La NBA se harta de las apuestas

La NBA empieza a moverse para luchar contra todo lo ocurrido en los últimos meses, especialmente dos cosas resumidas en una sola: el tanking y las apuestas. Y lo hace con medidas estrictas: así lo ha anunciado Shams Charania (ESPN), que ha revelado las medidas que la competición norteamericana tomará como reacción al escándalo en el que se ha visto involucrada y que tiene ahora mismo a tres personalidades baloncestísticas involucradas en dos casos distintos, las partidas de póker ilegales y los amaños en las apuestas: Chauncey Billups, Damond Jones y Terry Rozier. Todos ellos puestos a disposición judicial en una trama que relacionó a la mejor liga del mundo con la mafia.

Entre otras muchas cosas y en líneas generales, la mejor liga del mundo, liderada por el comisionado Adam Silver está considerando posibles cambios en sus políticas para abordar el siempre polémico tema del tanking (estrategia de perder partidos intencionadamente) en general y desde el punto de vista de las apuestas, aumentar la frecuencia de la notificación de lesiones y restringir las apuestas que ofrecen las casas de apuestas deportivas. Se planea mejorar su programa de educación sobre el tema, adoptar nuevas medidas para proteger a jugadores, entrenadores y demás personal del acoso de los apostadores deportivos, y mejorar la capacidad para investigar actividades de apuestas inusuales.

Respecto a las lesiones y para prevenir que sean falsas para favorecer según qué apuestas con avisos previos (es lo que hacía, por ejemplo, Damon Jones), los equipos deberán presentar informes de lesiones el día del partido entre las 11:00 y las 13:00 (hora estadounidense), y luego actualizar los informes públicos de lesiones en la web oficial de la NBA cada 15 minutos en lugar de cada hora. Con esto, se quieren evitar filtraciones para favorecer que ingentes cantidades de dinero pasen de un lado a otro por culpa de las malas intenciones de los apostadores en connivencia con algunos jugadores o entrenadores de los equipos, que es el caso que ha llevado al escándalo. Una medida de control para dificultar lo que pueda ocurrir e identificar a los culpables en caso de que finalmente ocurra.

Además, la NBA quiere impone mayores y más sólidas restricciones en las apuestas especiales (que versan sobre el rendimiento estadístico de jugadores, sobre acciones concretas de los partidos...), incluyendo límites en las cantidades que se pueden apostar, restricciones a la baja, una reducción sustancial del número de jugadores ofrecidos por las casas de apuestas y la eliminación de las apuestas que puedan decidirse en una sola jugada. Medidas y más medidas (sin que todavía se sepa cuándo se van a implementar) como reacción lógica a un escándalo que ha involucrado a la competición norteamericana con la mafia. Algo que Adam Silver no se puede permitir.

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