NBA

Los Lakers pierden a Austin Reaves

El escolta estará fuera de las pistas al menos un mes después de su lesión muscular en el partido contra los Rockets. Anthony Davis, otra vez con problemas en una ingle.

Austin Reaves, defendido por Reed Sheppard durante el Lakers-Rockets de la jornada de Navidad en la NBA.
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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Ya se sabe, no hay situación suficientemente mala que no sea susceptible de empeorar. Y para los Lakers, las pruebas médicas realizadas a Austin Reaves fueron una confirmación: el guard de Nebraska (de 27 años), que ha rozado el nivel all star en el primer tercio de la temporada, estará más de un mes fuera de las pistas por la lesión en el gemelo de la pierna izquierda que sufrió en el partido de Navidad, un desastre sin paliativos, absoluto, en el que el equipo fue arrollado por Houston Rockets del mismo modo que había sido arrollado, en sus dos partidos anteriores, por Clippers y Suns. Los angelinos no habían perdido dos partidos seguidos en los 27 primeros del curso. Ahora han enlazado, por ahora, tres derrotas.

Se trata de una lesión de grado 2 que hará que Reaves sea “reevaluado en unas cuatro semanas”, según los propios Lakers. Eso significa que ese es el tiempo mínimo de baja y que ahí se verá su evolución para, por primera vez, plantear un posible regreso a las pistas. Reaves se lesionó, otro problema en e gemelo izquierdo, en el partido de cuartos de final de la NBA Cup, contra los Spurs (11 de diciembre) y se perdió los siguientes tres partidos. Regresó, desde el banquillo, el día 23 en Phoenix pero el 25-D, en el partido contra los Rockets, notó “algo” (JJ Redick lo definió así) y ya no saltó a la pista para la segunda parte. Se quedó en 15 minutos en los que, además, había sido el mejor de los Lakers (12 puntos). En la temporada está promediando 26,2 puntos, 5,2 rebotes y 6,3 asistencias.

Es, obviamente, una pésima noticia para los Lakers y un pésimo momento para recibirla. En 19-10 ahora, es un equipo que va perdiendo paso en el Oeste: si hace poco peleaba por la segunda plaza, ahora tiene esta (a tres partidos y medio de los Lakers) más lejos que una zona de play in que ve a solo dos y medio. La frontera la marcan, además, unos Suns en claro ascenso. En diciembre, los Lakers están en un mal 4-6 con uno de los peores net ratings de la NBA. Ahora mismo, sencillamente, no están cerca de ser un equipo de elite. Sus problemas en defensa son obvios, Redick cada vez habla de ellos de forma más explícita y subida de tono en sus ruedas de prensa, y sin Reaves pierden una de las razones por las que, a pesar de sus deficiencias, han ganado tantos partidos hasta ahora: él y Luka Doncic aplicaban en ataque una presión constante sobre la defensa rival y los Lakers eran, así, un muy buen equipo en ese lado de la pista. Al menos, hasta estos últimos partidos en los que, además de la lesión de Reaves, Doncic ha bajado visiblemente sus prestaciones (y sus sensaciones). LeBron James, por su parte, sigue muy lejos de su nivel de la temporada pasada. En tres días cumplirá 41 años.

Redick ha hablado de la falta de energía, de ambición, de deseo, de físico y mentalidad defensiva… pero también de las lesiones. Antes de jugar contra los Rockets aseguró que solo habían tenido “un par de partidos con el equipo sano”. Y ese parece otro problema obvio y constante: Doncic, Reaves y LeBron solo han compartido pista en siete partidos, incluido este último en el que el segundo cayó lesionado en la primera parte. En los seis anteriores, el balance fue de cinco victorias y solo una derrota (5-1), y eso contando con el proceso de puesta a punto en el que todavía parece metido un LeBron que regresó, tras sus problemas de espalda, el 18 de noviembre. De los 29 partidos del equipo, el alero ha jugado trece, Reaves 32 y Doncic, 22. Se pueden contar con una mano, y sobran dedos, aquellos en los que Redick ha tenido a su rotación principal de ocho jugadores a su disposición y sin problemas.

En principio, está lesión no está directamente relacionada con la que acababa de sufrir en la misma zona apenas unos días antes. Ahora, los Lakers tienen 15 partidos hasta el 26 de enero, el día en el que será reevaluado Reaves. Incluidos duelos de primera magnitud contra equipos como Pistons, Spurs y Nuggets. Todo pintaba mal hasta ayer, y ahora pinta todavía peor.

Otra vez la ingle de Anthony Davis

La otra mala noticia con las lesiones en la jornada del 25-D llegó en San Francisco, donde Anthony Davis solo pudo jugar once minutos en la derrota de los Maverick contra los Warriors. El interior no ha podido disputar todavía seis partidos consecutivos desde que fue traspasado a Dallas por los Lakers en la operación Luka Doncic, que va camino de cumplir un año.

Davis vuelve a tener problemas en una ingle, una lesión recurrente para él en este momento de su carrera. Y aunque no parecen graves, todo apunta a que volverá a perderse, al menos, unos cuantos partidos. Una situación otra vez compleja para su equipo porque no podrá tener a uno de sus teóricos referentes… y porque una nueva lesión complica el panorama en un mercado que se cierra el 5 de febrero. Los Mavericks, en tierra de nadie (12-20, fuera de la zona de play in), sondeaban el mercado para conocer el valor real de Davis (32 años), que desde luego se ve afectado por su dificultad para jugar con continuidad y sin problemas físicos. Últimamente (especialmente), un imposible.

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Cuando llegó a los Mavs el pasado febrero, lo hizo lesionado, con un problema abdominal que se agravó en el debut con su nuevo equipo. Se perdió, por eso, 18 partidos. Y en esta temporada ya faltó en catorce por un problema en el gemelo, una lesión que se multiplica en la NBA actual. Según muchos médicos de las franquicias, efecto directo de la evolución del juego y la presión física que este impone ya en los jugadores: velocidad, distancia cubierta, movimientos con permanentes saltos y cambios de ritmo… Una lesión, además, que invita a la prudencia porque puede provocar problemas en el tendón de Aquiles si no se recupera de forma óptima. Los Mavericks están 8-8 en los 16 partidos que ha jugado Davis esta temporada y 4-12 cuando este no ha podido estar en pista.

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