Pau Gasol, inmortalizado de naranja en el Salón de la Fama
En la noche del 12 de agosto de 2023 el español Pau Gasol ha sido introducido oficialmente en el Naismith Memorial Hall Of Fame. Otro hito en su carrera.
Este 2023 no sólo ha sido el año de la retirada de su camiseta en los Lakers, ese 16 que cuelga del Crypto Arena de Los Ángeles, también ha sido el de la culminación completa de una carrera en Estados Unidos. Para el jugador español Pau Gasol esta noche de agosto en la que en Springfield, una localidad del estado de Massachusetts en el que el baloncesto tuvo su inicio, es un punto culminante. La chaqueta naranja y un discurso solemne le llevan a tener su hueco en el Naismith Memorial Hall Of Fame, el Salón de la Fama que reúne a lo mejor del baloncesto estadounidense -el de la cuna- y también a algún excelso jugador foráneo. Y Pau es las dos cosas.
Acompañado de sus padres, sus hermanos, su mujer, sus hijos e invitados especiales pudo tener veinte minutos en este sábado 12 de agosto para dirigirse al mundo y agradecer tanto el honor de verse en ese lugar, el de los mejores de la NBA, como el de relatar los mejores momentos de una carrera sin parangón. Fue uno de los reclamos de la camada junto a Dwyane Wade, Dirk Nowitzki o sus excompañeros Tony Parker y los entrenadores Becky Hammon o Gregg Popovich. En el estrado estuvo junto a Toni Kukoc, ya que los nuevos miembros deben ser apadrinados por uno o más personas que estén dentro del HoF. Kareem Abdul-Jabbar causó baja a última hora por un problema de salud.
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Pau se dirigió a Kukoc para explicar la elección de partenaire: “Quién le hubiera dicho a un chico nacido en un pequeña ciudad llamada Sant Boi de Llobregat no sólo que iba a estar al lado de Toni Kukoc sino que él estaría presentándome en el Hall of Fame. No lo creería. Toni fue un jugador increíble. Me fijé en ti y seguí tus pasos. Iba a ser alero, pero crecí y crecí hasta que tuve 20 y me tuve que acercar a la canasta. Ahí me tuve que enfrentar a Timmy, Dirk, o K.G. [Kevin Garnett]. A lo mejor en esta era sí estaría jugando de alero, tirando triples”. Le mandó un afectuoso saludo a Kareem, leyenda de sus queridos Lakers, por ese contratiempo que le impidió estar a su lado en este magno evento.
Así comenzaba Gasol su tan elaborado speech: “Qué momento. Me presento ante vosotros con gratitud. Acepto con humildad este honor de entrar en el Salón de la Fama. Gracias al comité elector. Este momento es un testamento de la dirección e inspiración que he recibido durante mi carrera”. Viajó mentalmente a Hawái, donde estaba cuando lo supo: “Me acuerdo del momento en el que Jerry Colangelo me dijo las mágicas palabras. No se me olvidará”.
“Muchas personas han contribuido a mi carrera. pero nadie como mi familia. Mis queridos padres me introdujeron porque jugaron, a nivel amateur, y me lo inculcaron. Gracias a mis padres, os quiero mucho. No se perdían un entrenamiento. Vuestro sacrificio me inspiró”
“Gracias a mis hermanos. Sobre todo crecí con Marc. Todos habéis podido ver su carrera en la NBA. Un chico especial. Jugábamos en el patio de casa, trataba de ganarme, jugamos para nuestro país y ganamos medallas, nos traspasaron el uno por el otro (debe ser la primera vez que le ocurre a dos hermanos). Y nos queda ese momento de 2015 en el All-Star de Nueva York cuando compartimos el salto entre dos, un momento realmente increíble”
“Adrià no estaba particularmente interesado en el baloncesto, cuando estábamos en Memphis sólo leía cómic, pero es el único de la familia que tiene una carrera y un máster en administración de empresas. Estoy muy orgulloso de teneros conmigo”
Se refirió a los europeos que allanaron el camino para que otros, como él hizo en 2003 de la mano de los Grizzlies (aunque fueran los Hawks quienes tuvieran la elección), pudieran llegar después. “Fernando Martín, el primer español en jugar en la NBA; Drazen Petrovic, Sarunas Marciulionis, Detlef Schrempf, Arvydas Sabonis, Vlade Divac, Dino Radja, Rik Smits... Jugadores excepcionales”, repasó.
“Empecé a jugar cuando tenía siete años para pasar el rato con mis amigos. Pero llegaron los Juegos de Barcelona, en 1992, con 12 años, y me cambiaron la vida. El Dream Team... Gracias a ellos y también a los europeos que compitieron contra ellos, que no lo pudieron hacer tan bien. Es que eran muy buenos”
Después pasó a sus verdaderos inicios sobre la cancha: “El primer entrenador que tuve en Cornellá me hizo jugar de base. Sólo un partido. Eso me hizo ver lo importante que era enseñar a tan corta edad”. También destacó otra anécdota de su etapa formativa: “Veía mucho a un jugador del Barça que tenía un tiro demoledor cuando se situaba de espaldas al aro. Le dije al entrenador: ‘¿Cómo puedo defender eso?’ Y me dijo: ‘No te preocupes. No llegues a profesional y no tendrás que hacerlo”.
