Milagro Porzingis: gana la NBA con una lesión para varios meses

Kristaps Porzingis recordará estas Finales toda la vida por la obvia razón de que en ellas ha ganado por primera vez el Anillo. También por la marca que le ha dejado en el cuerpo, signo de todo lo que ha costado a uno castigado como el suyo adaptarse y crecerse ante la adversidad. Los problemas físicos han acompañado a este gigante letón formado baloncestísticamente en Sevilla; ahora todo queda en anécdota.

El jugador estuvo un mes parado antes esta serie decisiva con los Mavericks. Sufrió un percance en el sóleo derecho en la eliminatoria de primera ronda del Este ante los Heat y no jugó ni ante Cavs ni ante Pacers. Conservado en formol. Los Celtics anduvieron con cuidado sabiendo el historial de Porzee y metieron a jugar minutadas a secundarios como Kornet para acompañar a Horford en el puesto de ‘5′. Les sirvió la estrategia. Pero regresó, fresco y rompedor en el ‘game 1′ (20 puntos en 21 minutos), y tuvo que volver a parar. En el segundo encuentro, en el Garden, en un mal gesto se volvió a dañar y fue baja en los partidos 3 y 4. Sólo la luz verde de los médicos y la insistencia de jugador y entrenadores le llevó de nuevo a la cancha, aunque claramente no estaba preparado, y pudo ayudar a ganar la NBA este 17 de junio. La lesión no era la misma de antes. ¿Ésta? “Desgarro del retináculo medial de la pierna izquierda que, además, permite la dislocación del tendón tibial posterior”, según el parte médico de los Celtics, una lesión “rara” con pocos casos en el mundo.

Joe Mazzulla no le quiso incluir en la alineación el día anterior, el de la única derrota de los Celtics en esta cadena de encuentros, y la ausencia se notó. Lively y Gafford, los pívots de los Mavericks, destacaron en ausencia del alto jugador de Liepaja. Por eso se arriesgó a volver al parqué. El entrenador vio peligro en esa estrategia del contrario, poniendo en la zona muchos puntos fáciles, y pidió un esfuerzo extra.

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Kristaps ha reconocido tras ganar la NBA en ESPN que esto ha sido una especie de brindis al sol y que deberá pasar por el quirófano para reparar su cuerpo en un proceso que va a durar “varios meses”, como detalla. “Ahora mismo me da igual. Lo arreglaré. Cuando la molestia se alivie todo esto habrá valido la pena”, apunta. “Desde el último partido había estado pensando una cosa: ¿cómo puedo poner mi cuerpo a punto para el siguiente? No me importaba lo demás. Hoy me he dicho: ‘Vas a hacer todo lo posible por estar ahí fuera’. Por la mañana me he preparado, he ido a ver al equipo médico y me han dado un apoyo increíble. No sé ni cómo lo han hecho para sacarme ahí. Estoy superagradecido a ellos. Yo he dado todo lo que tenía. Sienta genial ser un campeón, no voy a mentir”, agrega. “Todo esto me ha hecho darme cuenta de lo duro que es ganar un campeonato. Todos en Boston tenían esa visión cuando me ficharon. Yo sabía que era el objetivo y, bueno, pues lo hemos conseguido. Es difícil expresar con palabras lo que siento”, finaliza. En esta 5º cita con los Mavs, su ex-equipo, volvió a salir como suplente y logró 5 puntos en 16 minutos.

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