NBA | TIMBERWOLVES 113 - PELICANS 108
Los Wolves sancionan a Gobert
El pívot francés pegó un puñetazo a un compañero y fue apartado del equipo. No estará en el decisivo partido de play in contra los Lakers, mañana.
La situación de Minnesota Timberwolves es muy complicada en el peor momento: después de una temporada muy difícil, irregular y lejos de los buenos presagios con los que acabó el pasado curso, el equipo ha acabado octavo, en zona de play in y obligado a jugársela mañana en L.A. contra los Lakers, que tendrán factor cancha en un duelo de eliminación. El que pase estará en primera ronda y pasará a enfrentarse, como séptimo, a Memphis Grizzlies. El que pierda tendrá una última bala, en su pista y contra el ganador del Pelicans-Thunder.
Los Wolves mo tendrán en Los Ángeles a Rudy Gobert, que ha sido apartado tras el puñetazo que dio a su compañero Kyle Anderson durante un tiempo muerto del decisivo partido que acabó en victoria contra los Pelicans. El pívot francés fue enviado a su casa en ese mismo momento y ahora se ha sabido que los Wolves le han puesto un partido de sanción, por lo que no jugará contra los Lakers pero, en principio, sí estaría después, para el segundo play in o, si los Wolves ganan en Los Ángeles, ya el estreno en playoffs contra los Grizzlies. La franquicia ha asumido que la situación fue grave pero ha valorado, según el periodista Adrian Wojnarowski, la tensión del momento, los insultos que el francés había recibido antes de Anderson y el hecho de que estaba jugando con problemas físicos.
La ausencia de Gobert se suma a la ya conocida de Naz Reid, el pívot suplente que lleva tiempo lesionado. Karl-Anthony Towns tendrá que jugar más minutos de cinco puro contra los Lakers en un partido en el que también faltará el mejor defensor del equipo, un Jaden McDaniels que se rompió la mano dando un golpe a una pared en el accidentado duelo contra los Pelicans.
Gobert, cuyo final de trayecto ya no fue bueno en Utah Jazz, vuelve a tener problemas, esta vez tras enfrentarse a uno de los pesos pesados del vestuario de los Wolves, un Anderson que exigió más en defensa a un jugador que ha sido una decepción por su contrato (más de 38 millones esta temporada, 130 más garantizados las tres próximas) y por el precio altísimo que se pagó por él a los Jazz: cinco jugadores (entre ellos Walker Kessler y Jarred Vanderbilt), cuatro primeras rondas y el derecho a intercambiar otra primera más. Su temporada ha sido muy discreta, no ha ayudado a que el equipo de pasos hacia adelante, su encaje con Towns es cuestionable, no ha ejercido de líder y, además, se va a perder el que por ahora es el partido del año para los Wolves.