Los mejores quintetos defensivos de la historia de la NBA
Si se recorre toda la historia de la NBA y se analizan todas las posiciones, se puede dar con un equipo contra el que sería casi imposible anotar.
Como con cualquier distinción en la que hay que mezclar estilos y épocas, no es fácil determinar cuáles han sido los mejores defensores de la historia de la NBA. Pero sí hay, como (también) en casi todas las clasificaciones, consensos obvios que indican que, como mínimo, está claro por dónde van los tiros. Y que cuando el río suena... ¿No es Gary Payton el mejor base defensor de la historia para prácticamente todo el mundo? ¿No es Scottie Pippen de largo el mejor alero atrás? Como mezclar posiciones complica además una categoría que siempre ilumina especialmente a los hombre altos (especialistas defensivos y anclas ahora en peligro de extinción), parece más interesante crear un equipo defensivo perfecto. A priori invencible si contamos con que incluye a leyendas que también eran extraordinarias (los mejores de siempre en algunos casos) en ataque. Así crearíamos el equipo defensivo perfecto en la historia de la NBA:
BASES: Gary Payton, Walt Frazier, Dennis Johnson
Gary Payton. Le llamaban The Glove, el guante, y es el único base que ha sido Defensor del Año (1996). Entró nueve veces consecutivas (1994-2002) en el Mejor Quinteto Defensivo y acabó siendo campeón, por fin, en 2006 con los Heat. En las Finales de 1996 se midió a los Sonics a los Bulls del 72-10 y dejó una muestra de su capacidad como defensor ante el mismísimo Michael Jordan, que firmó sus peores números en una serie por el título: 27,3 puntos de media con un 41% en tiros y cinco de los seis partidos de la Final con menos de 30 puntos. Además, de eso, era muy capaz de rondar los 20 puntos y 8 asistencias de media. Pese a su 1,93, se encargaba de los anotadores más explosivos del rival a base de manos rápidas, juego de pies, inteligencia e intensidad. Capaz de forzar malos tiros sin perder el sitio en la búsqueda de robos (1,8 de media en toda su carrera, 2,9 en la 1995-96). Pues eso, el guante.
Para el banquillo, se va a quedar fuera Chris Paul, seguramente el gran base defensor de esta generación (y mucho más que eso), pero opto por otros dos perros de presa del pasado. Por un lado, Walt Frazier, al que obviamente se asocia más con el estilo neoyorquino y los anillos de los Knicks (1970 y 1973). Frazier promedió casi un tremendo 19+6+6 en su carrera pero también casi 2 robos de balón. Entró siete veces en el Mejor Quinteto Defensivo y tenía unas de las manos más rápidas de la historia, lo que hizo ser el primer gran base especialista en robos de balón que generaban puntos para su equipo. Y, con él, Dennis Johnson, el tanque que los Celtics de Larry Bird usaron en su intento por parar a Andrew Toney (Sixers) y Magic Johnson, el genio del Showtime al que se apodó Tragic tras sus errores en las Finales de 1984. Casi todos, forzados por Dennis Johnson. Pasó de combo guard anotador y MVP de las Finales con los Sonics (1979) y rocoso especialista en los orgullosos verdes.
ESCOLTAS: Michael Jordan, Sidney Moncrief, Michael Cooper
A veces, y tiene sentido por todo lo demás, se olvida que Michael Jordan también era el mejor especialista en su puesto defendiendo. Fue Defensor del Año en 1988, cuando robó 3,2 balones por partido y promedió también 1,6 tapones. Entró nueve veces en el Mejor Quinteto Defensivo y se retiró con 2,3 robos y casi 1 tapón por partido. Aterrador en una defensa a la que volveré en el siguiente apartado, el de los aleros.
