La irrupción de Paolo Banchero, el líder que necesitaba Orlando
La llegada del número 1 del ‘draft’ ha cambiado el rumbo de la franquicia de Florida. Tras años a la deriva, el italoamericano marca el camino a seguir en las próximas temporadas.
Paolo Banchero llega a Orlando para responder las dudas que ha sembrado el proyecto de Florida durante las últimas temporadas. Sin un rumbo fijo, los Magic se han adaptado a lo que les ha regalado el contexto, con una meta, pero sin un plan que les lleve a ella.
El ala-pívot italoamericano de 19 años ha encendido las luces en un túnel que parecía infinito. A pesar de tener jóvenes interesantes que han ido seleccionando en las últimas campañas, si algo faltaba en Orlando era una futura estrella, un líder, la base sobre la que fundamentar el proyecto.
El exjugador de la reconocida Duke ha caído de pie en la mejor liga del mundo. Más de 20 puntos en sus primeros seis partidos en la NBA (ante Pistons, Hawks, Celtics, Knicks, Cavaliers y Hornets) y confirmando las sensaciones de dominio absoluto en la pista que ya dejaba en el baloncesto universitario.
Un número 1 del Draft es la gran esperanza para un equipo que necesita toda la ayuda posible durante la temporada regular. Salvo casos excepcionales, cada uno en su contexto da un salto de calidad a la franquicia, pero adquiere importancia con el paso de los años. En el caso de Banchero, cada posesión pasa por sus manos.
El que fuera el proyecto estrella de unos Blue Devils que tenían en sus filas a jugadores que han dado el salto a la NBA este verano como Mark Williams (Charlotte Hornets), Trevor Keels (New York Knicks) y Wendell Moore (Minnesota Timberwolves) ha sorprendido al mundo entero con la madurez mostrada en la pista.
Tanto es así que Paolo Napoleon James Banchero, atendiendo a su nombre completo, ha igualado una marca que dejó LeBron James y que parecía lejos de igualarse. El de los Magic se convirtió en el segundo jugador que hace 30 puntos y 15 rebotes antes de cumplir los 20 años de edad tras el actual alero de los Lakers, que lo consiguió en noviembre de 2003, también en su año rookie. El italoamericano hizo 33 puntos 15 rebotes en la derrota ante Sacramento Kings (122-126) del pasado 5 de noviembre.
Un soplo de aire fresco, un bote salvavidas en el mar. El jugador, que ya ha declarado que pretende jugar los campeonatos internacionales con Italia, ha llegado a Orlando en el momento justo. El talento joven que ha desarrollado John Hammond, mánager general de la franquicia, en los últimos años, parecía insuficiente. Los brotes verdes que mostraron Franz Wagner y Cole Anthony son rápidamente eclipsados por los problemas de salud de algunas de sus promesas.
Markelle Fultz, quien fuera número 1 del Draft en 2017, no ha tenido la carrera soñada desde que aterrizó en la liga. El base, exjugador de Philadelphia, ha tenido problemas con sus rodillas, llegando a perderse meses de competición. El caso de Jonathan Isaac, el otro gran nombre de esta lista, es aún peor. El alero neoyorquino de 25 años lleva más de dos temporadas sin pisar una cancha de baloncesto, desde que se lesionase del ligamento cruzado anterior en la conocida “burbuja” de Orlando de 2020.
La poca participación de estos jóvenes talentos sembró malos resultados en las últimas campañas. Orlando no ha superado las 25 victorias en las dos últimas temporadas. La última con récord positivo, 42 victorias y 40 derrotas, fue en la 2018/2019. Solamente Franz Wagner, que dejó una gran impresión en el pasado Eurobasket y un Cole Anthony sobre el que no existían tantas expectativas, han sido protagonistas en los últimos meses.
El traspaso que llevó a Nikola Vucevic, su gran referencia durante varias temporadas, a Chicago fue importante para el proceso de reconstrucción. Wendell Carter Jr, que llegaba procedente de “la ciudad del viento”, está siendo una pieza angular junto a Banchero en los primeros partidos de la presente campaña.
El pívot de 23 años se está compenetrando a la perfección con Wagner, Paolo y un Bol Bol, el hijo del legendario Manute, que está siendo una de las revelaciones en este inicio de año. Todos ellos comparten quinteto titular y están en más de 2′08 metros de altura.
La figura de Jamahl Mosley en el banquillo también tiene una relevancia fundamental en devenir de la franquicia. El joven técnico de 44 años afronta su segundo año en Orlando, tras haber sido asistente en Dallas Mavericks las siete temporadas anteriores y parece haber dado con la tecla de futuro.
Banchero es el jugador franquicia que tanto ansiaban los Magic. Un jugador capaz de anotar desde cualquier rango, con un manejo de balón envidiable para sus 2′08 metros de altura, con una facilidad pasmosa para crear su propio tiro, rebotear y hacer mejores a sus compañeros. Un veterano en el cuerpo de un novato de 19 años.
Directo hacia el galardón de mejor rookie del año, el italoamericano guiará a los Magic hacia los puestos de honor del Este en las próximas temporadas, el jugador que marque el camino a seguir. Porque “un objetivo sin un plan es solo un deseo”, como decía Saint-Exupery, autor de El Principito, y Banchero será el encargado de definir la hoja de ruta de la franquicia tras varias campañas sin un rumbo fijo. Orlando, al fin, tiene al líder que necesitaba.