Los Angeles Lakers

‘No’ sonoro de Reaves a los Lakers

El escolta esperará al próximo verano para firmar un contrato mucho más jugoso en lo económico. Los Lakers tienen que decidir cómo manejarán ahora la situación.

Austin Reaves celebra una canasta con Luka Doncic durante la pasada temporada.
MEG OLIPHANT
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Los Lakers ya tienen el problema que sabían que iban a tener con Austin Reaves. El escolta ha rechazado formalmente la oferta de los angelinos para extender su contrato: cuatro años y 89,2 millones de dólares. En la NBA actual, y más con la nueva subida propiciada por los contratos televisivos a las puertas, era obvio que Reaves no aceptaría esa cantidad. Aquí, la situación iba a complicarse en todo caso porque las normas del convenio colectivo no permitían a los Lakers hacer una oferta de extensión mayor, ese era ahora el máximo al que podían llegar. Así que Reaves seguirá con sus dos años de contrato, el próximo por 13,9 millones y el siguiente (el de la temporada 2026-27) con 13,8 de player option… que rechazará en un año para convertirse en agente libre sin restricciones. Así que, en la práctica, los Lakers (y el resto de la NBA) pueden considerar a Reaves jugador en último año de contrato que no va a firmar extensión con su actual equipo.

Esto, desde luego, era una situación a la que Reaves y los Lakers estaban abocados. El guard (27 años, no drafteado en 2021) jugó a un gran nivel en su cuarta temporada en la franquicia: más de 20 rebotes y casi 6 asistencias por partido (rozando el 38% en triples con 2,7 anotados por noche, además) alternando tramos como escolta, sin la bola, y otros como base puro, especialmente entre la salida de D’Angelo Russell y la llegada de Doncic. Además, en regular season pareció mezclar bien con el esloveno -que tiene pendiente firmar su extensión- y un LeBron cuyo futuro también está en el aire, aunque todo apunta a que seguirá jugando y a que lo hará en el equipo californiano: en los últimos 17 partidos de fase regular, Reaves promedió casi 25 puntos con un 42,4% en triples. En los trece que los tres (LeBron, Doncic, Reaves) jugaron juntos antes de las eliminatorias y con Rui Hachimura también en el quinteto, el balance fue de 10-3 con victorias en las pistas de los dos finalistas, Indiana Pacers y el campeón, OKC Thunder. Pero en playoffs, todo se vino abajo para Reaves (y los Lakers) 16,2 puntos y 3,6 asistencias por 2,8 pérdidas, un 41% en tiros total y un 32% en triples. Seguramente le afectó una fea lesión en un dedo del pie, de la que no se supo nada hasta que se consumó el K.O., pero también el nivel físico de los Timberwolves pareció un problema para él en una fatídica primera ronda.

A Reaves le quedan dos años de la extensión que firmó en el verano de 2023 (cuatro años, 53,8 millones). Por su evolución como jugador y el crecimiento de los márgenes en el salary cap, uno de los contratos chollo de la NBA. Los Lakers habrían querido que firme una extensión ya, pero por las normas salariales y los márgenes que permite el convenio, lo máximo que le podían ofrecer eran esos cuatro años y 89 millones de dólares. Poco más de 22 millones anuales de media, bastante por debajo de lo que puede obtener en el mercado un jugador como él. A la franquicia le habría venido de maravilla que firmara, para retenerlo con un contrato muy manejable y excelente si mantiene su nivel de juego; y con la coartada de que no tiene margen legal para ofrecerle más este verano. Pero eso hace también que lo normal para Reaves sea rechazar la extensión, esperar al verano de 2026, no acogerse a su player option y salir al mercado como agente libre. El nuevo convenio ha aumentado lo que se puede ofrecer en las extensiones de un 120 a un 140% de una cantidad que es la del último año de contrato del jugador o la de la media salarial de la liga, la que sea más alta de las dos para beneficiar al jugador. Pero, por las condiciones en las que firmó Reaves en 2023, ni así se llegaba a algo parecido a lo que serían sus números salariales en el mercado actual.

El próximo verano, el escolta podría recibir una oferta masiva que lo llevara a otro equipo salvo que los Lakers aceptaran moverse en cifras ya de estrella para seguir contando con él. Si efectivamente se salta su player option, el máximo que podrá llevarse será de cinco años y 246,7 millones con los Lakers o cuatro temporadas y 182,9 en otra franquicia. No parece muy probable, aunque hay por delante un año de baloncesto, que nadie, ni Lakers ni otros, lleguen a ese extremo. Pero sí que el próximo contrato de Reaves se mueva en torno a los 30 millones al año, como mínimo. Algo que deja atrás ese 89,2x4 que no podían superar ahora los Lakers.

Desde la franquicia todos han dejado claro que cuentan con él y que lo consideran un jugador importante, en pista y en el vestuario. Pero está por ver si Doncic y él pueden formar un backcourt que no quede expuesto en playoffs por sus lagunas defensivas, lo que sería un problema especialmente grave si Reaves da un nuevo salto en su rango salarial. Así que, como además todo apunta a que saldrá al mercado en 2026, la opción de un traspaso ha estado sobre la mesa aunque no parece que los Lakers la vean con buenos ojos, salvo que no quede otro remedio o que reciban una oferta, o se presente una oportunidad en el mercado, de primerísima categoría.

