NBA | MVP

La infernal carrera por el MVP

Nikola Jokic, Shai Gilgeous-Alexander y Luka Doncic compiten por el premio al mejor jugador de la temporada en una carrera más ajustada y exigente que nunca.

OKLAHOMA CITY, OKLAHOMA - MAY 22: Shai Gilgeous-Alexander #2 of the Oklahoma City Thunder accepts the MVP Michael Jordan Trophy prior to a game against the Minnesota Timberwolves in Game Two of the Western Conference Finals of the 2025 NBA Playoffs at Paycom Center on May 22, 2025 in Oklahoma City, Oklahoma. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement.   Matthew Stockman/Getty Images/AFP (Photo by MATTHEW STOCKMAN / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP)
MATTHEW STOCKMAN | AFP
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El tiempo pasa más rápido de lo que parece. En un abrir y cerrar de ojos, la NBA ya ha dejado atrás prácticamente un tercio de la temporada regular; se han jugado 25 de los 82 partidos. Esta primera fase de la competición se suele hacer cuesta arriba para los aficionados, sobre todo en los meses venideros (diciembre, enero y febrero). Más allá de la fase final de la NBA Cup y de los partidos del día de navidad, son meses en los que la chispa inicial de la temporada ya se ha ido fundiendo, y los equipos aún no se juegan puestos en la clasificación de cara a los playoffs, cosa que sí empieza a ocurrir después del parón del all star. Sin embargo, siempre hay algo a lo que agarrarse, algo para convertir esta etapa en una entretenido. Una predicción en forma de pregunta, la más divertida de todas: ¿quién será el MVP de la temporada regular?

En los últimos años, se ha creado una corriente muy importante respecto a este premio: la narrativa. Es algo que va surgiendo poco a poco de la mano de opiniones de analistas, fans y los propios ejecutivos de los equipos. La narrativa se construye según resultados de enfrentamientos directos entre candidatos, la posición de los mismos en los últimos años respecto al premio, y un factor creciente en los últimos años: la ‘fatiga del votante’, una de las razones por las que Nikola Jokic no ha ganado los últimos cinco premios al mejor jugador de la temporada. Esto supone (en teoría) que si un jugador ha ganado el MVP varias veces seguidas o, por ejemplo, tres de las últimas cuatro, los votantes favorecen más a ‘la novedad’, con el objetivo de actualizar el producto y mantener su heterogeneidad. Estas corrientes se van actualizando a lo largo de la temporada y son de lo más impredecibles; por ahora solo queda centrarse en los hechos y valorar a partir de lo conocido. El resto hará el resto; siempre lo hace y este año no será un caso diferente.

En la presente campaña, la igualdad es máxima y creciente; todo a la vez. Simplemente hay que mirar la lista semanal actualizada que ofrece la propia liga en relación a este título individual. Luka Doncic, que está promediando 35 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias; es decir, prácticamente un triple doble de 35 puntos (una de las mejores campañas a nivel individual de la historia), increíblemente no está primero. Pero es que tampoco está segundo. Y lo más sorprendente es que no es descarado (aunque sí debatible) decir que la tercera posición es el lugar que le corresponde. Una muestra del nivel y la enorme dificultad que va a suponer hacerse con el premio esta temporada, que, salvo sorpresas en forma de lesiones que impidan cumplir el mínimo exigible de 65 partidos para optar a este reconocimiento, se ha convertido en una carrera de fondo a tres bandas. Montaña, trueno y playa; un cóctel variado y de lo más extravagante.

