La reconstrucción de San Antonio, morir para volver a nacer
Los de Popovich afrontan una temporada sin ilusiones esperando a que llegue un gran jugador que asiente el nuevo proyecto que se está formando en Texas.
Varios son los equipos que no tienen nada que perder en esta temporada. Las franquicias que están en pleno proceso de reconstrucción dibujan el panorama de octubre a abril como un campo de pruebas para seguir construyendo un futuro mejor. El caso perfecto es el de San Antonio, que se deshizo de su pieza fundamental, Dejounte Murray, para comenzar un nuevo camino.
Con un draft en el horizonte que se presenta más que esperanzador para las franquicias de la parte baja de la tabla (la presencia de Victor Wembanyama invita a ello), los Spurs quieren seguir formando a sus jugadores jóvenes para volver a ser el equipo dominante en el Oeste al que nos tiene acostumbrados. A pesar de los malos resultados cosechados en las dos últimas campañas, los aficionados del equipo tejano tienen motivos para ilusionarse con algunos brotes verdes.
Tras unos años en los que San Antonio se encontraba en tierra de nadie, en el limbo entre la primera ronda de playoffs y no disputar la postemporada, sin objetivos a corto ni medio plazo, en la dirección entendían que era hora de un cambio radical, un giro de 180 grados.
Cambio generacional
DeRozan y LaMarcus Aldridge pasaron el relevo a Dejounte Murray y Keldon Johnson. El primero, que llegó a ser all-star la pasada temporada, fue protagonista del movimiento que determinó la nueva hoja de ruta de los Spurs. El base fue traspasado a Atlanta Hawks por Danilo Gallinari (que terminaría en Boston y con una lesión en el ligamento cruzado anterior), y las primeras rondas de 2023, 2025 y 2027 del equipo de Georgia.
Con la salida del jugador de 26 años, las focos se pusieron en Keldon Johnson. El campeón olímpico con la selección de Estados Unidos en los pasados Juegos Olímpicos de Tokyo cogía el testigo de Murray y, con ello, dejaba atrás todo lo que tenía que ver con el anterior proyecto. Ahora, los jóvenes preparan el terreno para lo que pueda llegar.
A pesar de no tener grandes nombres en el roster y de no comenzar bien la campaña (6-12), San Antonio ha competido cada partido que ha jugado en este inicio de temporada. Al paso adelante de los jóvenes que ya estaban en el equipo se añaden las buenas elecciones en el pasado draft. Brian Wright, mánager general de la franquicia, ha comenzado con buen pie este proceso de reconstrucción.
Jeremy Sochan (9º), Malaki Branham (20º) y Blake Wesley (25º) fueron las elecciones en la tradicional gala que reúne al talento mundial que va a entrar a la NBA. El primero, el polaco exjugador de la universidad de Baylor, tiene un gran potencial defensivo.
Con una envergadura envidiable (2′13 metros), es capaz de defender las cinco posiciones, además de dejar grandes exhibiciones ofensivas en las últimas fechas (30 puntos vs Phoenix). Su inteligencia le permite estar un paso por delante del atacante. Además, su vertiente ofensiva se puede desarrollar, convirtiéndole en un ala-pívot creativo con el balón en sus manos. Un talento que, en manos de Popovich, sacará su mejor versión.
Los Spurs se aseguran puntos con Branham y Wesley. Mientras que el Malaki deslumbró al mundo en Ohio State con su capacidad para dejar atrás a los rivales y anotar tras bote, Wesley puede convertirse en un buen comboguard. Su explosividad se mezcla con la capacidad de dirigir el juego. Aunque no haya tenido muchas oportunidades en estos primeros partidos, el exbase de Notre Dame se hará un hueco en la rotación tejana.
Piezas revalorizadas
Keldon Johnson, a pesar de sus 23 años, es el líder de este nuevo grupo de jóvenes. Su experiencia con Estados Unidos y la mejoría que ha demostrado año a año le colocan como uno de los candidatos perennes a Jugador Más Mejorado de la temporada. La versatilidad que tiene desde que llegó a la liga le permite hacer daño desde fuera (34% de acierto desde el triple) y ser incisivo cerca del aro. Habilidad tras el contacto y capacidad para sacar el tiro desde la media distancia.
Los 21.8 puntos por partido que promedia avalan el nivel ofensivo que ha alcanzado en este inicio de temporada. Por algo los Spurs le darán 74 millones de dólares en cuatro años. El escudero de Murray se convirtió en la referencia en cuestión de meses.
Esta mejora se ejemplifica en el caso de Devin Vassell. En su tercera temporada en la competición está demostrando por qué los Spurs confiaron en él desde el principio. Siendo una elección tan alta (pick 11 en 2020), no había tenido buenas actuaciones, encadenando partidos decentes con encuentros irregulares. El proceso de reconstrucción le ha venido como anillo al dedo.
El exalero de Florida State está en 19.4 puntos por encuentro, con un 40% de acierto desde el triple lanzando 7.1 por noche. Infalible desde la larga distancia, es el faro en ataque junto a Johnson. Su confianza ha ido creciendo a lo largo de los años, así como su influencia y regularidad.
Una de las piezas que más se ha revalorizado en relación a la campaña pasada es Tre Jones. El hermano pequeño de Tyus, jugador de Memphis Grizzlies, se ha destapado como una de las grandes sorpresas de la competición en las primeras semanas. Elegido en la posición 41 del mismo Draft que Vassell, el exDuke, compañero de Zion, Barrett y Reddish en la universidad, está en más de 13.2 puntos y 6.3 asistencias por encuentro, además de 1.4 robos de balón. La salida de Murray le ha ayudado a destaparse.
Mirando al futuro, sobre todo a corto plazo, a San Antonio le interesa reunir rondas del Draft así como jóvenes interesantes para seguir dando forma a su proyecto. Es aquí donde juega un papel fundamental Jakob Poeltl. El austriaco de 27 años se convirtió en uno de los jugadores más sólidos y regulares de la pasada temporada. Su trabajo en los tableros y la capacidad de anotar debajo del aro le convierten en el punto de mira de varios equipos que quieren aspirar al campeonato. Golden State Warriors, Toronto Raptors o Los Angeles Clippers son ejemplos de equipos que van detrás del pívot.
Si los Spurs son capaces de sacar buenas piezas en un hipotético traspaso, darán pasos de gigante en un proyecto que parece quemar etapas a ritmo vertiginoso. Aunque en los cuadernos de los directivos el nombre de Victor Wembanyama está apuntado en mayúsculas, la posibilidad de que Scoot Henderson, talentoso base de Ignite, pueda recalar en Texas en el próximo draft, es motivo de ilusión. El traspaso de Dejounte era un todo o nada, una apuesta al tanking que, en ocasiones sale bien, pero en otras es como si no hubiese valido la temporada.
Atrás queda la época dorada de una dinastía que dominó la NBA. Los cinco campeonatos (1999, 2003, 2005, 2007) que se alzan en lo alto del AT&T Center obligan a respetar la tradición ganadora y, por ende, a competir contra los mejores del Oeste. Sin la certeza de la continuidad de Popovich, al que se le ha confirmado para esta temporada, los Spurs comienzan un camino en el desierto para volver al trono. En San Antonio tendrán que morir para volver a nacer.