Otro varapalo para Ben Simmons
El jugador de los Nets, frenado de nuevo por sus problemas en los nervios de la espalda. Su agente entona el ‘mea culpa’.
Ben Simmons tiene todavía 27 años. Debería estar, básicamente, en sus mejores años de baloncesto. O entrando en ellos. Pero, básicamente, ni existe. Esta temporada solo ha jugado 15 partidos con Brooklyn Nets, y estaba otra vez fuera de las pistas por sus persistentes problemas de espalda. Ahora, los Nets han confirmado los peores presagios: no jugará más en el presente curso y seguirá buscando soluciones para unos problemas que no parecen tener fin. La temporada 2018-19 fue la última en la que jugó más de 60 partidos y ha participado en 332 desde que fue número 1 del draft en 2016. Una media de 41. La mitad de una regular season convencional.
Hace tres años, no tanto, de la última vez que fue all star (2021, la tercera seguida). El mismo curso en el que entró en el Mejor Quinteto Defensivo. Antes, en 2019, había firmado una extensión de contrato máxima con los Sixers: cinco años y más de 177 millones de dólares. Una media de 35,4 millones al año en un súper contrato al que le queda esta temporada (37,8) y la próxima (40,3). Después, será agente libre con malas perspectivas. En enero Bobby Marks, especialista de ESPN, dijo que ahora mismo el base/alero/¿ala-pívot? australiano es jugador de contrato mínimo. En sus pocas apariciones de esta temporada promedia 6,1 puntos, 7,9 rebotes y 5,7 asistencias y su defensa, sin continuidad y con permanentes problemas físicos, es una sombra de lo que era.
Simmons fue un número 1 de draft muy mediático, un jugador que parecía tener un techo infinito por su capacidad para jugar como base desde su 2,08, por ser capaz de poner en marcha a su equipo y defender en cualquier posición de la pista. En realidad, las lesiones y sus dificultades para anotar han convertido su carrera en un desastre. Acabó enfrentado con Joel Embiid y con los Sixers, apartado hasta que fue enviado a Brooklyn en la operación James Harden. Y ahora su nombre básicamente ha desaparecido de toda consideración que no pase por su enorme volumen en las cuentas salariales de los Nets.
Su agente, Bernie Lee, ha hablado con mucha franqueza de unos problemas con los nervios de la espalda que otra vez le han impedido tener continuidad. Los mismos que le impidieron jugar en los dos primeros meses y medio de la temporada tras pasar por el quirófano en verano: “Es la misma lesión que la de principio de temporada. Estamos buscando respuestas claras sobre cómo puede salir del ciclo reactivo en el que está metido. Buscamos soluciones que no pasen por el quirófano y que le permitan avanzar con continuidad. Esa es mi responsabilidad y por eso yo soy al que hay que echar la culpa”.
“Cuando comencé a trabajar con Ben, le prometí que haría todo lo que estuviera en mi mano para que encontrar las respuestas correctas, dar con los especialistas que le ayudaran a superar estos problemas. Y está claro que por ahora no ha pasado, así que la responsabilidad es mía. En el año que llevó trabajando con Ben (antes estaba en Klutch Sports, la agencia de Rich Paul), se ha tomado menos de siete días libres. No he visto nada así en los veinte años que llevo dedicándome a esto. Así que el hecho de que esté haciendo todo lo que él puede hacer pero no esté obteniendo resultados es algo que de ninguna manera puedo encajar. Estoy comprometido a encontrar a las personas adecuadas que nos den las respuestas adecuadas. Y lo haré. Cuando acabe esta temporada, implementaremos otros procesos y visiones externas que le van a permitir seguir adelante y retomar su carrera en el nivel al que estaba jugando antes de que empezaran estos problemas”, aseguró Lee en declaraciones a SNY.