El líder y señor de este premio en los últimos años es, cómo no, Nikola Jokic. El serbio ha inventado una fórmula, una que le hace el mejor jugador del mundo. 28,7 puntos 12,6 rebotes y 11,1 asistencias son, aunque suene imposible, números que no reflejan lo suficiente sobre el impacto del pívot en la pista. Dos equipos diferentes existen con y sin él bajo las órdenes de David Adelman. Mientras los Nuggets sigan en la parte alta del oeste (acutalmente terceros con un récord 17-6) será muy difícil bajar al joker de su pedestal. Promedia un triple doble (el único jugador de la NBA que lo hace); y en noviembre lo hizo con 32 puntos de media; casi nada. Un completo abuso en ataque y el siempre favorito desde hace años para ganar el premio al mejor jugador de la temporada. Lo más llamativo de su juego y su dominio es precisamente lo menos llamativo; no es lo que hace (que también) sino cómo lo hace.

Hay un dato que ilustra a la perfección que Jokic juega en una liga propia: el gamescore (GmSc). Esta es una estadística que se asejema a la valoración europea; una métrica que mide la producción de un jugador en un partido; combina puntos, rebotes, asistencias, robos, tapones), y también tiene en cuenta las estadísticas negativas (tiros fallados, pérdidas, faltas). Evalua el impacto de un jugador en un partido, pero todo se puede llevar a la media. Temporadas de anteriores MVP, como la de Stephen Curry en 2016, tienen un GmSc promedio de 23,23. La de Westbrook en 2017, 25,04. No hablamos de cualquier cosa, estas temporadas están dentro de las veinte mejores de la historia a nivel numérico. Giannis Antetokounmpo (26,86 en 2025), Luka Doncic (28 en 2025) y Shai (27,67 esta temporada) dominan esta categoría en los últimos 20 años. Nikola Jokic, que este año mantiene un GmSc de 32,6, juega en otra liga, una exclusiva a su nombre; está por encima del resto. La temporada anterior ya promedió 29, pero el serbio se sigue superando a sí mismo. El joker no tiene límites.

Otra de las estadísticas que refleja el impacto de un jugador en su equipo y refuerzo su valor aún más es el más menos (+-), que ilustra de manera visual cómo de mejor o peor le va a un equipo cuando un determinado jugador está en la pista. La mayoría de estrellas y líderes de la liga se posicionan en un más menos de entre +5 y +7. Curry, Alperen Sengun, Chet Holmgren, Victor Wembanyama, Tyrese Maxey; todos se mueven entre esas cifras. Las superestrellas, candidatos al MVP, dominan esta estadística: Doncic (+9,38), Antetokounmpo (+10,85) y Shai (+13,54); actualmente la tercera mejor marca de la historia. La segunda es de Jokic (+13,72 en la 2021-22), pero no se queda ahí; la cuarta, sexta, séptima y novena también son del serbio. Nikola tiene cinco temporadas dentro de las diez mejores de la historia (LeBron James tiene una y Michael Jordan dos) en lo que respecta a esta estadística. Pero aún falta la primera. Para sorpresa de nadie, no son cinco, son seis en el top 10; la número uno la tiene Nikola Jokic en esta misma temporada: +16,41. La mejor temporada de la historia en esta categoría; no hay rival.

La pregunta del millón: ¿qué pasa cuando una fuerza imparable choca contra un objeto inamovible? Esta paradoja imposible está, en cierta medida, ocurriendo en el epicentro de este debate. Parece imposible que un jugador que anota 32,8 puntos, captura 4,7 rebotes y reparte 6,5 asistencias por noche, y lidera un equipo con un récord de 23-1 que se toma la NBA como si fuera el patio de un recreo en el que juega contra niños de cursos inferiores no sea el primer candidato indiscutible para ser el jugador más valorado de la liga. Sin embargo, este es exactamente el caso de Shai Gilgeous-Alexander. El base sigue extendiendo su racha de partidos seguidos con 20 puntos; ya son 95 y solo Wilt Chamberlain está por delante (126). Para poner en perspectiva esta hazaña, la mejor racha de LeBron es de 49, y la de Curry, 23. Cada vez que juegan los Thunder, lo raro es que no vayan ganando de veinte puntos al descanso. Cada noche, la derrota parece más una imposibilidad que una invevitabilidad; tal es el nivel de dominancia de los de Mark Daigneault. Sin embargo, es aquí donde surge la verdadera pregunta, aún más importante que la anterior.