¿Y ahora? No debería faltar Sidney Moncrief. The Squid, el calamar, el jugador que lideró en los 80 a unos Bucks que solo tuvieron peor porcentaje en esa década que Lakers y Celtics. Con su número 4 retirado en Wisconsin, Moncrief era un escolta bajo (1,91) pero fuerte, polivalente y con capacidad para hacer de todo en pista. También en defensa, donde era extraordinario por rapidez de pies y capacidad de salto. Un jugador demasiado olvidado (le faltó hacer algo realmente grande con aquellos Bucks) y que ganó las dos primeras ediciones del premio de Defensor del Año, en 1983 y 1984. Y junto a él, el gran Michael Cooper, el que hacía que el Forum gritara el inónico “cuuuuuuuuuup” durante los partidos, una leyenda defensiva que sufrió Larry Bird (increíble su trabajo en las Finales de 1987, por ejemplo). Cooper era delgado y de envergadura inacabable que fue Defensor del Año en aquel 1987, entró cinco veces en el Mejor Quinteto Defensivo y tres en el segundo y era uno de los jugadores más queridos por la afición angelina. Siempre laker (1978-90) ganó cinco anillos y le ha ganado este puesto a Joe Dumars (cuya ausencia me apena especialmente) porque tenía la velocidad y agilidad para perseguir a un base endiablado como Isiah Thomas y la longitud para estropearle las tardes (todo lo que se podía, al menos) al citado Bird, que tras su retirada se refirió a Cooper como el mejor defensor al que se había enfrentado. Con eso debería bastar, creo.
ALEROS: Scottie Pippen, Ron Artest, Kawhi Leonard
No puede haber discusión: ningún alero puro ha sido mejor en el apartado defensivo que Scottie Pippen, y pocos han sido superiores a él si se toma todo el juego en su conjunto. Extraordinario, un jugador de leyenda, Pippen integró ocho veces el Mejor Quinteto Defensivo y dos el segundo. Promedió dos robos en su carrera y 2,9 en las casi dos temporadas en las que lideró a los Bulls, durante la primera retirada de Michael Jordan (1993-95). Su capacidad defensiva en las alas unida a la de Horace Grant, con Michael Jordan como punta de lanza, creó una defensa nunca vista por agresiva y asfixiante en los Bulls de Phil Jackson. Los tres perros del asistente Johnny Bach, gestor defensivo del Maestro Zen.
En el banquillo, primero un tipo duro. Ron Artest (después Metta World Peace etc) fue muchas veces, durante años de hecho, un jugador de carácter incontrolable y autodestructivo, demasiado agresivo y de reacciones imprevisibles. Pero también un alero tremendo que aprendió en Queens a no dar un paso atrás. Con la constitución de un buque de guerra, anulaba a los rivales por fuerza pero también por fundamentos. Acabó redimiéndose definitivamente en los Lakers campeones en 2010. Él puso, y el séptimo partido es un ejemplo perfecto, la dureza que los angelinos no habían igualado ante los Celtics dos años antes. Y depués, Kawhi Leonard. Dos veces Defensor del Año (2015, 2016), el alero se forjó en los Spurs de Popovich (que en su día tuvieron a Bruce Bowen, Duncan, Robinson...) y saltó al estrellato con su defensa a LeBron James en las Finales de 2014, donde se erigió en inesperado MVP. Excepcional por físico y concentración y con unas manos enormes, en los Raptors 2019 demostró que aunque ya ejercía de jugador franquicia y dosificaba más sus esfuerzos en defensa, seguía siendo un súper especialista capaz de cambiar partidos a partir de su trabajo atrás. Con la tenacidad de un cyborg. Después, el físico no le ha acompañado en sus años en los Clippers.
ALA-PIVOTS: Tim Duncan, Dennis Rodman, Kevin Garnett
Cuarto puesto y cuarto titular, yo creo, indiscutible. El mejor en su posición de siempre y uno de los grandes de la historia, Tim Duncan fue muchas cosas... pero también un defensor extraordinario. Primero haciendo pareja con David Robinson (otro especialista excepcional), después como ancla y extensión de Popovich en pista. Ocho veces en el Mejor Quinteto Defensivo, siete en el Segundo, diez años sin bajar de dos tapones de media... Y los números no lo son todo: colocación, anticipación, liderazgo, inteligencia... entre 1999 y 2007 dejó en playoffs exhibiciones defensivas absolutamente antológicas. Para el uso de cualquier entrenador y el aprendizaje de cualquier jugador.
