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LAKERS 134-TRAIL BLAZERS 110

Los Lakers se dan un respiro

Después de su desastre contra los Nets, los angelinos ganan sin problemas a unos tristes Blazers. Ahora, afrontan un tramo muy duro y seguramente decisivo del calendario.

Los Lakers se dan un respiro
HARRY HOWAFP

No es noticia que los Lakers ganaran este partido. Ya se habían llevado sus dos duelos anteriores contra los Blazers (3-0 para cerrar la serie de la temporada), jugaban en casa y su rival es un amasijo de jugadores que no saben dónde estarán el 9 de febrero (el día después de la tormenta que cerrará el mercado de invierno), en medio de una reconstrucción post Lillard que no parece que vaya a ser fácil (¿cuándo lo es?) y con un entrenador como Chauncey Billups que todavía no ha demostrado ser especialmente capaz de ordenar y organizar su rotación. Y está en su tercera temporada en la franquicia. En todo caso, la noticia es que los Lakers no se liaron y ganaron con comodidad (134-110). Una jornada plácida, con muchos minutos de la basura y dominio de principio a fin: los Blazers nunca estuvieron por delante y la ventaja angelina llegó a estar en +27. Quien haya seguido la temporada de los Lakers, sabe que ese no es el guion habitual. Por desgracia.

No news good news. Lo mejor es que no pasó nada 48 horas después de la pifia monumental contra los Nets, una derrota sellada por una segunda parte patética que tiró por la ventana el amago de optimismo que habían traído las (muy buenas) victorias contra Thunser y Mavericks. Este triunfo funcionarial, el tercero en cuatro partidos, vuelve a poner a los Lakers en el 50% de victorias (22-22), lo que de una forma u otra acaba pareciendo su sitio natural. Desde luego, mala cosa si se tiene en cuenta que Anthony Davis y LeBron James han estado básicamente sanos toda esta primera mitad de temporada.

Pero que nadie piense que las aguas se han calmado. Siguen los constantes rumores relacionados con el cierre de mercado, un baile de nombres y opciones que tiene que afectar a la fuerza en el vestuario; siguen las habladurías de una relación cada vez más tensa de los jugadores con ese Darvin Ham que tantas veces parece que solo pasa por allí… y viene un calendario tremendo. Seis de siete partidos a domicilio, el primero mañana contra los Clippers (2-0 para los Lakers por ahora) y después la habitual gira por el Este, durísima, de estas fechas. De regreso a casa, Nuggets y Pelicans. Después de todo eso, el mercado estará recién cerrado y sabremos de verdad dónde y cómo están los Lakers de cara al sprint final de la temporada. Si es que no lo sabemos ya... que seguramente sí.

Contra los Blazers, los Lakers jugaron bien. Cuesta abajo, pero bien. La baja de Taurean Prince por molestias en una rodilla puso en el quinteto titular a Rui Hachimura. Con un equipo grande, los angelinos dominaron en las zonas y pudieron correr gracias a la imprecisión de unos Blazers en los que apenas aguantaba el tipo Malcolm Brogdon (23 puntos, 7 rebotes, 9 asistencias), uno que seguramente esté en otro sitio (tal vez en los propios Lakers) el 9 de febrero. Sin un rival que le exigiera demasiado, los Lakers fueron abriendo la brecha y, por una vez, no dejaron opciones para la taquicardia en la segunda parte. Algo es algo. Otra buena noticia, por buscarlas, estuvo en los minutos de Anthony Davis (26) y LeBron James (31). El primero, sin forzar, acabó en 14+14. LeBron James se movió bien en la primera parte y terminó con 28 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias.

El mejor, al lado de un Austin Reaves en buen formato (15 puntos), fue D’Angelo Russell, que terminó con 34 puntos, 8 asistencias y un 6/11 en triples. Cuando el base está conectado, los Lakers son mucho mejores. Disgustado por estar en todas las cuentas de traspaso, Russell es un obvio factor X de los Lakers, para bien pero también para mal. Se vio contra los Nets (para mal: fue de más a menos como el equipo) y se ha visto en estos partidos de enero en los que ha dejado atrás su horrible nivel de diciembre y está jugando verdaderamente bien. Además, la segunda unidad puso actividad y producción con Christian Wood, Jarred Vanderbilt y un Cam Reddish que volvió tras su lesión con buenas sensaciones (falta le hacía).

No hubo mucha historia, más allá de ver una vez más cómo Jerami Grant es un jugador que cobra 27,5 millones y puede acabar con 17 puntos sin que se note apenas que ha estado allí, sin peso en el juego. Deandre Ayton volvió a dejar claro que su problema no era Phoenix y el rookie Scoot Henderson, el jugador que tiene que ser la nueva cara de los Blazers, que le queda mucho camino por delante. Muchísimo. Los Blazers (12-30) avanzan por una temporada difícil y que se les acabará haciendo muy larga. Lo malo para los Lakers es que, en su nivel, se pueden aplicar por ahora esa misma afirmación. Esta vez, al menos, se divirtieron un poquito. Y ahora vienen partidos (Clippers, Celtics, Knicks, Nuggets…) en los que seguramente se va a saber si definitivamente sí o definitivamente no. Por ahora, apunta más a lo segundo. Veremos.

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