reconocimiento y nuestras carreras han sido gracias a las contribuciones de aquellos jugadores que fueron a la NBA cuando antes no se iba a la NBA, a aquellos europeos que dieron el primer paso, entre ellos, Fernando Martín. Y creo también que el éxito en nuestras carreras también ha influido a los siguientes, a los que ahora están dominando y disfrutando de la posición que se han ganado. Siempre es importante tener referentes, que haya personas que rompan puertas, abran barreras, te muestren el camino y te lo faciliten, aunque luego tú te lo tienes que ganar porque aquí nadie regala nada. Es una clase especial y es una muestra de que el baloncesto europeo ha llegado muy arriba, a lo más alto.
Entran también Gregg Popovich y Becky Hammon.
Es muy especial poder compartir clase con ellos; dos entrenadores que tuve esos casi tres años que estuve en San Antonio y dos personas que han dejado una huella, y están dejando una huella, muy grande en el baloncesto. El poder compartirlo con gente que conoces bien y que quieres hace que esta noche vaya a ser aún más especial.
¿Cómo prepara un discurso así?
Siempre he sido más de escribir en papel. Intentas buscar momentos, espacios de tranquilidad durante el día, sobre todo a primera hora de la mañana, y escribir ideas para tener primero una estructura y a partir de ahí desarrollarla. Ahí empiezas, después lo interiorizas. En la gala hay un prompter, pero a mí siempre me ha gustado la espontaneidad, la naturalidad… no leer una pantalla para transmitir mejor, que resulte más cercano y poder llegar así al espectador.
Le pongo en un aprieto, ¿a quién le gustaría presentar en un futuro?
A mi hermano Marc. Obviamente hay un comité, pero espero que Marc, por sus contribuciones al baloncesto, si no es por NBA por el baloncesto internacional también, pueda entrar algún día. Me haría ilusión estar con mi hermano y sumar algo especial a lo que ya ha conseguido nuestra familia. No sé si hay muchos hermanos que estén en el Hall of Fame juntos... Si tuviera que decir uno me quedaría con él, pero sería un honor presentar a cualquier jugador con el que haya compartido historia o al que yo le haya podido influenciar en su carrera.
¿Cómo le gustaría ser recordado?
Aparte de un gran jugador, he intentado siempre ser una persona que aprovechase de forma positiva el reconocimiento, la popularidad para tener un impacto más allá de uno mismo y del deporte y dejar así un huella en la sociedad y en el mundo: ayudando a los más desfavorecidos, luchando y defendiendo los derechos de la infancia, cambiando, espero, la dirección de la pandemia y la epidemia de la obesidad infantil, creando oportunidades para niños y niñas, creando una sociedad y un mundo más equitativo e igualitario.... Hay y habrá jugadores que metan muchos puntos, que ganen medallas y logren grandes cosas en lo deportivo, pero aparte de eso ¿qué? ¿Y eso para qué sirve? No quiero menospreciar el lado deportivo, pero la memoria es muy corta, casi efímera.
¿Pesa entonces más la responsabilidad de sentirse como una figura global?
Cuando tienes la suerte de hacer algo tan especial, recibes muchos reconocimientos y muchos niños y niñas te siguen. Te guste o no tienes una responsabilidad grande, te conviertes en un ejemplo. He sido afortunado por jugar a un deporte que me ha dado muchísimas cosas en mi vida: muchísimas oportunidades, un nivel de vida muy alto para mí y para mi familia, una serie de experiencias impagables… Pero eso no viene solo. Conlleva cierta responsabilidad, disciplina, sacrificio, concienci de qué hacer con este impacto que puedes generar… El precio del éxito es esa responsabilidad. Quiero agradecer a mis padres, a mi familia y a mi entorno que me hayan hecho tener la cabeza en su sitio y los pies en el suelo.
Y hablando del futuro. En el All Star fue uno de los entrenadores en el partido de novatos, ¿se ve sentado en un banquillo?
Fue una pildorita y no sé si algo anecdótico, pero lo disfruté como intento disfrutar todo lo que hago. Tuve la suerte de poder escoger un buen equipo y, ya que estábamos ahí, ir a por la victoria, como hemos hecho siempre. Aunque eso no me acerca más a una posición de entrenador, sí que intentaré no alejarme mucho de lo que es la competición y el baloncesto, porque quiero seguir promoviéndolo a través de mi academia, de mi posición y relación con el Girona de basket, aprovechando que soy embajador tanto de FIBA como de NBA. Sigo ahí, pero de momento no hay nada a corto plazo que conlleve una implicación mayor. Veremos si, con el tiempo, esa puerta se abre, o más bien que yo decida pasar por ella. Ahora mismo tengo bastantes exigencias, tanto a nivel personal como profesional, y tampoco tengo prisa en volcarme algo que fuera muy absorbente.
Por último, en unos días arranca el Mundial, ¿cómo ve a España?
Lo que estamos viendo es más una continuidad que una consolidación. Llevamos muchos años, afortunadamente, disfrutando con nuestra Selección de baloncesto y todo lo que se ha construido. Hay que darle mérito a los nuevos integrantes, que son jugadores con talento, pero que de forma inmediata se abrazan a lo que ha sido la selección. También destacaría el compromiso de Sergio. Es un entrenador que lleva 14 años como seleccionador. No hay tantos que hayan tenido ese tipo de continuidad y tiene mucho mérito. Luego también los jugadores veteranos, como Rudy y Sergio, que siguen después de todo lo que han aportado. Pero eso me pasó a mí también en su momento. Somos el número 1 del ránking FIBA y después de lo que pasó en el Mundial de Pekín y en Berlín en el Eurobasket, hay que sacar un poco de pecho, aunque siempre con humildad. Porque no es fácil estar por encima de EE UU. El campeonato hay que jugarlo, hay que competirlo y hay que ir a por él. Y eso sí que estoy seguro, que nuestra Selección lo va a hacer de principio a fin.