Los dos mejores sacan pecho

Cambió de año natural, de 2024 a 2025, con la NBA en ruta hacia el ecuador de su regular season (algunos equipos han jugado ya 33 partidos). Y con dos equipos en unos niveles de dominación pocas veces visto, en formato destructor. Y ninguno de los dos es, glups, Boston Celtics, el campeón y todavía principal favorito al título por mucho que no haya jugado en este primer tramo de curso en su versión prime, la óptima. Y por mucho que lleve ya nueve derrotas (24-9). Tampoco es el finalista, Dallas Mavericks, que marcha 20-13 y le quedan semanas por delante sin Luka Doncic. No, hay dos equipos que ahora mismo arrasan con todo lo que se encuentran delante, dos que han llegado a Año Nuevo con menos de seis derrotas. Y eso es noticia: 29-4 Cleveland Cavaliers, 27-5 Oklahoma City Thunder.

Los Cavs sellaron su back to back californiano sin apuros: del 95-113 contra Stephen Curry esos Warriors tan venidos a menos a un lustroso 110-122 contra unos Lakers (18-14) competitivos y que andan en reformas (debutaron Dorian Finney-Smith y Shake Milton, siguen sin regresar los lesionados: Vanderbilt, Wood…). En el primer partido de LeBron James en la NBA con 40 años (23 puntos, 7 asistencias), precisamente contra sus Cavaliers, los Lakers no pudieron hacer demasiado. Aguantaron, recuperaron desventajas importantes (14-29 de salida, por ejemplo) e hicieron unas cuantas cosas bien.

Pero, ahora mismo, solo pueden estar cerca de los Cavs, cerca de verdad, si hacen todo bien. Y no fue el caso: Austin Reaves jugó uno de los mejores partidos de su carrera (35 puntos, 9 rebotes, 10 asistencias) y Anthony Davis acabó con 28 puntos y 13 rebotes, pero los Lakers estropearon sus 62 puntos en la pintura con un terrible 9/35 en triples (25%). Encontraron buenos tiros, circularon bien... pero ejecutaron mal. Y no tenían margen de error contra un rival bendecido por las matemáticas: el doble de triples (18/46) con mucho mejor porcentaje (por encima del 39%).

Así de fácil. Ahora mismo, los Cavaliers son una apisonadora. Un equipo que juega de maravilla, con un ataque que parece imparable, perfectamente conectado, y una alegría que convierte sus piernas en alas. Darius Garland sumó 14 puntos y 14 asistencias, Donovan Mitchell 26 puntos con un 6/13 en triples, Jarrett Allen 27 y 14 rebotes, Evan Mobley 20+6… y Max Strus convirtió los 19 puntos que llegaba en cuatro partidos desde su regreso en 15 con un 4/8 en triples. El clavo final en el ataúd de los Lakers, que volvieron a comprobar (por si hacía falta) la distancia que los separa de los verdaderos aspirantes.

Los Cavs están en ritmo de ganar 72 partidos: glups. Llevan ocho victorias seguidas, todas en dobles dígitos de diferencia. Hace un mes que no ganan por menos de 10 y lleva 21 victorias en ese formato. Solo otros cinco equipos (Thunder, Rockets, Grizzlies, Celtics, Knicks) han llegado a veinte triunfos… en total, sin mirar las diferencias. En diciembre, los de Atkinson han firmado un 12-1 con once de los doce triunfos en al menos ese +10. El que no quiera considerar a los de Ohio un aspirante absolutamente legítimo al título, es porque no está viendo sus partidos. No hay otra.

Hasta que Shai sacó su fúsil

Los Thunder, por su parte, llevan doce victorias seguidas por primera vez desde 2012… pero con asterisco. Perdieron, por el camino, la final de la NBA Cup, contra los Bucks. Pero como es el único partido del torneo que no cuenta también para la regular season, oficialmente llevan doce triunfos sin fallo. En realidad, es un 5-1-7 en los últimos trece. Pero es un dato tremendo en cualquier caso, y ya un 27-5 que los tiene a un partido y medio de los Cavs. Y con cinco victorias de ventaja sobre los Grizzlies, las mismas que el líder del Este mantiene sobre el segundo, los Celtics.

En diferencia de puntos, ambos se mueven en registros extraordinarios: 12,13 los Thunder, 11,88 los Cavs. El mejor dato de siempre es el 12,28 de los Lakers en 1972. Y contra unos Wolves (17-15) que compitieron pero se quedaron cortos (en cierto modo, como los Lakers unas horas después), bastó un tercer cuarto brutal (43-24) para asegurar otra victoria para un equipo que en ningún momento ha usado como excusa la ausencia de Chet Holmgren, que no juega desde el 10 de noviembre. En lugar de eso, apila victorias a un ritmo que debería desembocar, como el año pasado, en que el que quiera llegar a las Finales desde el Oeste tendrá que robarles el factor cancha. Entonces lo lograron los Mavericks, pero estos Thunder son, simplemente, mejores que la pasada primavera.

Los Wolves controlaron el primer tiempo (46-52) y parecieron abrir brecha a base de triples de Mike Conley (tres seguidos y 53-65). El resto del tercer cuarto se cerró con un 36-10 (89-75) atronador. Shai Gilgeous-Alexander anotó 19 puntos en 9 minutos con un 7/8 en tiros. Los Thunder embocaron el 76% de sus tiros, con un 7/11 en triples, y robaron 7 bolas para 11 pérdidas en 12 minutos de unos Wolves descoyuntados, pero que resistieron: 106-103 a dos minutos del final, antes de que un triple de Shai cerrara definitivamente la puerta y le colocara en al menos 40 puntos (esta vez con un 15/23 en tiros) por tercera vez en esta semana.

Como los Lakers contra los Cavs, los Wolves tenían que hacer todo bien para conseguir algo más que molestar a un equipo ahora mismo muy superior. Aguantaron en el partido, pero perdieron. Están lejos. Como todo el mundo ahora mismo en una NBA que pone los ojos en un doble duelo tremendo y que ya está a un solo paso: Cavaliers-Thunder, el 8 de enero en Cleveland y el 16 en OKC. Dos equipos que marchan en un ritmo histórico, un cara a cara para sellar las notas de mitad de curso.

RESULTADOS DE LA JORNADA:

CELTICS 125-RAPTORS 71

PACERS 112-BUCKS 120

SPURS 122-CLIPPERS 86

THUNDER 113-TIMBERWOLVES 105

SUNS 112-GRIZZLIES 117

LAKERS 110-CAVALIERS 122

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