Luka Doncic: “MVP, MVP”
El esloveno está cuajando una temporada sensacional, es líder de anotación y vuela con convicción hacia el primer MVP de su carrera deportiva.


Si a Luka Doncic le falta algo por conseguir en su ya extraordinaria carrera deportiva aparte del anillo, es el MVP de la temporada. Y el esloveno parece empeñado en conseguirlo en el curso baloncestístico 2025-26 de la NBA. Los Lakers vuelan a su ritmo: 13-4 en los primeros 17 partidos, segundos de la ultracompetitiva Conferencia Oeste por detrás de los (en principio) inalcanzables Thunder, invictos en es Copa que llegó para imitar el modelo europeo y clasificados para los cuartos de final. Todo ello por obra y gracia de un esloveno celestial, que no para de batir marcas y récords y al que acompaña la mejor versión de Austin Reaves, una plantilla compensada y con grandes herramientas y, ahora, también de LeBron James, que ha regresado de su lesión para seguir haciendo historia y poner el broche de oro a su espectacular carrera deportiva... todavía sin revelar cuándo se retirará, uno de los temas del momento y una de las preguntas, aún sin respuesta, más recurrentes.
A todo esto, el sostén de los Lakers no es otro que el propio Doncic. Tras el fiasco en primera ronda de la temporada pasada (derrota ante los Timberwolves por 4-1), el esloveno se puso manos a la obra con eso de dejar el gluten, hacer ayuno intermitente y pasarse el día en el gimnasio para estar en una gran forma física. El Eurobasket con Eslovenia ya fue sencillamente espléndido a nivel individual y muchos dudaban de que fuera a mantenerse en ese estado cuando llegó la NBA. Y una pequeña lesión en el segundo partido de regular season le hizo perderse tras encuentros consecutivos. Un mero espejismo: el base se ha dejado de tonterías, se lo está tomando más en serio que nunca, lucha contra todo y contra todos y está empeñado en escribir una de las mayores historias jamás contadas: la suya. Y tanto su nivel como su forma física le permiten alardear de unos números absolutamente increíbles.
Doncic promedia 35 puntos, 9,2 rebotes y 9,1 asistencias esta temporada. La cifra de anotación no sólo es la más alta de la NBA en este momento, sino la tercera más alta del siglo XXI tras los 35,4 de Kobe Bryant en la 2005-06 y los 36,1 de James Harden en la 2018-19. Además, y en los 14 partidos en los que ha participado, ha sumado 14 dobles-dobles y 2 triples-dobles. Ha superado los 40 tantos en cinco ocasiones, los 30 en 13 y los 20 en todos menos en la derrota contra los Thunder, sumando al menos 1 robo en 12 de sus 17 encuentros y llegando a un máximo de 5 en la victoria de los Lakers frente a los Spurs de Victor Wembanyama. Todo ello sin dejar de rebotear ni de surtir de balones a sus compañeros, lo que le deja tonteando con el triple-doble de promedio, algo que en la historia de la NBA sólo han conseguido Oscar Robertson, Russell Westbrook (cuatro veces) y Nikola Jokic, que lo logró el curso pasado y en este va camino de conseguir lo mismo.
¿Puede Doncic ganar el MVP?
Por todo esto, el esloveno podría ganar el MVP de la temporada. Y por más cosas: a pesar de promediar un 33,5% en triples, la peor cifra desde su año sophomore, Doncic roza el 60% en tiros de dos, una cifra propia de legendarios pívots como Shaquille O’Neal o de jugadores actuales como Giannis Antetokounmpo, pertenecientes a estilos de juego basados en la zona. Esto es, además de por su brillantez particular, por el sistema de JJ Redick y la colocación de DeAndre Ayton en pista: el pívot, flamante fichaje, se mueve en posiciones más alejadas del aro de lo que se podría pensar en un inicio y está por encima del 60% en tiros fuera de la zona, lo que libera espacios y permite al esloveno penetrar con facilidad. Y el porcentaje de triples tenderá a subir, especialmente si tenemos en cuenta que el retorno de LeBron generará más espacios para lanzamientos exteriores más cómodos.
Doncic, que además lidera la competición en tiros libres anotados (9,9) e intentados (12,3) y genera 22 puntos por partido sólo con sus asistencias, peleará por el MVP con los de siempre: Shai Gilgeous-Alexander (32,8+4,7+6,4 de promedio), el increíble Nikola Jokic (29,2+12,3+11, liderando la competición en rebotes y pases a canasta) y Giannis Antetokounmpo (28,9+10,1+6,1). Entre ellos tres se han repartido seis de los siete últimos premios con la excepción del que se llevó Joel Embiid y el griego podría tenerlo más complicado o podría estar directamente descartado si los Bucks no espabilan (10-15, décimos del Este) y con la estrella, lesionada actualmente, peleada con su propia franquicia y con pie y medio fuera de ella. Por otra parte, a los Lakers les interesa mantenerse en la zona noble del Oeste, ya que tradicionalmente un buen récord es el que acompaña a esta distinción. Los Thunder son inalcanzables, pero estar junto a Nuggets y Rockets (y mantenerse ahí: aún queda mucho) aumentaría las posibilidades del esloveno, que tiene que llegar a la barrera mágica de los 65 partidos (se ha perdido 6 duelos por lesiones y su reciente paternidad). Algo que tiene casi imposible un Victor Wembanyama que también podría estar en la lucha.
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Así están las cosas, con las intentonas de uno y los problemas de otros dentro de un ecosistema en el que los premios individuales importan y mucho. El legado es un tema increíblemente tratado en una NBA que no espera a nadie y que vive de repartir premios a diestro y siniestro para consolidar carreras o destruirlas. En esas está Luka Doncic, cuajando una temporada magnífica, prácticamente de ensueño. Pero esto acaba de empezar, como quién dice, y todo dependerá de lo que vaya ocurriendo en los próximos meses, en los que puede pasar de todo. Junto a LeBron, junto a Reaves y junto a una plantilla bien construida, los Lakers del esloveno piensan en el anillo. Pero el base también quiere otras cosas. Y el MVP es una de ellas. Algo que terminaría de consolidar su extraordinaria figura en una competición que le ha encumbrado desde el principio y que espera que esté a la altura de las circunstancias en estos momentos. Que es cuando le toca, claro. Los Lakers buscan el anillo. Luka Doncic también. Y si por el camino se puede llevar el MVP, mejor que mejor.
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