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NBA | La jornada

La ‘fórmula Butler’ funciona

Los Warriors están 11-1 con Butler en pista. En Miami, nada va bien desde la salida del alero: otro desastre, esta vez contra los Bulls.

Jimmy Butler y Draymond Green, decisivos en la sufrida victoria de los Warriors contra los Pistons.
Jimmy Butler y Draymond Green, decisivos en la sufrida victoria de los Warriors contra los Pistons.David GonzalesIMAGN IMAGES via Reuters Connect

La fórmula Jimmy Butler funciona. Los Warriors han conseguido, ya se puede afirmar sin riesgo, enderezar el rumbo y meter picante, ilusión, en una temporada que se iba por el desagüe de la mediocridad hasta ese cierre de mercado en el que tantearon a Kevin Durant y acabaron con Butler, que está demostrando ser mucho más que un segundo plato. Después de ganar a los Pistons (115-110) en un partido que tuvo mucho de pelea old school, los de la Bahía están 11-2 desde el debut y 11-1 en los partidos en los que juega el alero, ex de Miami Heat. Ya es una buena muestra, una evidencia potente.

Después de cinco partidos a domicilio (cuatro victorias), los Warriors volvieron a San Francisco y ganaron un partido muy duro contra unos Pistons que están ya en el bloque competitivo de la NBA. Que son más que una sorpresa joven y que desde luego están protagonizando una de las historias de la temporada después de ser un equipo históricamente malo, dramáticamente horrendo, el curso pasado. Ahora están 35-29, todavía sextos del Este, sin demasiado riesgo de caer al play in (nadie aprieta mucho por detrás) y a dos partidos del cuarto puesto y la ventaja en primera ronda. En el Chase Center estaban por delante en el último minuto a pesar de que acabaron con un 21,7% en triples (5/23) y 20 pérdidas. Compiten: cuando falla todo lo demás, gracias a la defensa.

Fue un partido lento, físico y de mucho silbato (56 faltas, 77 tiros libres), difícil de digerir y en el que hubo hasta amago de evacuación por una alarma antincendios que quedó solo en susto. El trance retrasó el inicio del segundo cuarto y paró durante algunos minutos todo el sistema de sonido del pabellón. Sin speaker ni música, solo con los ruidos de la cancha, Warriors y Pistons se emplearon a fondo en defensa. Unos para parar a Cade Cunningham (7 puntos, 2/7 en tiros al descanso), los otros para hacer lo propio con un Stephen Curry (11 y 3/9) que llegaba iluminado tras promediar más de 34 punto en la última gira a domicilio.

Pero las estrellas encuentran caminos: Cade anotó 19 puntos (6/7 en tiros) en un sensacional tercer cuarto que cerró con un triple que puso por delante a los Pistons (84-87). El base acabó con 31 puntos y 5 asistencias, y anotó la canasta que mantenía a su equipo al frente (107-108) a 50 segundos del final. Entonces apareció Draymond Green, que nació en Saginaw, a menos de dos horas de Detroit, y se crio en Michigan State. El ala-pívot anotó un triple lateral y un tiro libre tras una jugada defensiva marca de la casa (111-108). Después, Curry sentenció desde la línea de personal tras un triple fallado, para empatar (con 113-110) por Malik Beasley. Green acabó con 12 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias. Curry sumó 13 puntos en el último cuarto, terminó con 32 y un 4/15 en triples. Superó los 25.000 puntos en su carrera y está a siete triples de ser el primer jugador con 4.000. Solo James Harden (lleva 3.117, lejísimos) ha pasado también de 3.000. Ray Allen (2.973) va quedando ya muy atrás.

Antes de esa aparición final de Curry, Butler sostuvo al equipo con 15 puntos en el tercer cuarto. Acabó con 26, 9 rebotes y 5 asistencias. Fundamental otra vez rellenando huecos en ataque, compartiendo responsabilidad con un Curry que ya no está solo y que puede descansar sin que los partidos se conviertan al momento en un desastre para su equipo. Su vida ha mejorado con Butler, la de los Warriors también. Ya están 36-28, firmes en su carrera por escapar del play in del Oeste y reuniendo argumentos para sentirse capaces de dar unos cuantos sustos (¿y algo más?) en playoffs. No es poca cosa, tal y como estaban las cosas antes del cierre de mercado.

En Miami nada va mejor que antes

Si la presencia de Butler ha arreglado muchos de los problemas que tenían los Warriors, su ausencia no ha solucionado ninguno en Miami. Los Heat están en un momento lastimoso, perdidos en un laberinto del que no consiguen salir. Contra los Bulls (109-114) dejaron escapar una ventaja de 17 puntos que era todavía de 11 en el inicio de un último cuarto desastroso (20-36) que los de Illinois apañaron con un 2+1 de Coby White (22 puntos, 0/8 en triples) y un triple de Josh Giddey, que terminó con 26 puntos, 10 rebotes y 12 asistencias.

Erik Spoelstra habló de “regresión” y trato de mandar un mensaje de cierto optimismo dentro de una situación que no invita desde luego a pensar en nada bueno de cara a la primavera: “Estamos juntos en esto. Es una oportunidad para enfrentarnos a nuestros demonios. No es algo cómodo para nadie, pero veo que puede haber algo maravilloso al otro lado...”.

Tyler Herro anotó 21 puntos y repartió 6 asistencias, Bam Adebayo acabó con 22 y 6 rebotes y Andrew Wiggins con 22. Pero los Heat perdieron su tercer partido seguido y son ahora (29-34) novenos del Este, con los Bulls a tres partidos y medio. Butler era un problema, pero está claro que no era, ni mucho menos, el único en el proyecto varado, anclado ahora mismo en ninguna parte, de la franquicia de South Florida.

Resultados de la noche en la NBA:

Hornets 105-Nets 102

Rockets 146-Pelicans 117

Hawks 120-Pacers 118

Raptors 117-Wizards 118

Heat 109-Bulls 114

Bucks 109-Magic 111

Celtics 111-Lakers 101

Warriors 115-Pistons 110

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