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NBA

Los descansos de Wembanyama

Los Spurs trabajan en adaptarse casi completamente a los ritmos y requerimientos de Victor Wembanyama, la estrella más brillante en su futuro.

Victor Wembanyama -
Kyle TeradaUSA TODAY Sports via Reuters Con

El encaje de Victor Wembanyama en esta NBA es difícil y complejo de la misma forma en la que lo es él como jugador. Ser alguien único en el mundo, no sólo en una profesión, lleva a ello. Primer año en la competición, siendo europeo, con todo lo que se debate en torno a su figura... En torno a su sorprendente físico, sobre el esquema que debe seguir el equipo para exprimir su talento... Después de haber sido tratado con extremo mimo en la capital francesa... Es una ensalada de pensamientos los que debe gestionar que a veces será inabarcable hasta para un joven de 2,40 metros de envergadura. Por ello era necesario adaptar las necesidades de la franquicia, que por ahora son pocas, a las del jugador.

Un plan de cancha. De momento falta mucho por pulir. Se ha visto a Wemby desorientado en muchos partidos porque no recibe el balón en posiciones ventajosas, como cuando le defiende un pequeño cerca del aro por un desajuste de marcas. Otros compañeros también jóvenes no han perdonado sus tiros para dárselos a él salvo en los finales de partido en los que los Spurs han tenido opciones, donde el de Le Chesnay sí ha hecho de referencia absoluta.

Un plan médico. El pívot ha ido siguiendo las consideraciones de los médicos, que han medido con cuidado la evolución del jugador. Pocas señas de rookie wall, el muro por el que suelen pasar los novatos y contra el que Wembanyama no se ha estrellado. Los doctores, eso sí, han puesto sus condiciones después de un par de percances físicos de Victor. No hay back-to-back, no se le permite jugar dos partidos en dos noches consecutivas. Sigue así el ritmo de muchas otras estrellas de la NBA, a las que se reserva de semejante exceso.

Un plan de mercado. No es que los jugadores de los que se ha rodeado Wemby en esta primera temporada sean los que más le pueden ayudar. Una pequeña porción permanecerá con él en el tiempo, por ser elegidos hace poco y en circunstancias parecidas a la suya, y después llegarán los ajustes agresivos. Ahora que ha demostrado quién es y que puede hacer lo que promete los tan esperados veteranos tendrán al equipo como un posible destino.

El jugador formado en el Nanterre y lanzado a la NBA con el Metropolitans es el enganche de esta nueva temporada, abrasado por las luces de los focos, pero tiene competencia para ser el Novato del Año. Ése es el primer premio individual de valía por el que pelea, ya que colectivamente aún no hay nada que hacer. Parece que hay progreso. Chet Holmgren (Thunder), de un perfil parecido, será su rival, también por su papel en un equipo rompedor en la Liga, pero Wemby ya promedió el pasado enero 24 puntos y 9,6 rebotes para ganar el galardón mensual en su categoría. El francés avanza por esa jungla americana.

Un plan para tenerle contento. La actividad fuera de la pista no podía quedar fuera de las ideas que se proyectan desde San Antonio Spurs. Este gigante vestido de esteta le pone empeño a sus rutinas, tanto a la hora de entrenar para sacar el jugo a su cuerpo como cuando tiene que tomarse un descanso. Es por ello que desde la franquicia se han expedido una serie de cuestiones para adaptarse a las costumbres de Wembanyama. Por ejemplo, y como desveló Mike Monroe en The Athletic, los trabajadores de los Spurs están advertidos de que no pueden telefonearle a casa más allá de las 21:30 horas porque a esa hora se pone a leer durante un rato y después se acuesta. Otro caso que habla de ese tiempo que necesita recortar a tanta expectación es el de los eventos por los que debe pasar por ser quien es; a pesar de que hay varios periodistas franceses cubriendo la actualidad del jugador para la prensa del país, que siguen sus huellas día tras día, los responsables de comunicación han reducido en la mayoría de comparecencias las preguntas en su idioma natal a sólo dos (y los profesionales, forzados a hacerlo en inglés y después traducirlo). Su calendario está ultracongestionado. En el All-Star se le vio sobrepasado por ello, llegando a sugerir que esperaba que todo acabase lo más pronto posible, lógico al tener numerosos compromisos fuera de la cancha, por lo que necesita respiros, descansos medidos y una estrategia contra su propia popularidad.

Ése es el punto de cariño -o interés - que se está poniendo sobre la estrella más brillante de firmamento, el novato sobre el que más expectación había desde LeBron James en aquel lejano 2003.

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