Patrick Beverley, a los Lakers
Los Lakers empiezan a moverse una vez que tienen claro que la opción Kyrie Irving no está sobre la mesa. El gran movimiento, a punto.
Comienza el diseño final de los Lakers 2022-23. Tenía que ser así. El equipo angelino había estado conectando puntos y moviéndose entre bastidores a la espera de qué pasaba con Kyrie Irving. Poco a poco, fue pareciendo que el base seguiría en Brooklyn Nets, donde jugará en último de contrato (por ahora). Con la reconciliación Kevin Durant-Nets consumada, a la fuerza ahorcan, se cerró la última puerta al big three Kyrie Irving-LeBron James-Anthony Davis (otra vez, por ahora). Así que los Lakers, absolutamente necesitados de movimientos, han puesto en marcha el plan B.
Los Lakers se han hecho vía traspaso con Patrick Beverley, el base de 34 años que ha hecho fama y carrera como especialista defensivo, perro de presa exterior que se vio fuera de la NBA (jugó en Ucrania, Grecia…) antes de pasar por Houston Rockets (2013-17), Los Angeles Clippers (2017-21) y Minnesota Timberwolves (2021-22), donde ayudó de forma importante al regreso al equipo a los playoffs del Oeste, la temporada pasada. Enviado a Utah Jazz en la operación Rudy Gobert, no tenía mucho sentido en Salt Lake City, donde huele a reconstrucción, ya sin Gobert y con la salida de Donovan Mitchell caliente. Beverley regresa a L.A. para cambiar de bando: ahora jugará en los Lakers.
A cambio, los Jazz se llevan a Talen Horton-Tucker y Stanley Johnson. El primero es un guard de 21 años con mucho potencial pero que decepcionó la temporada pasada. Los Lakers le dieron en agosto de 2021 un contrato por tres años y 32 millones. Había dejado muchos detalles como sorpresa rookie (2019-20) y se proclamó campeón en 2020, el segundo más joven de la historia (19 años y 322 días) solo por detrás de Darko Milicic. Pero la temporada pasada fue muy difícil para él, con poca confianza en su tiro y muy mala mezcla con Russell Westbrook en el disfuncional backcourt de los terribles Lakers 2021-22. Su contrato, con una player option para la temporada 2023-24 por 11 millones, reducía su atractivo como pieza para traspasos: si despierta y despunta, optará por ser agente libre el próximo verano y el equipo que se haga con él perderá el control sobre su situación. Stanley Johnson aportó lucha y piernas frescas la temporada pasada, pero es un jugador residual. El periodista Jovan Buha, uno de los que mejor conoce ahora mismo el entorno de los Lakers, aseguró hace días que ambos, Horton-Tucker y Johnson, tenían a priori poco peso reservado en la rotación.
Los Jazz tienen un año para ver qué pueden sacar de THT. ¿Los Lakers? Se llevan a un jugador ultra competitivo, que anota tiros liberados, al que le sobra carácter (a veces en el peor sentido) y que en los últimos cinco años es el segundo defensor que peores porcentajes directos provoca en sus emparejamientos: 41,3% Giannis Antetokounmpo, 41,9% Beverley. El cuarto, por cierto, en Anthony Davis (42,3%). Buena cosa para el nuevo entrenador, Darvin Ham, que entre otras cosas tiene que coser una defensa que fue históricamente buena en el anillo de 2020 y desesperantemente mala la temporada pasada (21ª de la NBA), en el cierre del ciclo de Frank Vogel.
Los Lakers no han dado ninguna ronda de draft, algo importante. El formato 2x1 les permite liberar un hueco en la rotación y, pensando en el futuro, quitar el contrato de THT les acerca a los 30 millones de dólares de margen salarial (por ahora) de cara a la temporada 2023-24, cuando (si no cambian las cosas) será agente libre, entre otros, Kyrie Irving. Pero hay más, claro: los Lakers tienen que hacer todavía el gran movimiento, el que saque del equipo a Russell Westbrook y potencie una rotación ahora mismo muy pobre. La opción favorita, descartado Kyrie, sigue siendo la de Indiana Pacers: el escolta Buddy Hield y el pívot Myles Turner. La duda está en incluir o no una segunda ronda de draft. Con solo un pick de primera ronda, los Pacers no aceptan. Los Lakers se debaten entre resignarse ya, dar otra primera y atar su nuevo proyecto (y deshacerse de Westbrook y su último año de contrato, asunto clave) o apretar un poco más para ver si pueden al menos hacer que esa segunda ronda sea condicionada o un intercambio de picks (swap). El citado Buha da por hecho que si los Lakers pasan por el aro y dan dos primeras, el acuerdo estaría cerrado, Westbrook saldría y los californianos tendrían una nueva y prometedora forma: Beverley, Hield, LeBron, Davis, Turner. Si no, tendrán que mirar a otras opciones, como lo que sobre (Bojan Bogdanovic…) en Utah Jazz cuando salga Donovan Mitchell (parece cuestión de días) con destino New York Knicks.
Finalmente, el movimiento puede dejar pistas sobre lo contadas que tiene Russell Westbrook las horas en L.A. Beverley es el gran enemigo de Westbrook, un jugador con el que ha tenido sostenidamente problemas, un pique constante, desde que una acción de Beverley, bastante gratuita, lesionó a Westbrook en los playoffs 2013 (Thunder-Rockets). Beverley fue a robar la bola y a apretar las tuercas a Westbrook pero le dio un golpe en la rodilla que provocó un problema de menisco que sacó a Westbrook de los playoffs. Beverley ha hablado varias veces de este incidente y ha asegurado abiertamente que cree que dañó su carrera: “Entrenadores, jugadores… todos empezaron a verme de otra manera”. Y Westbrook recientemente cargó, y no era la primera vez, contra Beverley: “No hace nada, va por ahí corriendo sin hacer nada, pero así os engaña a todos”.