Los Thunder son el mejor equipo de la liga con una diferencia abismal. Son tan superiores que no les hace falta que Shai juegue los últimos cuartos; se ha quedado en el banquillo en 11 de sus 23 partidos disputados durante el último periodo, siempre debido a que ya estaba todo el pescado vendido. De seguir esta racha, se perdería 42 últimos cuartos porque simpmenete no es necesario que los juegue. Una cifra que superaría por todos lados la de Curry el año del histórico 73-9; el chef se perdió tan solo 19 últimos cuartos. Si un equipo es tan superior, si ni siquiera hace falta que Shai juegue, no solo el último cuarto, sino todo el partido, ¿realmente es el jugador que más valor tiene en la liga? ¿O es simplemente el mejor jugador de un equipo tan superior que no tiene competencia? Ambas respuestas pueden ser válidas, y el único factor que determinará si el canadiense es o no el MVP es cuál de estas preguntas (y sus respuestas) prevalecen en los votantes. El año pasado lo ganó, pero el factor de la ‘fatiga del votante’ pudo tener mucho que ver. Shai clavó los números de este año, igual que Jokic, pero el serbio había ganado tres de los últimos cuatro, y los Thunder eran la novedad; algo que no pasó desapercibido. Queda por ver si este año (con un equipo con una mejor proyección que la del año pasado) el canadiense sufre o no el mismo fenónemo que perjudicó al pívot la pasada campaña.

En este rompecabezas imposible entra un tercer agente, el ‘Don’, que también se sigue superando a sí mismo. Empieza a parecer imposible que aún no haya ganado ningún MVP en su carrera. Este año, Luka Doncic sí se ha tomado enserio su cambio físico, algo que se está reflejando en el juego; día sí y día también. El esloveno es con diferencia el máximo anotador de la NBA (35,3 puntos por noche) y está rozando el triple doble (9 rebotes y 9 asistencias), números de auténtico videojuego. Sin embargo, hoy en día un casi triple doble de 35 puntos te coloca tercero en la lista de candidatos al jugador más valorado de la liga. Una barbaridad de este calibre hubiera asegurado el premio hace algunos años; en la 2016-17 Westbrook promedió un triple doble de 30 puntos y ganó el MVP a pesar de que los Thunder quedaron sextos de conferencia. Pero esta es una época de constante mejora, donde cada vez se anotan más puntos, y donde las exigencias individuales para ganar premios de este calibre se han convertido en algo así como una carrera por ver quien bate más récords, como el que el esloveno ha conseguido recientemente: 14 partidos con 20 puntos el el primer cuarto, el máximo de la historia en una temporada; solo se han jugado 25 partidos.

Lo cierto es que Austin Reaves se ha convertido en el ‘Robin’ perfecto para Batman, y cuando el esloveno no juega el escolta asume las riendas de los Lakers. Ahora, con la vuelta de LeBron, los angelinos amenazan y comptien por el segundo puesto del Oeste; de momento van bien encaminados (17-6). Si nos regimos por el criterio de la ‘novedad’, sin duda Luka tiene ese punto a favor; es el único de los tres que aún no ha ganado ningún MVP. En la temporada 2023-24 se quedó tercero en la carrera (34+10+9) por detrás de los mismos rivales que este año. De momento, el esloveno va camino de, mínimo igualar esos números. Ya es está en dentro de los diez jugadores históricos de los Lakers con más de 40 puntos, y acaba de llegar a los Ángeles. Lo máximo que puede hacer es mejorar aún más sus números y mantener a los Lakers en la segunda posición. Nadie ha promediado nunca un triple doble de 35 puntos; ¿sería suficiente para ganar el MVP más duro y exigente de los últimos tiempos? Sólo la habilidad de Doncic y el tiempo responderán a esa pregunta.

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