Rob Pelinka, el mandamás en los despachos, lo dejó claro en mayo: “Es lo ideal tener como base de tu equipo tres jugadores así. Con ese carácter y esa naturaleza competitiva. LeBron no es nada egoísta y solo quiere ganar. Luka Doncic es igual y Austin Reaves, también. Si tienes tres pilares así en tu training camp y empiezas a construir tu personalidad a partir de ellos, es un grandísimo punto de partida. Es una oportunidad que no tuvimos la temporada pasada pero que tendremos la próxima”. Y el jugador también ha dejado siempre claro que su prioridad no es cambiar de aires. Esta decisión es solo un movimiento obvio dentro de las normas del mercado. “Quiero seguir en L.A. Quiero jugar toda mi carrera ahí, me encanta estar ahí. El clima, el golf… y los Lakers son el mejor equipo del mundo”, dijo desde su campus infantil en Arkansas.

En todo caso, habrá que ver qué forma acaban teniendo los Lakers 2025-26, un equipo con muchas dudas, cuestiones por resolver y la presión de construir un aspirante al título en, además, pleno proceso de venta. Si no pasa nada raro, Luka Doncic firmará su extensión, pero hay que ver cómo y por cuánto; LeBron James debería seguir, jugando y en los Lakers, pero tampoco está cerrado ese asunto, ni la resolución ni las condiciones. Dorian Finney-Smith podría rechazar su player option y convertirse en otro problema para un equipo con cuestiones trascendentales que resolver en cuanto a rotación interior y de aleros fuertes defensivos y que (sin espacio salarial) solo tiene la opción del mercado, y con pocas armas: Dalton Knecht, el tirador que afrontará su segunda temporada, la primera ronda de 2031 y una cuantas para swaps (intercambios) y, eso sí, un buen puñado de contratos traspasables: Hachimura, Gabe Vincent, Maxi Kleber…

Una noche interesante en el draft

Lo que sí que hicieron los Lakers fue moverse en la segunda noche del draft (en la primera no tenían ninguna elección). Y consiguieron subir, con dos operaciones distintas, del puesto 55 que era su punto de partido al 36. De la cola a la parte alta de la segunda en tratos con Bulls y Timberwolves en los que dieron a cambio dinero en metálico. Algo que, por cierto, les impedirá superar (ni por un solo dólar) el límite salarial del segundo apron (207,8 millones), cosa que en todo caso no pensaban hacer. En principio, los angelinos buscaban un pívot físico y con proyección, una necesidad muy obvia en su plantilla. Pero se lanzaron a por Adou Thiero (de Arkansas) cuando vieron que seguiría a tiro en ese pick 36.

Thiero (21 años, 2,03) no es un pívot sino un forward (alero/ala-pívot) con unas enormes facultades físicas que promedió en los Razorbacks, con John Calipari como entrenador, 15,1 puntos y 5,8 rebotes. Con un 54,5% en tiros de campo. Antes, había jugado también dos años a las órdenes de Calipari en Kentucky. Su gran problema es el tiro exterior, por ahora un contrapunto decisivo a sus tremendas facultades físicas, su energía y su talento para defender básicamente en cualquier posición. Eso, y su capacidad para correr en transición y acabar jugadas por encima del aro, son valores que encajan de maravilla con el perfil de jugadores que los Lakers necesitan alrededor de Luka Doncic. De hecho, algunos analistas creen que puede acabar siendo un jugador cercano a Derrick Jones Jr o includo Jaden McDaniels, de enorme cotización como aleros polivalentes en defensa en la NBA actual. Pero todo dependerá del tiro y de su capacidad para convertirse en un jugador útil, lo justo al menos, en ataque.

Thiero pasó de raspar el 1,90 a superar los dos metros y de jugar como escolta a hacerlo como ala-pívot en el instituto, en Pensilvania. Su entrenador entonces, Mike Mastroianni, aseguró que Kentucky se llevaba a un jugador que defendía las cinco posiciones y que podría ser un buen tirador cuando dejara atrás un peculiar problema, el rápido crecimiento de sus manos: “Ha sido tan disparado que le ha complicado el gesto de coger y adaptar la bola. Podrá volver a ser un buen tirador porque en su segundo año de instituto lo era, había partidos en los que metía ocho o nueve triples”. De entrada, en todo caso, su valor estará en la defensa, la energía en el rebote, el juego en transición, la finalización de alley-oops… Es un jugador que llega desde la segunda ronda, así que las expectativas siempre tienen que estar adaptadas a ese hecho obvio, pero muchos expertos consideran que los Lakers han realizado una operación excelente y se han llevado a un jugador que puede acabar rindiendo muy por encima de esa selección, y más que unos cuantos jugadores elegidos en la primera, ayer.

Después, los Lakers se movieron después en el mercado de jugadores no drafteados y añadieron con un contrato two-way a Eric Dixon, estrella de la Universidad de Villanova, donde promedió 23,3 puntos con un 41% en triples. Uno de los mejores anotadores en College el pasado curso, buscará su sitio en la rotación angelina.

Además, han firmado también Arthur Kaluma (Universidad de Texas), otro alero especialista en defensa que se lleva un contrato de tipo Exhibit 10 (un mínimo de un año no garantizado para ir al training camp y buscar un acuerdo mejor o pasar a la G League), como Augustas Marciulionis, el hijo del mítico Sarunas Marciulionis. Base en Saint Mary, también intentará hacerse hueco en los Lakers con un contrato de tipo Exhibit 10, como RJ Davis, guard anotador de North Carolina.

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