En el Barça quiso destacar a Juan Carlos Navarro, del que destacó lo especial no sólo en el club sino con España. Sin hacer mención a ese año en Memphis que ambos compartieron: Juan Carlos volvió a la ACB y Pau despegó para ganar la NBA.
“Gracias a los Grizzlies por darme la oportunidad de jugar en la NBA. Llegué y había una pirámide. Estaba muy bien. Mi inglés era muy limitado. Pero me di cuenta de que mi compañero, Shane Battier, era muy inteligente y le seguí lo que dijo. La prensa nos preguntaba por la ciudad, en la que estábamos por primera vez. Repetía la última palabra que él decía. ¿Eléctrico? ‘Eléctrico’. Sonaba bien. Estoy orgulloso de esos años. En esos primeros años construimos lo que luego fueron los Grizzlies”. Recordó a gente como Miller, Wright, Mike Fratello o Hubie Brown. “En 2008 Chris Wallace me llamó y me dio la noticia de que había sido traspasado a Memphis. Muchos en la NBA se molestaron por aquel traspaso, pero pasó y me cambió la vida”.
Volvió a recordar el momento en el que dos grandes se conocieron y se comprendieron: “Ahí conocí a la persona que más me hizo mejorar, lo que hacía falta para ser el mejor. El sacrificio. Lo que hacía falta. El compromiso. Kobe. Esa noche llegué a D.C. y era tarde, le escribí para saludarle en su habitación. Me dijo que sería tarde, que jugábamos pronto el día siguiente. Insistí. Entré, le saludé y me respondió: ‘Bienvenido al equipo. Ahora vamos a ganar el título’. Y lo capté rápido: ‘Perfecto, pasa una buena noche’. Así de directo”. Le dejó un mensaje con Vanessa, su viuda, escuchando desde la platea: “Me hubiera gustado más que nada que Gigi y tú estuvierais aquí, hermano, hoy y todos los días. Te quiero y te echo de menos”.
“2009 y 2010 fueron muy especiales. Quiero agradecer a los Lakers”. Mencionó a gente de aquella plantilla (Sasha Vujacic, Derek Fisher, Andrew Bynum, Trevor Ariza o Metta World Peace). “Un apunte especial para Phil Jackson. Qué hombre tan increíble. No sólo me enseñó el triángulo ofensivo, también la mentalidad, a bloquear el ruido, a tener inquietud por la lectura... Gracias por ello”, apuntó.
Destacó después sus etapas en Bulls (”una gran ciudad”) y Spurs (”qué franquicia”).
“Aprendí mucho de Pop. Mucho de baloncesto, sí, pero nunca me olvidaré de una cosa. En San Valentín nos preguntó directamente: ‘¿Le habéis mandado a vuestras pareja unas flores?’ Sí. ‘¿Y por qué habéis esperado hasta este día para hacerlo si los queréis tanto?”
En los Bucks acabó mi carrera o así lo quiso contar él. “Ya llevaba muchos kilómetros y tuvo que ser de esa forma”. Cuando se creyó recuperado fichó por los Trail Blazers aunque nunca llegara a jugar con ellos y si con el Barça, de vuelta, en 2021. Los Juegos de Tokio sí fueron su último paso.
“Por supuesto no se entiende mi carrera sin el equipo nacional. La Familia. Francia nos empujó mucho a ser mejores. Para mí representar a mi país fue un privilegio, algo muy importante. Y hoy nos metemos todos en el Salón de la Fama”
También mencionó a sus agentes, a “todo el mundo en las franquicias que hace que podamos hacer lo que hacemos” a la prensa y a su fisioterapeuta Joaquín Juan “por ser mi amigo y por prolongar mi carrera tanto tiempo”.
Por último, a su mujer Cat. “Soy el hombre más sortudo. Gracias por complementarme y tener conmigo a nuestros hijos Eli y Max”. Quiso incidir un poco más: “Hacer la transición de la NBA a una nueva vida es un ‘shock’. Sobre todo emocionalmente. No es fácil. Y mi mujer me ha ayudado en todo ello”.
Se despidió con un mensaje de unidad y agradeciendo en inglés, castellano y catalán este bonito galardón a su trayectoria.
Pau es el primer jugador español que accede a este Salón de la Fama. Antes llegaron Antonio Díaz-Miguel y Pedro Ferrándiz como entrenadores por su contribución a nivel internacional. Los tres son los únicos dueños de la icónica chaqueta naranja que distingue a los nuevos miembros de esta institución.
Gasol terminará el año con otro reconocimiento más en este sentido: el del Hall of Fame de la FEB, en colaboración con AS.