LeBron, rey del cielo y de la tierra
Con 40 años, la estrella de los Lakers anota 7 puntos consecutivos al final del último cuarto que inclinan la balanza y demuestran que todavía le quedan muchas batallas por librar. Hachimura y Reaves, claves.
Con 108-106 para los Lakers y algo más de 3 minutos para el final del partido, LeBron James resolvió. El Rey, a sus 40 años, salió después de un tiempo muerto para evitar la aparición de viejos fantasmas e impedir que los angelinos volvieran a perder en casa, como ya pasó en el enorme bajón sufrido ante los Spurs en el encuentro anterior. La estrella anotó primero un triple y luego una canasta a la media vuelta antes de robar un balón. Erró en el intento posterior, pero todavía tuvo tiempo a una más: como a él le gusta, de espaldas al aro, posteando, como ya casi nadie hace hoy en día. El resultado, con menos de 2 minutos ya para la conclusión, era de 115-106. Y todavía hubo tiempo para que el jugador ganara un challenge que permitió a los angelinos mantener una de las posesiones finales. Las postreras canastas de Tyler Herro y Max Christie sólo sirvieron para poner el punto y final a la victoria de los Lakers (117-109). Una fraguada por la increíble aparición de LeBron, que antes de su exhibición había anotado un espectacular mate en transición, un alley oop en el que recibió el pase de Austin Reaves y surcó los cielos para aterrizar en la tierra como el rey de ambos elementos.
LeBron acabó el partido con 22 puntos (9 en el último cuarto), 5 rebotes, 9 asistencias y 2 robos. Además, se fue a un 9 de 15 en tiros de campo, 3 de 6 en triples y 1 de 2 en tiros libres en 38 minutos de juego. Con más años que tiempo en pista, la estrella no se ha olvidado de que es un icono social y empezó a regalar sus muñequeras en primera fila, además de repartir fotos y sonrisas tras abrazarse a los jugadores de los Heat, su exequipo, aquel con el que se hizo campeón por primera vez, el único con el que ha ganado más de un anillo (2012 y 2013). Lejos quedan ya (salvo sorpresa) los tiempos de campeonatos, pero los récords de longevidad y su estancia en la NBA sin fecha todavía de retirada no dejan de ser el pan de cada día de un jugador que se mantiene en un tono físico inédito para sus primaveras. Es más, su caída de nivel (de la que todo el mundo habla en un deportista que llega a esta edad) se ha reducido a bajar de los 25 puntos por noche por primera vez desde su año rookie. Ahora está en... 23,7. Que todo sea eso, que dirían muchos. Ojalá todos tengamos la vejez de un hombre que no envejece y sea esta la senectud de la que nadie habla. Vivir para ver.
Los Lakers lograron un buen partido coral y se llevaron su primera victoria desde los incendios que asolaron la ciudad de Los Ángeles y de la que todavía no se han recuperado. Una de las víctimas fue JJ Redick, el entrenador, que perdió su casa y ya vio las muestras de cariño de Chris Paul y Victor Wembanyama con sus hijos en la conclusión del partido anterior. Esta vez, se consiguió ganar de forma necesaria y dar una alegría que todo el mundo esperaba. Y eso que los Heat mostraron una gran resistencia a pesar de estar inmersos en el sainete en torno a Jimmy Butler, del que no hay noticias y que cumplió hoy su séptimo y último día de sanción. Veremos qué pasa. Hasta entonces, Herro se fue a 34 puntos (12 de 18 en tiros de campo, y de 12 en triples) sigue siendo el líder de un equipo confirmado como mediocre, mientras que el resto aportó su granito de arena, aunque s7in suerte para inclinar la balanza: Haywood Highsmith se fue a 12 tantos, Jaime Jazquez a 11 (con 5 rebotes), Bam Adebayo estuvo totalmente desdibujado ante Anthony Davis y apenas logró 10, Nikola Jovic se fue a 12 (con 8 asistencias) y Kel’el Ware aportó 8, con 11 rebotes y 2 tapones. Un poco de todo, pero poco de mucho.
El mencionado Davis fue superior a todos los demás en la zona y logró 22 tantos, 11 rebotes, 4 pases a canasta, 2 robos y 2 tapones con una facilidad pasmosa. Y hubo dos nombres que destacaron para los angelinos: Rui Hachimura, con 23 puntos y 8 rechaces, importante con un triple esquinado al final. Y Austin Reaves, el mejor y más constante jugador de los Lakers esta temporada: 14, con 14 asistencias, ejerciendo de playmaker, seleccionando bien los lanzamientos y encontrando siempre a sus compañeros. Max Christie tuvo su ya habitual buen nivel con 16 puntos (6 de 12 en tiros), mientras que Gabe Vincent (y esto sí que fue una sorpresa) consiguió 14 desde el banquillo. Los Lakers se mantuvieron fuertes en la zona, tiraron por encima del 50% en tiros de campo y del 38% en triples y se recuperaron tras llegar a ir 14 abajo durante la segunda mitad, sin conseguir ponerse por delante desde el primer cuarto hasta el último. Pero ganaron por obra y gracia de LeBron James, que no conoce la palabra despedida y que alargará todo lo que pueda una carrera sin parangón. Probablemente, la mejor que se haya visto nunca. Será en su retirada cuando se juzgue su posición histórica de forma definitiva. Pero, desde luego, si no es ya el mejor de la historia... En fin: es que disimula muy bien.
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