Lonnie Walker, héroe insospechado

En el inicio del último cuarto del partido 4 de las semifinales de la Conferencia Oeste, la tensión en el Crypto Arena estaba en su punto más alto. Los Warriors habían cerrado el tercer cuarto con una ventaja de siete puntos que, teniendo en cuenta el inmenso partido que estaba registrando Steph Curry, parecían suficientes para poner tierra entre Golden State y los Lakers, y así dejar la serie 2-2 antes de tomar el avión de vuelta a San Francisco.

Unos segundos después, sin embargo, un héroe insospechado le devolvió la ilusión al público angelino. Un tal Lonnie Walker IV, desde las profundidades de la banca, metió su primer tiro: presionado por Wiggins, el escolta lanzó desde fuera del perímetro para poner a los Lakers a cuatro puntos. Habían pasado 15 segundos desde el inicio del último cuarto.

Fue el primero de nueve tiros de campo, de los cuales metió seis. 15 puntos en total. Todos en el último parcial. Lonnie aprovechó la atención que generan LeBron James y Anthony Davis en la pintura para encontrar espacios en la media distancia. James, un sabio en estas circunstancias, entendió que Walker tenía la mano caliente: lo buscó una y otra vez tras jugadas de pick and roll en las que atacó sin piedad a Steph Curry.

Un récord histórico para un jugador olvidado

La brillante actuación de Lonnie Walker IV, que terminó dándole la trascendental victoria a Los Ángeles en el juego 4, es mucho más que eso. De hecho, el escolta se convirtió en el primer Laker en marcar 15 puntos o más desde la banca en un cuarto cuarto de Playoffs desde que, un 8 de mayo de 1997, lo hiciera un tal Kobe Bryant ante Utah Jazz. Tuvieron que pasar exactamente 26 años.

Lo más llamativo del protagonismo de Walker es que, desde que Pelinka decidió rearmar el equipo antes del cierre de mercado, en febrero, el escolta había perdido su lugar en la rotación de Ham. La llegada de Beasley, un jugador de características similares, aunque más inclinado al triple, lo terminó dejando en lo más profundo del banquillo, a pesar de que había empezado bastante bien la temporada.

Lonnie no jugó ni un minuto relevante en la serie ante los Grizzlies -más allá de algunas posesiones en los minutos basura- ni tampoco en los últimos partidos de la temporada regular. Recién lo hizo en el segundo encuentro de las semifinales de conferencia, en los que demostró que, además de anotar, su atletismo le permitiría seguir el ritmo en defensa a los siempre dinámicos bases de los Warriors.

El de anoche fue sin dudas el partido más importante de la carrera de Lonnie Walker. LeBron reconoció, al final del encuentro, que, sin él, los Lakers no hubieran ganado, y lo felicitó públicamente por haber esperado su oportunidad con paciencia, trabajando en el gimnasio y mentalizado en que en cualquier momento podrían necesitarlo. Ese momento ya está aquí. Lonnie Walker IV ha llegado para quedarse.