Después, creo, Dennis Rodman y Kevin Garnett. El primero un jugador y un tipo imposible de predecir, heterodoxo y diferente al resto... pero ultra eficaz, temible. En los Bad Boys de Detroit y en los Bulls pluscuamperfectos del segundo threepeat. Dos veces Defensor del Año, siete en el Mejor Quinteto Defensivo, uno de los grandes reboteadores de la historia y un jugador impacable en los marcajes individuales, de una intensidad agotadora para cualquier rival. Kevin Garnett, por su parte fue un defensor mucho más canónico, explosivo en los Wolves y de una inteligencia posicional superdotada en los Celtics campeones en 2008, cuando su físico ya menguaba. Defensor del Año en aquel 2008, entró nueve veces en el Mejor Quinteto Defensivo y tres en el Segundo. Seguramente el mejor ala-pívot de siempre por detrás de Duncan, también estaría junto a él y al Gusano Rodman entre los mejores defensores de la historia en el puesto.
PÍVOTS: Bill Russell, Hakeem Olajuwon, Dikembe Mutombo
Y aquí está el meollo, los mayores debates, las dudas más obvias y los descartes más crueles. Los grandes especialistas, los intimidadores, los jugadores que barrían todo en las zonas... Así que, primero, una lista de los que se han ido quedando fuera, corte a corte, pero merecen como mínimo mención: David Robinson, Ben Wallace, Nate Thurmond, Bill Walton, Kareem Abdul-Jabbar, Robert Parish, Artis Gilmore, Alonzo Mourning, Mark Eaton, Wilt Chamberlain, ahora también Rudy Gobert...
El primero, por mucho que sea la prehistoria, tiene que ser Bill Russell. O precisamente porque es la prehistoria. Por entonces (once anillos entre 1957 y 1969), no había datos de tapones ni premios de Defensor del Año. Russell cambió la consideración del especialista defensivo, un arma nuclear en manos de Red Auerbach, que articuló un ataque uptempo gracias a la habilidad de Russell no solo de intimidar sino de recuperar posesiones (y de promediar más de 20 rebotes por noche, claro). El pívot lanzaba una bola que no tocaba el suelo a Cousy, que montaba ya desde mitad de cancha una transición fulgurante. En los años sesenta, un estilo imposible de frenar. Russell tenía, desde luego, un físico privilegiado, pero en sus batallas contra Wilt Chamberlain dejó claro que también tenía inteligencia, fundamentos defensivos y dureza. Los balones que taponaba y salían disparados pasaron a llamarse wilsonburgers (por la marca Wilson), manchas redondas y marrones al aire), y Russell se convirtió en el gran epítome del jugador defensivo.
Y por detrás, y con el máximo respeto a los citados, en primer lugar para el banquillo, Hakeem Olajuwon. Que podría ser el titular. Un pívot legendario, superdotado, extraordinario y adelantado a su tiempo. En defensa, mucho más que números: intimidación, lectura y capacidad para secar a los pívots y llegar (en tiempos en los que esto era improbable) a puntear el tiro de los exteriores en la línea de tres. Dos veces Defensor del Año, cinco en el Mejor Quinteto Defensivo, nunca promedió en 15 años menos de dos tapones por partido y en tres ocasiones superó los 4. Dominador en ataque, dominador también en defensa, un pívot inónico y difícilmente mejorable en ningún aspecto. Uno que hoy sería igual de trascendental.
Y junto a ellos, y como intimidador de emergencia, Dikembe Mutombo. El único junto a Ben Wallace y Rudy Gobert que ha sido cuatro veces Defensor del Año (en su caso entre 1995 y 2001), promedió en toda su carrera casi 3 tapones por partido. Y cuando los Nuggerts se convirtieron en el primer octavo clasificado en eliminar a un cabeza de serie en playoffs (los Sonics, en 1994: de 2-0 a 3-2), Mutombo promedió en la serie ¡6,2! tapones. Cuando abrazó el balón en éxtasis al final del quinto partido, una imagen que es historia de los playoffs de la NBA, quedó elevado definitivamente (y lo que estaba por venir...) a los altares del baloncesto defensivo. Y en ellos sigue.
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